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Enfermedades parasitarias de las aves de compañía

PorSharman M. Hoppes, DVM, DABVP (Avian)
Última revisión/modificación sept 2021

También text Microorganismos transmitidos por la sangre.

La enfermedad parasitaria se ha vuelto menos común en los loros en cautividad durante los últimos 20 años con las restricciones contra la importación de aves silvestres; muchas aves de compañía ahora nacen en incubadoras, se crían a mano y tienen poco o ningún acceso al aire libre o a otras aves. Las enfermedades parasitarias más comunes incluyen infecciones por protozoos como la giardiasis en las ninfas, sarcocistosis en los loros más grandes y ácaros en los periquitos y paseriformes.

Parásitos del sistema circulatorio

También text Microorganismos transmitidos por la sangre.

Parásitos protozoarios del sistema circulatorio de las aves domésticas

Haemoproteus se documentó previamente con gran frecuencia en Cacatua spp. Leucocytozoon, Plasmodium y Atoxoplasma spp se observan en ocasiones en varias especies, con mayor frecuencia en rapaces, canarios y Columbiformes, y actualmente no son de gran importancia en psitácidas. La atoxoplasmosis aún se diagnostica en canarios.

Parásitos del sistema gastrointestinal

Giardiasis del sistema gastrointestinal de las aves de compañía

La giardiasis se ha descrito en muchas especies de aves, pero se observa con mayor frecuencia en las ninfas. Las aves adultas pueden ser portadoras latentes. Se supone que la transmisión es directa (ingestión de quistes infecciosos). Las ninfas o carolinas afectadas exhiben un arranque violento de las plumas de la región axilar y del interior de los muslos, además de una vocalización intensa. No se ha demostrado una relación causal entre la giardiasis y estos signos clínicos. Las heces de las carolinas afectadas pueden ser voluminosas y gasificadas (con un aspecto de "palomita de maíz").

Diagnóstico

Hay varias formas de diagnosticar Giardia spp:

  • prueba de flotación de sulfato de zinc en heces para detectar quistes

  • frotis salino directo de heces frescas para detectar trofozoitos móviles

  • Prueba de ELISA para el antígeno de Giardia spp en las heces.

  • Ensayo de PCR

Dado que la presencia de quistes es variable, son necesarias pruebas seriadas.

Tratamiento

  • Metronidazol (25-50 mg/kg, PO, cada 12-24 h durante 5-7 días).

  • Carnidazol (20-30 mg/kg/día, PO, durante 1-2 días).

Tricomoniasis de aves de compañía

Se ha descrito la tricomoniasis en muchos órdenes de aves, incluyendo Columbiformes, Galliformes, Falconiformes, Psittaciformes y Paseriformes. Trichomonas gallinae (denominada acumulación caseosa en las aves rapaces y chancro en las columbiformes) se ve ocasionalmente en aves domésticas, especialmente periquitos. Los signos clínicos comprenden anorexia, disfagia, pérdida de peso y disnea. Pueden observarse lesiones blancoamarillentas y caseosas, bien adheridas a las mucosas de la orofaringe, buche y esófago en aves rapaces y columbiformes. Los periquitos no suelen presentar lesiones orales muy visibles, pero sí muestran aumento de la salivación y regurgitación. La transmisión se produce por contacto directo (padres que alimentan a sus pichones) o indirecto (ingestión de alimentos y agua contaminados); las aves rapaces pueden infectarse al ingerir palomas o tórtolas infectadas.

La exploración microscópica en una preparación salina caliente de material de la cavidad bucal revela el microorganismo flagelado. Los protocolos de tratamiento incluyen carnidazol (20-30 mg/kg, PO, durante 1-2 días), ronidazol (6-10 mg/kg/día, PO, durante 7-14 días) o metronidazol (25-50 mg/kg, PO, cada 12-24 horas durante 5 días).

Otras enfermedades protozoarias de las aves de compañía

Otros parásitos protozoarios, como los coccidios, son mucho más comunes en las aves gallináceas o colombáceas, aunque en ocasiones se observan ooquistes de coccidios en aves psitácidas y paseriformes.

La criptosporidiosis se ha observado en un abanico de especies aviares, pero se cree que es un patógeno secundario más que primario.

La infección por Plasmodium spp (malaria) es altamente patógena en halcones gerifaltes, canarios y pingüinos. Plasmodium se transmite por mosquitos.

La atoxoplasmosis es una enfermedad protozoaria altamente patógena que causa hepatomegalia y esplenomegalia en los canarios y excreción de ooquistes similares a los coccidios en las heces.

Otros parásitos protozoarios como los coccidios son mucho más comunes en las aves gallináceas o columbáceas, aunque en ocasiones se observan ooquistes de coccidios en aves psitácidas y paseriformes.

Lombrices intestinales de las aves de compañía

Varios géneros y especies de nematodos intestinales infectan a las aves de compañía; y las aves silvestres pueden transmitir nematodos a loros en cautividad alojados al aire libre. La transmisión es directa por ingestión de huevos embrionados. Los hallazgos clínicos comprenden pérdida de condición corporal, debilidad, emaciación y muerte; la obstrucción intestinal es frecuente en infestaciones masivas. El diagnóstico de la infección por nematodos intestinales se establece a partir de la flotación fecal, mientras que la eliminación de los huevos puede ser intermitente. La ivermectina (0,2 mg/kg, PO, SC o IM, repetida en 10-14 días), el pamoato de pirantel (4,5 mg/kg, PO, repetida en 10-14 días) o el fenbendazol (20-50 mg/kg, PO, repetido en 14 días) suelen ser eficaces. En climas cálidos donde la exposición a través de aviarios al aire libre es probable, se realizan con frecuencia desparasitaciones rutinarias (cada 6 meses) con uno de estos antihelmínticos.

Cestodos de aves domésticas

Los cestodos son poco frecuentes en aves criadas domésticamente. Las aves de compañía más frecuentemente infectadas con cestodos son las cacatúas, loros grises africanos y fringílidos. Los hospedadores intermediarios probablemente son insectos y arácnidos de diversos tipos, lombrices de tierra y babosas. Las aves infectadas son asintomáticas o presentan un aspecto deteriorado, con o sin diarrea. El diagnóstico se basa en la visualización de huevos en una flotación fecal.

El praziquantel (5-10 mg/kg, PO o IM, una dosis) es el tratamiento recomendado. La recidiva es rara en los casos en los que el hospedador intermediario no es autóctono del área donde el ave se aloja.

Parásitos del sistema integumentario

Ácaro de la cara escamosa (pata) de las aves domésticas

La sarna escamosa de la cara, o Knemidocoptes pilae (también Cnemidocoptes pilae), es frecuente en los periquitos y rara en todas las demás especies de psitácidas. En los periquitos, son típicas las incrustaciones proliferantes porosas y blancas que afectan a los ángulos de la boca, el céreo, el pico y ocasionalmente el área periorbital, las patas y la cloaca. En los paseriformes (especialmente en canarios y jilgueros europeos) se forman escamas en las patas y superficies plantares de los dedos. Los ácaros se pueden recuperar realizando raspados en la piel de los periquitos, aunque la apariencia clínica suele ser patognomónica. En los paseriformes afectados por Knemidocoptes, los raspados de piel de las patas a menudo terminan en hemorragia y no se suelen recomendar. La ivermectina (0,2 mg/kg, PO o IM) o la moxidectina (0,2 mg/kg, PO o tópica) suelen ser eficaces. El tratamiento se repite a las 2 semanas.

Ácaros de las plumas de las aves domésticas

Las aves psitácidas rara vez se ven afectadas por los ácaros de las plumas. Ocasionalmente, la infestación con el ácaro rojo (Dermanyssus gallinae) se puede encontrar en aviarios al aire libre, especialmente en cajas nido. Con frecuencia, los propietarios de aves que se pican las plumas asumen una relación causal entre la sarna y el picoteo de las plumas, aunque este raramente es el caso. Más comúnmente, los factores de comportamiento, de cría y/o sistémicos están relacionados con la pérdida de plumas.

Las aves infestadas de ácaros pueden tratarse con aerosoles de piretrina, polvo de carbarilo al 5 % o ivermectina (0,2 mg/kg, PO o IM) repetidos a las 2 semanas. El tratamiento de los nidos incluye una mezcla de carbarilo al 5 %. Las jaulas se deben limpiar a fondo, y los nidos de madera deberían desecharse y reponerse.

Parásitos del aparato respiratorio

Ácaros de las bolsas de aire del sistema respiratorio en aves de compañía

Sternostoma tracheacolum parasita todas las vías respiratorias, más frecuentemente de los canarios y los diamantes de Gould. Los ácaros se encuentran en la tráquea, la siringe, los pulmones y los sacos aéreos. Todos los estadios del ácaro se encuentran dentro de los tejidos respiratorios. No se comprende bien su ciclo biológico.

En infecciones leves, las aves suelen ser asintomáticas; en infecciones graves, se observa disnea audible (ruidos agudos y chasquidos), estornudos, meneo de la cola y respiración con la boca abierta. Se observan grandes cantidades de saliva en la orofaringe, y puede haber ptialismo. Los signos clínicos se exacerban con la manipulación, el ejercicio y otras situaciones de estrés. La mortalidad puede ser elevada. La transiluminación traqueal en una habitación oscura a veces revela la presencia del ácaro. La respuesta al tratamiento puede ayudar a establecer un diagnóstico.

El tratamiento debe administrarse rápidamente y con una sujeción mínima. Puede administrarse ivermectina (0,2-0,4 mg/kg, PO o IM) repetida en 2 semanas o moxidectina (0,2 mg/kg, PO o tópicamente) repetida en 2 semanas

Sarcocistosis del sistema respiratorio de las aves domésticas

La sarcocistosis es una de las principales causas de mortalidad en loros alojados en el exterior en el sur de EE. UU. No es una enfermedad contagiosa, pero puede aparecer en grupos debido al ciclo biológico del protozoo parásito. Los ooquistes de los protozoos pasan de las heces de zarigüeya infectadas a través de insectos o roedores al recinto de las aves. Las heces de estos hospedadores de transporte luego las consumen las aves, y puede desarrollarse una enfermedad rápidamente mortal. Las aves del Viejo Mundo son las más sensibles y pueden morir de forma aguda. Los síntomas clínicos incluyen depresión, dificultad respiratoria, debilidad, ataxia y anemia. El diagnóstico y el tratamiento ante mortem pueden ser difíciles.

En áreas muy afectadas, pueden infectarse incluso las aves alojadas en el interior a través del alimento. Los ooquistes de este parásito protozoario de las heces de zarigüeyas infectadas se transmiten por insectos (p. ej., moscas, cucarachas) o ratones y ratas a los comederos o al recinto de las aves. Las heces de estos hospedadores de transporte luego las consumen las aves, y puede desarrollarse una enfermedad rápidamente mortal. Las especies del Viejo Mundo no se han expuesto inmunológicamente a esta enfermedad, y se observa una alta tasa de mortalidad en aves no tratadas como las cacatúas, loros grises africanos y loros Eclectus. Las ninfas también son sensibles, y a menudo se observan lesiones renales y neumónicas en la necropsia de esta especie. Aunque no son contagiosos, los casos tienden a producirse en grupos porque las heces de las zarigüeyas infectadas se difunden a través de los insectos alrededor de los terrenos del aviario. Se han documentado elevadas mortalidades.

Los signos clínicos de la sarcocistosis en aves pueden incluir letargo, regurgitación pasiva de agua, dificultad respiratoria, debilidad, ataxia y anemia. En los loros del Viejo Mundo (p. ej., las cacatúas, los loros grises africanos), la enfermedad se produce en las primeras etapas de la infección cuando el parásito sufre esquizogonia o merogonia (reproducción asexual) en el pulmón. Esto causa daño pulmonar, y las aves mueren de forma aguda con o sin signos de dificultad respiratoria. En los loros del Nuevo Mundo (p. ej., guacamayos, cotorras), el microorganismo se enquista en los músculos o en el SNC, causando debilidad, ataxia o signos neurológicos. La enfermedad puede manifestarse como una enfermedad muscular asintomática o clínicamente aparente, enfermedad cardiaca, enfermedad pulmonar aguda o encefalitis. Se ha observado encefalitis (paresia, temblores intencionales e inclinación de la cabeza) en psitácidas y rapaces.

No se dispone de una prueba diagnóstica específica, aunque los resultados del proteinograma pueden indicar infección (aumento notable de las concentraciones de betaglobulinas, con o sin un aumento notable de las concentraciones de gammaglobulinas). Se ha desarrollado una prueba de inmunofluorescencia indirecta (IFI) que puede ayudar en el diagnóstico ante mortem de la forma no aguda de sarcocistosis en aves psitácidas. La sensibilidad y especificidad de la prueba IFI varía entre el 83 % y el 86 %. El ensayo de PCR también está disponible. Los resultados de la biopsia muscular pueden ser concluyentes para los estadios enquistados pero no se realiza con frecuencia. Cuando se realiza una biopsia muscular, se ha descrito que el músculo cuádriceps es un mejor lugar que el músculo pectoral. Se han descrito incrementos en las actividades enzimáticas de LDH, AST y CK.

Los hallazgos macroscópicos de la necropsia incluyen aumento de la densidad pulmonar, hemorragia y lesiones renales. Las muestras de histopatología deberían incluir tejido de pulmón, riñón, músculo y SNC si hay signos neurológicos aparentes.

El tratamiento prolongado de la sarcocistosis con trimetoprima/sulfametoxazol (30 mg/kg, 2 veces al día) y pirimetamina (0,5 mg/kg, PO, 2 veces al día) ha tenido un éxito limitado en aves. La respuesta al tratamiento se suele monitorizar mediante muestreo seriado del hematocrito. Los medicamentos más nuevos utilizados para tratar la infección por los protozoos relacionados, Sarcocystis neurona, que afectan a los caballos todavía no se han evaluado para el tratamiento en aves.

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