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Intoxicación por flúor en animales

(Flúor, fluorosis, toxicosis por fluoruro)

PorBarry R. Blakley, DVM, PhD
Revisado/Modificado abr 2021

Las consecuencias de la exposición a compuestos fluorados, tanto ambientales como medicinales, pueden no estar claras. Los beneficios de la suplementación con flúor en los animales deben considerarse con los efectos adversos potenciales del desarrollo de dientes y huesos y posible riesgo de osteosarcoma en algunas especies. El diagnóstico de la intoxicación por flúor (fluorosis) se basa en la anamnesis, los signos clínicos y las pruebas de alimentos, agua, tejidos y muestras de suero. La enfermedad resultante de la exposición crónica a concentraciones elevadas de compuestos de fluoruro no suelen responder favorablemente al tratamiento.

La exposición ambiental a compuestos de fluoruro puede producirse como resultado de procesos naturales (p. ej., emisión volcánica) o contaminación de rocas, suelo y agua o de residuos industriales. Los compuestos de fluoruro (p. ej., fluoruro de sodio, fluorosilicato de sodio, ácido fluorosilícico) se agregan al agua de bebida humana en concentraciones de ~1 mg/L en un intento de reducir la caries dental. Esta recomendación no se acepta universalmente. Las intoxicaciones agudas y crónicas pueden ser el resultado de la ingestión de fluoruros. Las concentraciones máximas toleradas de fluoruro en los alimentos para animales varían de ~20-50 mg/kg (peso seco) en la mayoría de las especies. En aves de producción, se pueden tolerar hasta 200 mg/kg. Sin embargo, estas concentraciones declaradas pueden variar según la edad, la duración de la exposición y el estado nutricional y de salud de cada animal. Se ha descrito que los animales con una vida útil relativamente larga, como el ganado lechero, son más sensibles a la fluorosis. Las pautas para las concentraciones apropiadas de fluoruro en el agua de bebida proporcionada a los animales productores de alimentos son ~1-2 ppm.

Etiología y patogenia del envenenamiento por flúor en animales

Los fluoruros se encuentran de forma natural en los fosfatos de las rocas y la piedra caliza. Los desechos de la producción de fertilizantes y suplementos minerales y minerales metálicos resultantes del procesamiento del acero y el aluminio son fuentes industriales frecuentes de intoxicación por fluoruro. Los polvos de flúor dispersos a favor del viento desde las instalaciones de fabricación pueden contaminar los cultivos de forraje en kilómetros. Cuando los cultivos que crecen en suelos contaminados contienen mayores concentraciones de flúor, se debe a la contaminación física con partículas del suelo; la absorción directa de flúor por las plantas es mínima.

Debido a la posible contaminación por fluoruro de una variedad de alimentos y fuentes de agua, se recomienda que los fosfatos de grado alimenticio contengan <1 % de fluoruro. La exposición aguda a concentraciones elevadas de fluoruro causará daño corrosivo a los tejidos. Por el contrario, la exposición crónica, que se observa con mayor frecuencia, causa retraso o deterioro de la mineralización de huesos y dientes. La solubilidad del compuesto de fluoruro al que está expuesto el animal se correlaciona con el grado de gravedad de la intoxicación.

Compuestos de fluoruro solubles; ~50 % se excreta vía renal por filtración glomerular. Más del 95 % del flúor retenido se deposita en los huesos y dientes, formando hidroxiapatita tras la interferencia en el metabolismo del calcio y la sustitución de iones hidroxilo. Cuando la exposición al fluoruro se produce en concentraciones bajas, la solubilidad del esmalte dental disminuye, lo que da lugar a una protección. A niveles más altos de exposición, el esmalte se vuelve denso y quebradizo. Si la exposición se produce durante el embarazo, los huesos y dientes en desarrollo se ven gravemente afectados. La mineralización defectuosa e irregular de la matriz de los huesos y dientes asociada con una actividad ameloblástica, odontoblástica u osteoblástica alterada finalmente da lugar a una mala formación del esmalte, exostosis, esclerosis y osteoporosis.

Hallazgos clínicos del envenenamiento por flúor en animales

Por lo general, la intoxicación aguda por fluoruro (fluorosis); por ejemplo, asociada con la ingestión masiva de ascaricidas (fluoruro de sodio), raticidas (fluorosilicato de sodio) o productos dentales para uso oral en humanos, suele producir signos clínicos de enfermedad en 2 horas. La dosis mortal de fluoruro sódico es de ~5-10 mg/kg en las especies animales más comúnmente tratadas. Los signos de intoxicación pueden ser evidentes tras la ingestión oral de compuestos fluorados a una concentración de ~1 mg/kg. Las concentraciones séricas de calcio y magnesio disminuyen rápidamente después de la aparición de los signos clínicos.

Se suele observar gastroenteritis grave, salivación, inquietud, sudoración, anorexia, debilidad muscular, rigidez, disnea, taquicardia ventricular y convulsiones clónicas seguidas de depresión y muerte. La fluorosis crónica se caracteriza por síntomas de desnutrición y anomalías esqueléticas y dentales. La disminución de la ingesta de alimento y agua acompañada de pérdida de peso y producción deficiente de leche (p. ej., en vacas lecheras) reflejan lesiones dentales y alteración de la masticación. Con frecuencia se observan esmaltes moteados, calcáreos, picados y manchados, y desgaste desigual y excesivo en los dientes. Puede evidenciarse dolor dental por lamer el agua de bebida.

Las anomalías esqueléticas asociadas con un aumento de la reabsorción y remodelación ósea producen cojera grave, rigidez, crecimiento anormal del casco y exostosis. En las últimas etapas de la fluorosis crónica en el ganado vacuno, los animales gravemente afectados pueden verse obligados a moverse sobre sus rodillas debido a la afectación extrema de las articulaciones. La hiperostosis perióstica afecta con frecuencia a las costillas. El metabolismo activo y el crecimiento de los huesos en desarrollo de los animales jóvenes son los más afectados. La anemia y el hipotiroidismo que se manifiestan por reducción de la T3 y T4 y las concentraciones séricas de calcio son a menudo evidentes.

Lesiones

En el examen macroscópico e histopatológico, la inflamación gastrointestinal grave y los cambios degenerativos en órganos como el hígado, el riñón y los pulmones reflejan los efectos citotóxicos de la fluorosis aguda. Después de la exposición crónica durante la gestación, los fetos y los neonatos se ven afectados más gravemente. Se producen anomalías simétricas y bilaterales esqueléticas. Los huesos son de color blanco tiza con evidencia patológica de osteogénesis alterada, remodelado óseo acelerado y reabsorción. La producción de hueso anormal da lugar a exostosis (más evidente en los huesos largos), esclerosis y osteoporosis. La mandíbula, costillas, metacarpianos y metatarsianos son los más afectados con mayor frecuencia. Los dientes están moteados, con aspecto de tiza, manchados y muestran un desgaste desigual; la erupción de los incisivos permanentes puede retrasarse.

Diagnóstico de la intoxicación por flúor en animales:

  • Se consideran los antecedentes de exposición, factores ambientales.

  • Diagnóstico provisional basado en la historia clínica, la evaluación clínica y el examen post mortem si es mortal.

  • El análisis de muestras de tejido, agua y alimentos para medir la concentración de fluoruro proporciona una valiosa evidencia confirmatoria.

El diagnóstico de intoxicación aguda por flúor debe establecerse sobre la base de la anamnesis y los hallazgos clínicos e histopatológicos. La confirmación diagnóstica con pruebas de orina o suero debe interpretarse con precaución porque se produce una eliminación rápida y dependiente del tiempo de los fluoruros. Las mediciones de calcio o magnesio en el suero pueden proporcionan una prueba de apoyo.

La fluorosis crónica puede desarrollarse durante muchos meses. La detección de fluoruro en los tejidos debe considerarse en asociación con la anamnesis, los signos clínicos de la enfermedad y, cuando sea relevante, los hallazgos de la necropsia. Los animales que muestran anomalías esqueléticas y dentales como cojera, anorexia, productividad y osteoporosis (p. ej., en el diagnóstico por imagen) deben ser evaluados para detectar fluorosis crónica.

Otros síndromes patológicos como la artritis; la carencia de calcio, fósforo o vitamina D; las intoxicaciones por metales como las debidas a la ingestión de molibdeno, selenio o arsénico; y el ergotismo pueden confundirse con la fluorosis crónica. Cuando se evalúan animales, la radiografía y la evaluación histológica de las muestras de tejido, con pruebas de suero, pueden resultar útiles.

En los animales productores de alimentos, las concentraciones normales de fluoruro en la dieta oscilan entre ~20-50 mg/kg. Dependiendo de la duración de la exposición y la sensibilidad de la especie, las concentraciones en la dieta que oscilan entre 100 y 300 mg/kg pueden producir intoxicación crónica. Las concentraciones en agua >30 mg/L se consideran tóxicas. En el ganado vacuno lechero joven con un potencial productivo prolongado, los niveles de tolerancia deben reducirse al menos al doble. Dado que el flúor no se acumula en los tejidos blandos, el análisis del hígado y del riñón tiene una utilidad limitada.

En los animales de abasto, el rango de referencia para la concentración plasmática de fluoruro es <0,2 mg/L, mientras que las concentraciones que oscilan entre 0,7 y 1,9 mg/L son compatibles con la fluorosis. Las concentraciones urinarias correspondientes <0,5 mg/L se consideran normales. Las concentraciones tóxicas basadas en una exposición reciente oscilan entre 14 y 120 mg/L. Las concentraciones de fluoruro detectadas en huesos y dientes pueden alcanzar concentraciones de hasta 1500 mg/kg y 1000 mg/kg, respectivamente, sin efectos adversos aparentes. Las concentraciones que varían de 6 000 a 13 000 mg/kg y de 7 500 a 11000 mg/kg, respectivamente, son compatibles con un diagnóstico de fluorosis crónica en animales de abasto. Las concentraciones plasmáticas pueden aumentar sustancialmente una vez que las concentraciones esqueléticas de flúor se acercan a la saturación.

Tratamiento y control de la intoxicación por flúor en animales

  • Los objetivos del tratamiento son eliminar la absorción de compuestos fluorados y mantener un estado hídrico adecuado en animales con signos de fluorosis aguda. El pronóstico y la respuesta al tratamiento en los casos crónicos son malos porque se ha producido un daño permanente.

A los animales que desarrollan intoxicación aguda se les puede administrar gluconato de calcio (IV) e hidróxido de magnesio o leche por vía oral para minimizar la absorción de flúor, aunque el pronóstico puede ser malo si se ingirieron cantidades masivas de flúor. Una vez que se desarrollan las manifestaciones de la fluorosis crónica, el tratamiento es ineficaz. El objetivo principal debe estar dirigido a la prevención. En muchos casos, puede ser difícil o poco práctico retirar el ganado de las áreas contaminadas. La suplementación con carbonato de calcio, sales de aluminio, metasilicato de magnesio o boro reducirá la absorción o mejorará la excreción. Se recomienda que el ganado consuma suplementos y mezclas minerales que contengan <1 % de contenido de flúor. Si no es práctico limitar la exposición al flúor, se debe considerar la cría de especies con una vida de producción relativamente corta, como aves de producción, cerdos u ovejas. La reducción de la exposición al flúor de animales jóvenes o gestantes puede limitar el desarrollo de la fluorosis crónica. Los animales con bocio, enfermedad renal y diabetes insípida también pueden estar en mayor riesgo. Si es práctico, el agua filtrada o embotellada puede reducir la exposición a través del agua de bebida.

Puntos clave

  • Los beneficios de la suplementación con flúor, equilibrados con el potencial de efectos adversos, incluida la enfermedad permanente del desarrollo y la falta de un tratamiento eficaz para la intoxicación por flúor, merecen una consideración cuidadosa.