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Enfermedades parasitarias en acuicultura

Última revisión/modificación oct 2021

Protistas que infectan las branquias y la piel en acuicultura

Para obtener información sobre los protistas que infectan las branquias y la piel de los peces, ver Protistas ciliados que infectan las branquias y la piel. La información que aquí se presenta es relevante para los peces criados en sistemas de explotación intensiva. Como se ha mencionado anteriormente, los tricodínidos son indicadores de un saneamiento deficiente y/o de hacinamiento. Estos microorganismos se suelen encontrar en peces de piscifactoría, especialmente en sistemas con alta densidad de población, altas cargas orgánicas y mínima (o ninguna) desinfección interna (p. ej., UV u ozono). Cuando los peces están muy infestados, se producen pérdidas. En estos casos, el tratamiento químico por sí solo puede no ser suficiente para un control completo. Los problemas de manejo que favorecen la infestación deben incorporarse al plan de tratamiento. La disminución del material orgánico es esencial para la eficacia del tratamiento, porque estos microorganismos pueden protegerse del tratamiento químico "escondiéndose" entre los desechos orgánicos.

Ambiphyra y Apiosoma son ciliados sésiles que se encuentran en la piel, las branquias y las aletas de los peces. Son comunes en los peces criados en estanques y también tienen cierta preferencia por los entornos ricos en sustancias orgánicas. No se suelen encontrar en los peces marinos. En gran número, estos parásitos pueden producir lesiones epiteliales significativas, predisponiendo a los peces a agentes patógenos ambientales oportunistas y comprometiendo la respiración y la osmorregulación. Los peces infestados dan saltos y muestran un apetito disminuido, mal estado general e hiperplasia de las superficies epiteliales infestadas. La infestación severa de las branquias es particularmente dañina. Estos organismos pueden controlarse con un único tratamiento de formol, sulfato de cobre, permanganato potásico o una inmersión en sal. El hacinamiento excesivo y la falta de higiene suelen estar asociados a las infestaciones graves y deben corregirse.

Para la identificación de protistas que afectan a las superficies externas de los peces en acuicultura, ver Protistas ciliados que infectan las branquias y la piel. Las estrategias de control están determinadas por las especies afectadas y su uso previsto, el tipo de sistema en el que se alojan los peces, el coste del tratamiento y las consideraciones ambientales.

Parásitos protistas internos en acuicultura

Para obtener información sobre parásitos flagelados (diplomónadas como Spironucleus, y kinetoplástidos como Cryptobia iubilans), ver Parásitos protistas internos. Estos parásitos también son comunes en el tracto GI de especies acuícolas sensibles. El uso de tratamientos químicos para controlar estos microorganismos no es factible en los peces para consumo; sin embargo, las mejoras en las condiciones ambientales y de explotación disminuirán la morbilidad y la mortalidad.

Los opalínidos, parásitos más grandes parecidos a los ciliados que se suelen encontrar en el tracto GI, pueden hallarse en ocasiones en el gourami besador, el pez disco, algunos peces gato y otras especies. Considerados comensales por algunos, estos pueden o no estar asociados con la enfermedad.

Parásitos metazoarios internos en acuicultura

Las enfermedades causadas por mixosporidios (Myxozoa) de importancia en la acuicultura incluyen la enfermedad del torneo, la enfermedad renal proliferativa (PKD) de los salmónidos y la enfermedad proliferativa de las branquias del siluro de canal. La enfermedad del torneo es causada por Myxobolus cerebralis. Los peces se infectan como alevines cuando el parásito infecta el cartílago de la columna vertebral y el cráneo, dando lugar a deformidades esqueléticas visibles. Los alevines afectados suelen mostrar un comportamiento rápido de persecución de la cola (girando) cuando se asustan. La enfermedad también se llama a veces "cola negra", porque el pedúnculo y la cola pueden oscurecerse considerablemente. Los peces recuperados siguen siendo portadores. Los adultos no muestran signos conductuales, pero las deformidades esqueléticas debidas a la infección no se resuelven. La enfermedad se puede prevenir comprando peces reproductores no infectados y manteniéndolos en un ambiente libre de los hospedadores intermediarios (gusanos tubifícidos). El diagnóstico presuntivo de la enfermedad del torneo se realiza mediante la detección de alteraciones en los cráneos de los peces infectados. El diagnóstico se puede confirmar histológica o serológicamente. La enfermedad del torneo es objeto de regulación en algunos estados.

La enfermedad renal proliferativa (ERP) es una de las enfermedades más importantes desde el punto de vista económico que afectan a las industrias de salmónidos de América del Norte y Europa. Las truchas arco iris son altamente sensibles a la enfermedad. La PKD es causada por Tetracapsuloides bryosalmonae, un mixosporidio con cuatro cápsulas polares distintas. Se da con mayor frecuencia en verano, cuando la temperatura del agua es >12 °C, y el parásito infecta principalmente a los peces de un año y a los más jóvenes. Los signos clínicos incluyen el letargo, el oscurecimiento y la acumulación de líquido que se manifiesta en exoftalmía, ascitis y la inflamación lateral del cuerpo. Los peces infectados con frecuencia están anémicos, lo cual da lugar a palidez de las branquias. Macroscópicamente, el riñón posterior aparece gris, moteado y significativamente aumentado. El diagnóstico presuntivo puede basarse en la observación de organismos sospechosos, de 10-20 micrómetros de diámetro, en preparaciones en fresco de tejido renal teñidos con Giemsa. Para la confirmación se requiere el examen histológico del tejido infectado, teñido con H&E, y la inmunohistoquímica. No hay tratamiento, pero los peces que se recuperan de la infección son resistentes a brotes posteriores. Las explotaciones infectadas en zonas no endémicas deben vaciarse, las instalaciones se han de desinfectar y se debe obtener una población libre de la enfermedad para su reposición. La prevención es la mejor medida de control.

La enfermedad proliferativa de las branquias es una infección por mixozoos del siluro de canal causada por Aurantiactinomyxon ictaluri. El organismo tiene un ciclo biológico complejo, en el que el gusano oligoqueto Dero digitata sirve de hospedador intermediario. Los siluros de canal pueden ser hospedadores accidentales de la A ictaluri, y la enfermedad suele aparecer en estanques nuevos o en estanques previamente infectados que se han drenado y rellenado. Aunque la enfermedad proliferativa de las branquias puede causar una mortalidad masiva cercana al 100 %, las pérdidas pueden ser tan bajas como del 1 %. La enfermedad se produce a temperaturas del agua de 16-26 °C y la mortalidad aumenta por la insuficiente calidad del agua, particularmente por el bajo nivel de oxígeno o con niveles altos de amonio no ionizado. Las branquias de los peces afectados están muy inflamadas y hemorrágicas. Se puede hacer un diagnóstico presuntivo a partir de una preparación en fresco de tejido infectado, en la que los filamentos aparecen engrosados, en forma de bastón y rotos. La necrosis cartilaginosa apoya fuertemente el diagnóstico de la enfermedad proliferativa de las branquias; sin embargo, se requiere la histología para la confirmación. La PCR cuantitativa también se ha utilizado para el diagnóstico.

Platelmintos (gusanos planos) en acuicultura

Los vermes planos (platelmintos: monogéneos, digéneos, cestodos, turbelarios) también causan problemas en la acuicultura, al igual que las sanguijuelas, que taxonómicamente no están dentro de los platelmintos.

Los monogéneos, incluidos los girodáctilos, los dactilogíridos, los ancirocéfalos y los capsálidos, se han identificado en numerosas especies acuícolas.

Gyrodactylus salaris causa una enfermedad de declaración obligatoria en los salmónidos, pero no se ha descrito en EE. UU. Cualquier Gyrodactylus encontrado en una especie de salmónido debe identificarse lo suficientemente bien como para determinar si es G salaris. Neobenedenia y Benedenia son monogéneos importantes en los peces marinos.

Aunque los tratamientos variarán según la instalación para acuicultura, la especie de parásito y del pez hospedador, el formol está aprobado para su uso en peces de consumo. La hiposalinidad para las especies marinas, incluidas las inmersiones en agua dulce, puede ayudar a reducir la carga en los peces, pero también habrá que controlar los reservorios ambientales (p. ej., los huevos). Neobenedenia se controló en un estudio cuando los niveles de sal se redujeron a ≤15 g/L durante 5 días y a ≤18 g/L durante 7 días. El peróxido de hidrógeno no está aprobado para su uso contra las infestaciones por monogéneos en los peces para consumo humano, pero puede usarse de manera extraoficial bajo la supervisión de un veterinario. Las dosis son experimentales (véase Use of Hydrogen Peroxide in Finfish Aquaculture para conocer algunas dosis descritas). Los monogéneos de agua dulce pueden tratarse con formol o baños de agua salada para eliminar la mayoría de los parásitos de los peces, pero las fases ambientales (p. ej., los huevos) también requieren control.

Los digéneos presentan ciclos vitales complejos, con varios estadios larvarios que infectan a uno o más hospedadores. Como se mencionó anteriormente, los peces criados en sistemas acuícolas al aire libre son más propensos a infestarse por este grupo de parásitos. Con raras excepciones, el primer hospedador intermediario es un molusco sin el cual no se puede completar el ciclo biológico. El hospedador final de muchos parásitos digéneos comunes de peces en acuicultura es un ave zancuda. El diagnóstico por lo general se puede establecer mediante exploraciones macro- o microscópicas que revelan las cercarias, metacercarias o formas adultas del gusano en cualquiera de los tejidos o cavidades corporales del pez. Los peces tienden a formar cápsulas de tejido pigmentado que enquistan a los parásitos. Según el color de los quistes en la piel, la afección se denomina enfermedad de manchas negras, blancas o amarillas. Los peces fuertemente parasitados están con frecuencia débiles, delgados, inactivos y mal alimentados. En muchos casos, las infestaciones de bajo nivel pueden no dar lugar a una morbilidad significativa, pero impedirán la venta de pescado por razones estéticas. No se recomienda el tratamiento.

Los peces tropicales jóvenes criados en estanques pueden desarrollar una grave enfermedad branquial por quistes de metacercarias del digéneo Centrocestus formosanus en el tejido branquial. Aunque la muerte aguda se observa en ocasiones, los peces infectados mueren con más frecuencia durante la captura o el transporte, cuando pueden estar expuestos a concentraciones de oxígeno por debajo del nivel óptimo. Si solo un pequeño porcentaje del tejido de las branquias está infestado, los peces pueden ser clínicamente normales. El tratamiento de los peces infectados no ha tenido éxito; sin embargo, la prevención de la enfermedad mediante la eliminación del hospedador intermediario, el caracol de agua dulce Melanoides tuberculata (nombre común, caracol trompeta), ha sido eficaz.

Bolbophorus confusus es un trematodo digéneo que causa morbilidad y mortalidad en alevines de siluro de canal en estanques de producción en Misisipi, Luisiana y Alabama. El hospedador definitivo de B confusus es el pelícano blanco, y el primer hospedador intermediario es el caracol cuerno de carnero (Heliosoma spp). Las cercarias liberadas por los caracoles se enquistan en los peces, formando metacercarias en cualquier tejido, aunque la mayoría se encuentran en la piel y el músculo esquelético del pedúnculo de los siluros de canal juveniles. La enfermedad es grave (con una mortalidad de hasta el 95 %) cuando las metacercarias se enquistan en los órganos viscerales, especialmente en la porción posterior del riñón y el hígado. La afectación de estos órganos puede producir una presentación similar a la septicemia entérica o la enfermedad del virus del canal, que se caracteriza por la acumulación de líquido en el abdomen y la exoftalmía. Las lesiones en piel y músculo suelen dar lugar a unas tumefacciones de color entre blanco y rojizo. La presencia de digéneos en músculo esquelético puede dar como resultado el decomiso de las canales afectadas en las plantas de procesado.

Los cestodos tienen ciclos biológicos complicados, con fases larvarias que infestan a uno o más hospedadores. La patología está relacionada con el hecho de que el pez sea un hospedador intermediario o final y con la gravedad de la infestación. En muchos casos, las fases juveniles de los cestodos (p. ej., larvas plerocercoides) pueden estar presentes sin importancia clínica. Sin embargo, para los peces de abasto, las especies que afectan a la carne darán lugar a pérdidas económicas. Una de las especies de cestodos de agua dulce más importantes es la tenia asiática Bothriocephalus acheilognathi. Esta especie se ha extendido desde Asia a lugares de todo el mundo. B acheilognathi tiene un rango de hospedadores bastante amplio, que incluye especies de ciprínidos, centrárquidos, anterínidos y goodeidos. Los adultos se encuentran en el intestino de los hospedadores finales, y las infestaciones graves pueden causar distensión, obstrucción o perforación intestinal.

Las especies de cestodos con fases fuera del intestino, y que muestran una patología significativa, son más problemáticas a la hora de tratarlas porque la muerte de los microorganismos puede provocar respuestas inflamatorias graves. Un ejemplo son los miembros del orden Trypanorhyncha, como los vermes que se encuentran en el medregal. Las fases juveniles de una de las especies de tripanorrincos identificadas, Protogrillotia zerbiae, se han encontrado en gran número dentro de la musculatura de la cabeza y la zona del pedúnculo caudal de los reproductores de medregal capturados en libertad. El último hospedador de este grupo son los tiburones. Debido al ciclo biológico, los hospedadores intermediarios son menos frecuentes en las instalaciones de acuicultura, por lo que este parásito no se suele transmitir a los juveniles en las poblaciones de cría.

Otros parásitos internos vermiformes en acuicultura

Los acantocéfalos (gusanos de cabeza espinosa) son frecuentes en los peces silvestres, tanto los estadios larvarios en los tejidos como los parásitos intestinales adultos. Son más frecuentes en los salmónidos y los peces marinos. Los artrópodos son el primer hospedador intermediario. Los acantocéfalos adultos se reconocen fácilmente por su probóscide saliente, que está provista de muchos ganchos.

Los pentastómidos, que pueden producir lesiones similares a las de un "gusano blanco" en el exterior o el interior de la cavidad corporal en numerosos órganos, se han identificado en especies de peces de acuario, incluyendo los peces cola de espada. Los peces se infectan por la fase larvaria o "ninfa", y los hospedadores finales son los reptiles acuáticos (tortugas, serpientes, caimanes). Bajo el microscopio, las ninfas se ven como gusanos gruesos, robustos, curvos y "segmentados" (véase Pentastomid Infections in Fish). Los peces a menudo no muestran cambios de comportamiento y pueden tener una morbilidad o mortalidad mínimas, pero el pescado no puede venderse por razones estéticas. No se recomienda el tratamiento, pero el manejo implica la eliminación de los hospedadores finales del sistema.

Parásitos crustáceos en acuicultura

Los parásitos de los crustáceos, incluyendo Argulus, Lernaea y Lepeophtheirus, pueden convertirse en problemas significativos en la acuicultura. El tratamiento de estos microorganismos no es factible para las especies de peces comestibles.