El entrenamiento físico puede usarse para aumentar el tiempo de recuperación y reducir la gravedad de la fatiga muscular. Es necesario realizar el calentamiento previo, independientemente del deporte, en el que el animal debe tener tiempo para aclimatarse al esfuerzo que se espera realice, así como al entorno. También se pueden utilizar regímenes en la alimentación para ayudar a mantener la hidratación durante el ejercicio, y una dieta rica en grasas puede ayudar a mejorar la respuesta metabólica y la termorreguladora al ejercicio. El aporte de compuestos electrolíticos durante y después del evento puede ayudar a mantener la hidratación y prevenir la fatiga y las dolencias relacionadas con el calor.
Entrenamiento físico para prevenir la fatiga en los animales
El entrenamiento físico es la vía más eficaz para reducir la fatiga e incrementar la capacidad física para el ejercicio. Las respuestas fisiológicas que se derivan del entrenamiento y que contribuyen a aumentar la capacidad para llevar a cabo el ejercicio incluyen aumentos en:
La tasa máxima de transporte de oxígeno.
El volumen sistólico del corazón.
La densidad capilar en los músculos.
El volumen de sangre circulante.
El contenido total de hemoglobina.
La hipertrofia de las células musculares se produce en paralelo al incremento de mitocondrias, glucógeno y enzimas implicadas en la producción de energía celular.
El entrenamiento deportivo específico puede dar lugar a adaptaciones propias al tipo de actividad para la que se entrena, si bien, gran parte de estas investigaciones se han realizado en caballos de carreras. Por ejemplo, el entrenamiento para carreras de distancias cortas o de velocidad puede tener como resultado la disminución en la proporción de fibras musculares de contracción lenta, mientras que el entrenamiento de resistencia puede aumentar la capacidad oxidativa de las fibras musculares de contracción rápida. El entrenamiento de velocidad también afecta a los cambios electrolíticos asociados al ejercicio intenso, incluida la disminución de la salida de potasio de los músculos activos, lo que da lugar a un incremento menor de la concentración plasmática de potasio y, con ello, a un retraso en la aparición de la fatiga. El entrenamiento también afecta a la disminución tanto de la recaptura de calcio por parte del retículo sarcoplásmico como de la actividad de la ATPasa de calcio (o bomba de calcio) asociada con la fatiga.
Las adaptaciones al entrenamiento del músculo esquelético dependen de la intensidad del entrenamiento. Los caballos entrenados a intensidades >80 % de su consumo máximo de oxígeno (VO2max) presentaron un incremento en el porcentaje de fibras musculares de contracción rápida y un aumento del 8 % en la capacidad amortiguadora del músculo ejercitado. Sin embargo, estas respuestas no se dieron en caballos entrenados al 40 % de VO2max.
Los monitores de frecuencia cardiaca se pueden utilizar para guiar la intensidad del entrenamiento para mejorar la respuesta adaptativa al entrenamiento. Las frecuencias cardiacas resultantes del entrenamiento a un 80 % del VO2máx representan ~90 % de la frecuencia cardiaca máxima, que por lo general puede variar en caballos entre 210 y 240 lpm. Los medidores de frecuencia cardiaca pueden usarse también para medir el ritmo cardiaco de un caballo individual tanto durante un ejercicio lento como rápido, así como para calcular la velocidad del ejercicio que generará frecuencias del 90 % de ritmo cardiaco máximo. La medición del lactato en sangre tras el ejercicio se puede utilizar para adecuar la intensidad del entrenamiento. A una intensidad de ejercicio del 80 % de la VO2max, la concentración de lactato plasmático durante el ejercicio en cinta se sitúan en valores de 4-10 mmol/L.
Calentamiento para prevenir la fatiga en los animales
El calentamiento antes del ejercicio incrementa significativamente el tiempo necesario para alcanzar la fatiga durante el ejercicio intenso. También aumenta la temperatura muscular antes del ejercicio, el consumo de oxígeno y reduce la acumulación de lactato al mejorar el metabolismo aeróbico. El efecto es similar si el calentamiento es de baja intensidad (5-10 min al 50 % VO2max), intensidad moderada (1 min al 70 % VO2max), alta intensidad (1 min al 115 % VO2 max) o en combinaciones de baja y alta intensidad. La importancia práctica de este hallazgo es que un calentamiento antes de la competición, que incluya ejercicio intenso, tiende a aumentar el tiempo hasta alcanzar la fatiga durante las carreras de caballos de raza Cuarto de Milla, Pura Sangre Inglés y Standardbred.
Gestión del equilibrio ácido-base, la dieta y la hidratación para prevenir la fatiga en los animales
Soluciones de bicarbonato
Algunos piensan que la fatiga durante el ejercicio intenso puede retrasarse actuando sobre el equilibrio ácido-base antes del ejercicio para aumentar la capacidad de amortiguación del plasma. Aunque algunos entrenadores han administrado bicarbonato de sodio antes de las competiciones, esta práctica está prohibida actualmente por muchos comités de carrera. Si bien el tratamiento modifica el pH sanguíneo y la concentración de lactato durante el ejercicio, el efecto de las soluciones alcalinizantes sobre el rendimiento equino es todavía una incógnita. La administración de bicarbonato a una dosis de 0,6 g/kg no ha demostrado retrasar la fatiga. Aunque podría inducirse una alcalosis metabólica, la administración de bicarbonato de sodio antes de un ejercicio intenso en cinta no ha afectado a la respuesta metabólica al ejercicio. En Galgos, una dosis de bicarbonato de sodio de 0,4 g/kg no produjeron ningún efecto significativo en el tiempo realizado en carreras de >400 m de longitud. No obstante, podría haber un efecto ergogénico (mayor potencia muscular) cuando se administra el bicarbonato de sodio a dosis más elevadas. Así, el bicarbonato de sodio administrado en dosis de 1 g/kg (por sonda nasogástrica) incrementó el tiempo hasta alcanzar la fatiga en caballos que corrían sobre una cinta, lo que sugiere que el tratamiento con esta dosis afectaría al rendimiento.
Estado de hidratación
El aporte energético y la hidratación se manipulan frecuentemente en los atletas humanos para limitar la fatiga durante el ejercicio de resistencia. En los caballos, la deshidratación antes del ejercicio provoca la elevación de la temperatura interna durante el ejercicio. Resulta inapropiado para un animal empezar el ejercicio de resistencia con niveles subóptimos de hidratación. Los caballos son más propensos que las personas a la hipertermia durante el ejercicio prolongado debido a la alta proporción de masa corporal en comparación con el área de su superficie corporal, lo que limita la pérdida de calor. La termorregulación equina también da como resultado cambios extremos en el estado de los fluidos corporales totales, lo que hace que exista un creciente interés en conocer la forma de limitar las respuestas excesivas al ejercicio mediante la administración de fluidos antes del ejercicio.
La hiperhidratación mediante la administración de electrolitos o soluciones salinas PO antes del ejercicio da como resultado el incremento del volumen sanguíneo durante el evento. Los estudios sugieren que la hiperhidratación antes de un ejercicio prolongado ayuda a mantener el volumen plasmático durante este, pero no reduce la temperatura corporal ni mejora la hipoxemia arterial. El mantenimiento de la euhidratación (nivel normal de hidratación) con agua o una solución de hidratos de carbono y electrolitos durante el ejercicio mejora los parámetros de perfusión y la sudoración a la vez que reduce el almacenamiento de calor. Los caballos también han de aclimatarse a los ambientes cálidos antes de la competición.
Estado nutricional y suplementos
Los caballos no deben recibir una comida abundante (las recomendaciones equivalen a la mitad de la ración) 1-2 h antes del ejercicio intenso, ya que se produce una disminución del volumen plasmático durante al menos 1 hora después de una comida abundante. Las comidas copiosas también pueden desplazar el líquido al tracto GI, lo que reduce la función cardiovascular y termorreguladora durante el ejercicio. El aporte de pequeñas cantidades de alimento cada 4 horas no producirá cambios en el volumen plasmático. La reducción en la ingesta de fibra antes de las carreras de alta intensidad (administración de heno equivalente al 1 % del peso corporal durante 3 días antes del ejercicio de alta intensidad) es una estrategia utilizada para reducir el volumen de agua GI y, por lo tanto, el peso corporal. Para los ejercicios de resistencia, la alimentación previa a estos, especialmente cuando es rica en fibra, es posible que sea beneficiosa, ya que el aumento de agua en el tracto GI puede actuar como un importante depósito de agua y electrolitos que reemplace las pérdidas por sudoración. La alimentación rica en fibra también aumenta la ingesta voluntaria de agua y puede tener un efecto beneficioso en el rendimiento tanto en el ejercicio de alta intensidad como en las pruebas de resistencia.
En los caballos, la suplementación con glucosa puede ayudar a limitar la fatiga en los casos de ejercicio de resistencia. El tiempo de resistencia durante la carrera en cinta se prolongó mediante la infusión IV de una solución de glucosa. La concentración de glucosa plasmática resultó ser mayor que en los individuos de control, y la concentración de lactato en plasma, así como la temperatura corporal, fueron menores en el momento de la fatiga. Estos resultados sugieren que los suplementos con glucosa durante el ejercicio pueden prolongar el tiempo de rendimiento en los caballos por:
Un aumento de la disponibilidad de glucosa.
Una reducción de la dependencia de la producción de energía anaerobia.
Un descenso de la temperatura central.
Un mejor mantenimiento del volumen de plasma.
En los caballos de resistencia, el almidón hidrolizable y los azúcares administrados en las 3 h previas a una carrera pueden aumentar la utilización de glucosa a corto plazo, pero inhiben la oxidación de lípidos, lo que podría ser perjudicial para la producción de energía.
La concentración de glucógeno en el músculo esquelético antes del rendimiento resulta relevante para la fatiga durante el ejercicio de resistencia tanto a corto plazo/intenso como prolongado. El agotamiento del glucógeno muscular antes del ejercicio produce una disminución en la generación de energía anaerobia y de la capacidad para el trabajo de alta intensidad. El ejercicio prolongado o intenso agota las reservas de glucógeno muscular, y pueden pasar 48 horas para que el glucógeno se reponga en un caballo. En el caso de los caballos, aunque el uso de dietas ricas en almidón genera aumentos moderados en las reservas de glucógeno, no se ha demostrado ningún beneficio para el rendimiento. Por el contrario, las dietas ricas en carbohidratos aumentan la frecuencia cardiaca y la concentración de lactato en sangre en el ejercicio intenso. La utilización de soluciones de glucosa u otros carbohidratos antes de la carrera para promover el rendimiento de Standardbreds y Pura Sangre Ingleses no tiene ninguna base científica.
El suplemento a base de grasas es, actualmente, una práctica extendida en las dietas de caballos atléticos, práctica que podría aumentar el rendimiento durante el ejercicio de resistencia. El aumento de las concentraciones de ácidos grasos libres en la sangre antes de un ejercicio prolongado lleva consigo el aumento del uso de esas grasas como fuente de energía y de las concentraciones de glucosa en sangre durante el ejercicio. El mayor uso de grasa como combustible tiene como resultado una menor demanda respiratoria de ejercicio, ya que se debe espirar menos cantidad de dióxido de carbono. La adaptación al uso de la grasa parece facilitar la regulación de la glucólisis, ahorra glucosa y glucógeno a bajas intensidades de trabajo y promueve la glucólisis cuando se necesita energía para un ejercicio de alta intensidad. La adición de grasas a la dieta también afecta a la respuesta metabólica y termorreguladora del ejercicio. La administración de aceite vegetal en una proporción del 10-12 % de la dieta total en materia seca es una opción que se ha propuesto, pero eso requiere que los caballos estén adaptados a las dietas ricas en grasas. De lo contrario, la suplementación con grasas puede ralentizar la reposición de glucógeno muscular.
También se ha empleado en caballos la creatina como complemento ergogénico, pero no hay evidencia de su eficacia. Los caballos que recibieron 25 g de monohidrato de creatina dos veces al día durante 6,5 días no mostraron tiempos de carrera en cinta significativamente diferentes hasta la fatiga en comparación con los grupos de control. La suplementación con creatina tampoco tuvo ningún efecto significativo en la concentración muscular o sanguínea de creatina en reposo o después del ejercicio hasta la fatiga. En los caballos utilizados para carreras de barriles, la creatina no tuvo ningún efecto sobre las puntuaciones de tiempo, la frecuencia cardiaca o la concentración de lactato en plasma.
En perros de trineo, se ha descrito la existencia de una relación entre la concentración plasmática de vitamina E y el rendimiento. Los perros con una concentración más elevada de vitamina E antes de la carrera tenían más probabilidad de terminar y menos probabilidad de retirarse debido a mala salud, fatiga u otras razones. No obstante, y de forma general, las concentraciones de vitamina E en perros no se asociaron con la velocidad durante la carrera. Sin embargo, en caballos, los niveles elevados de vitamina E (10 000 UI/día) pueden ser perjudiciales y se han asociado con una reducción de los niveles de betacaroteno. Se necesitan estudios adicionales para poder determinar si la reducción de los signos de fatiga está directamente relacionada con una mayor concentración de vitamina E en el torrente sanguíneo o si esta tiene un efecto negativo general.
Recuperación para prevenir la fatiga en los animales
La recuperación de los caballos después del ejercicio de resistencia está claramente influenciada por la estrategia de rehidratación utilizada. Tras un ejercicio prolongado en cinta y una deshidratación inducida con furosemida, los caballos a los que se les suministró una solución salina (NaCl al 0,9 %) como fluido de elección para la rehidratación inicial mantuvieron una concentración más elevada de sodio en plasma que los caballos de control. La recuperación del peso corporal también fue más rápida que en los caballos a los que solo se les ofreció agua pura. Un estudio similar observó que los líquidos a temperatura ambiente eran más apetitosos (20 °C), con lo que aumentaba la ingesta voluntaria. La ingesta de agua también puede aumentarse proporcionando una solución salina (NaCl al 0,9 %) tanto durante el ejercicio de resistencia como después de este. Las soluciones de cloruro de sodio pueden aumentar el cloro en plasma y acentuar la acidosis metabólica; por ello, solo deben seleccionarse soluciones isotónicas de electrolitos poliiónicos formuladas específicamente para caballos. Cuando se administran esas soluciones electrolíticas, puede ser necesario entrenar a los caballos para que beban estos líquidos, y siempre debe haber agua corriente disponible. Sin embaro, se debe fomentar el uso de soluciones de electrolitos, especialmente en los caballos que deben competir en días consecutivos, como en las carreras de resistencia y en los eventos de 3 días.
Puntos clave
Independientemente del deporte, a los animales se les debe entrenar para desarrollar la aptitud necesaria para completar el ejercicio que les corresponde hacer.
Tanto en los deportes de alta intensidad como en los de resistencia, los animales se benefician de realizar un correcto calentamiento antes del esfuerzo, ya que mejora el metabolismo aeróbico.
Los animales deben estar bien hidratados antes de un evento, por lo que debe permitirse su rehidratación en competiciones de resistencia o durante los periodos de descanso entre actividades.
Los líquidos a temperatura ambiente son más apetecibles para los caballos durante y después del ejercicio, y para la rehidratación deben ofrecerse tanto electrolitos como líquidos simples.
Para más información
Fielding CL, Meier CA, Balch OK, Kass PH. Risk factors for the elimination of endurance horses from competition. J Am Vet Med Assoc 2011 Aug 15;239(4):493-8. doi: 10.2460/javma.239.4.493.
Munsters CC, Van Iwaarden A, Van Weeren R, Sloet van Oldruitenborgh-Oosterbaan MM. Exercise testing in Warmblood sport horses under field conditions. Vet J 2014 Oct;202(1):11-9. doi: 10.1016/j.tvjl.2014.07.019. Epub 2014 Jul 31.