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Manejo de aves de traspatio

PorYuko Sato, DVM, DACPV;Patricia S. Wakenell, DVM, PhD, DACPV
Última revisión/modificación may 2020

Entorno para aves de traspatio

Las leyes y reglamentos sobre la tenencia de aves de traspatio varían según la ciudad, el municipio y el barrio. Algunas ciudades y asociaciones de propietarios tienen normas específicas sobre la tenencia de pollos, mientras que otras ciudades permiten la propiedad de aves de traspatio sin limitaciones en el número o tipo de aves. Es importante conocer la normativa y mantener la paz con el vecindario sobre la posesión de aves de traspatio.

Es fundamental colocar una valla para mantenerlas en casa y protegerlas. Los pollos domésticos son presa fácil de depredadores como gatos, perros, mofetas, halcones y zorros. El vallado debe enterrarse en el suelo al menos 30 centímetros para evitar que depredadores como los mapaches y los zorros escarben por debajo. Deben evitarse los abrevaderos y la vegetación alrededor del gallinero, ya que fomentan la presencia de aves acuáticas silvestres, insectos, roedores y otras alimañas en la zona, que pueden causar daños a las aves y propagar enfermedades. Es conveniente cubrir la parte superior del recinto para proteger a las aves de los depredadores que vuelan o trepan, así como para prevenir la exposición a aves silvestres que pueden transmitir enfermedades.

Debe evitarse el hacinamiento; la distribución del espacio debe contemplar y permitir el crecimiento de las aves. Debe haber suficiente espacio interior para evitar el hacinamiento durante el mal tiempo. El tipo de ave ayudará a determinar el tipo de alojamiento. La mayoría de las razas de pollos son resistentes, aunque las aves de carne suelen ser más resistentes que las ponedoras. Las razas de exhibición a menudo no tienen vigor híbrido y requieren un refugio con calefacción o refrigerado. Las necesidades mínimas de espacio se deben determinar no solo por el tamaño del ave, sino también por los niveles de actividad. Sin embargo, en general, las gallinas ponedoras y los pollos más grandes necesitan un mínimo de 0,14-0,19 m2 de espacio en el interior y de 0,74-0,93 m2 en el exterior. Los patos y los gansos necesitan mucho más espacio, de 0,28 a 0,56 m2 en el interior y de 1,39 a 1,67 en el exterior.

El tipo de suelo es una característica importante en la construcción de un gallinero, y los propietarios deben saber cómo trabajar con los distintos materiales. Dejar a las aves en la tierra es barato y fácil, pero el estiércol es difícil de eliminar y puede convertirse en un lodazal sin un mantenimiento adecuado. Cuando el suelo se moja o se contamina, la tierra se debe labrar y añadir tierra nueva después de recubrir la anterior con cal o lejía para prevenir el sobrecrecimiento de parásitos y microorganismos. La madera es otra opción, pero debe estar en buenas condiciones, porque la madera vieja puede pudrirse y acumular agentes patógenos, y las astillas al descubierto pueden provocar lesiones. Además, la madera no debe tratarse, porque los productos químicos como el plomo pueden ser perjudiciales para las aves. El suelo de hormigón es el mejor para los gallineros permanentes, porque es fácil de limpiar, impenetrable a las alimañas y una buena barrera para los depredadores. Sin embargo, es el más caro y el que más esfuerzo de mantenimiento requiere.

También es importante utilizar un material bueno para absorber la gallinaza y usarlo de yacija en el gallinero. La yacija debe estar limpia, seca y sin moho. La elección de un buen material de yacija debe basarse en la cantidad de humedad que puede absorber, como la arena, las virutas de pino, el arroz y las cáscaras de nueces, en cambio la paja y las mazorcas de maíz molidas no son tan recomendables por su poca capacidad de absorción. La cama puede humedecerse mucho alrededor de los bebederos, por lo que es necesario retirarla adecuadamente cuando se apelmaza. La yacija húmeda favorece el crecimiento de agentes patógenos, como bacterias, hongos y parásitos, y provoca problemas como la pododermatitis plantar. La cama seca crea un ambiente polvoriento y puede causar irritación de las vías respiratorias. Lo ideal es que la cama tenga un 20-25 % de humedad; una prueba rápida es coger un puñado de yacija y ver si se aglutina un poco y luego se desmorona.

La cama húmeda y los niveles altos de amoníaco pueden ocasionar graves problemas de bienestar, como quemaduras por amoníaco en la córnea, pododermatitis plantar, ampollas en el pecho y quemaduras en la piel. La Environmental Protection Agency de EE. UU. (EPA) recomienda que las personas y los animales no se expongan a 25 ppm de amoníaco durante ≥8 horas. Una ventilación adecuada permite eliminar correctamente la humedad de la yacija.

Los pollos tienen una temperatura corporal de 40-43 °C y comienzan a sentir estrés térmico a temperaturas ambientales >24 °C. Con temperaturas extremas, las aves modifican su comportamiento para permanecer en su zona termoneutra (13-24 °C). El rango de temperatura ideal para las aves de traspatio es de 18-24 °C, con una humedad relativa de hasta el 40 %. Para fomentar una buena circulación de aire, las ventanas deben colocarse en el lado sur o este del gallinero, con un alféizar estrecho en las ventanas para evitar que las aves se posen y defequen en la zona. El uso de nebulizadores y ventiladores ayudará a mantener frescas las aves de traspatio durante los meses calurosos de verano, y un gallinero bien aislado mantendrá a los animales abrigados durante el invierno.

Nutrición para aves de traspatio

El mayor gasto en la cría de aves de traspatio es el coste de alimentación. Sin embargo, una buena alimentación es una buena inversión, ya que las raciones desequilibradas reducirán el rendimiento y pueden provocar enfermedades nutricionales. Los problemas más comunes en los averíos de traspatio son la calidad o cantidad insuficiente de agua, el almacenamiento prolongado y la degradación de vitaminas y minerales, la ausencia de una alimentación equilibrada y completa por el uso de alimentos básicos o suplementarios y la alimentación con dietas para una etapa de vida equivocada. Las aves necesitan de 1,5 a 3,5 partes de agua por cada parte de alimento consumido (hasta 5-6 veces para las aves acuáticas) y son necesarias más cuando hace calor. Las aves no consumirán alimento si la cantidad de agua es inadecuada, lo que puede provocar graves problemas de salud. Los propietarios de aves de traspatio también deben tener en cuenta la posibilidad de que haya bacterias (p. ej., coliformes) y otros contaminantes en el agua, incluyendo arsénico, calcio, cloro, cobre, flúor, hierro, plomo, magnesio, mercurio, nitratos, nitritos, sodio, sulfato y zinc.

Las deficiencias de vitaminas y minerales que se observan en las aves de producción se analizan con más detalle en la sección de avicultura. Los problemas de deficiencia de vitaminas más comunes en los averíos de traspatio son debidos a no utilizar una premezcla de vitaminas en la dieta o por usar una premezcla de vitaminas más allá de su vida útil, dando lugar a una pérdida de eficacia. Las deficiencias de vitaminas liposolubles, especialmente vitamina D3, se suelen evidenciar clínicamente antes que las deficiencias de vitaminas hidrosolubles. La presentación más común de aves con deficiencia de vitamina D3 son las deformidades esqueléticas (raquitismo) que pueden presentarse en un averío con mortalidad, pérdida de la condición física y aves cojas o reacias a moverse debido a la escoliosis, huesos blandos y flexibles o falta de fuerza ósea.

Hay que aconsejar a los propietarios que compren pienso de calidad, lo almacenen correctamente (evitando las temperaturas extremas para prevenir la desnaturalización de las vitaminas y los minerales) y lo utilicen dentro de la fecha de caducidad. El pienso debe almacenarse en un lugar seco y fresco para evitar que las vitaminas se descompongan y para prevenir el crecimiento de moho/hongos. Usar una luz negra para comprobar la fluorescencia de los granos de maíz es una forma rápida de detectar micotoxinas nocivas. Si los propietarios de aves de traspatio quieren hacer su propia mezcla de alimentos, lo más común es incluir a partir de una premezcla de vitaminas/minerales de 1,4-4,5 kg de premezcla por tonelada de alimento. La mayoría de los piensos y premezclas se venden en cantidades grandes y caducan en 3-6 meses (2 meses en verano), y los propietarios de aves de traspatio deben ser conscientes de los peligros de la alimentación con piensos viejos y mal almacenados.

Los propietarios de aves de traspatio deben saber cuánto pienso consumirá cada ave al día para predecir cuándo pedir el siguiente lote de alimento. Un polluelo de un día comerá aproximadamente la cantidad de alimento que cabe en la superficie de una moneda de 25 centavos de dólar estadounidense, y una gallina ponedora adulta no debe comer más de 113 gramos de pienso por día. Los signos de una reducida o inadecuada densidad de nutrientes incluyen:

  • Crecimiento lento.

  • Mala condición corporal.

  • Lenta o falta de producción de huevos.

  • Pérdida de plumas.

Por el contrario, un ave de carne puede consumir cerca del doble de alimento que una ponedora adulta. Sin embargo, la sobrealimentación o la alimentación a voluntad, especialmente en aves de carne, puede provocar trastornos musculoesqueléticos.

Se desaconseja el uso de razas comerciales de pollos de engorde en un entorno de traspatio, ya que estas aves necesitan estar sometidas a una restricción alimenticia muy estricta para evitar enfermedades metabólicas. Las aves con acceso al aire libre complementarán su dieta buscando y comiendo insectos. Además, muchos propietarios de aves de traspatio optan por suplementar la ración de sus aves con sobras de comida y cereales. No debe sobrealimentarse a las aves, porque esto puede hacer que no coman una dieta equilibrada. Los restos de grasa también deben evitarse, ya que favorecen la aparición de hígado graso y la muerte aguda por rotura hepática. Aunque se desee un comportamiento de búsqueda de alimentos, las aves deben recibir la mayor parte de su dieta a partir de una ración completa y equilibrada.

El tipo de alimento recomendado varía según la especie, la edad y el uso del ave. Para algunas especies de aves, puede ser difícil encontrar los componentes apropiados. En general, los propietarios de aves de caza que no puedan encontrar el pienso de iniciación adecuado para aves de caza pueden sustituirlo por un pienso de iniciación para crías de pavo, que suele ser alto en proteínas (25-28 % de proteína bruta). Es fundamental no proporcionar dietas para ponedoras a las aves en crecimiento, ya que los niveles inadecuados de proteína y el alto contenido de calcio (3,5-6 %) pueden provocar un daño renal irreversible.

Así, uno de los problemas más comunes que se observan en grupos de distintas edades es la urolitiasis (gota visceral). Entre las causas de la gota visceral se incluyen las infecciones que provocan daño renal (p. ej., virus de la bronquitis infecciosa), alimentación con niveles excesivos de bicarbonato de sodio, la micotoxicosis, dietas ricas en proteínas y, con mayor frecuencia, la alimentación con una dieta rica en calcio (de ponedoras adultas) a un ave inmadura. Las dietas para las aves en crecimiento (antes de la puesta) suelen tener entre un 0,8-1,2 % de calcio, mientras que las aves ponedoras necesitan entre un 3,5-6 % de calcio debido a la demanda nutricional para los huevos de puesta (un huevo típico requiere ~2 g de calcio). Sin embargo, es importante que las ponedoras adultas tengan el calcio adecuado para evitar la osteoporosis (fatiga de la jaula) y los huevos con la cáscara blanda.