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Lesiones traumáticas en aves de compañía

PorSharman M. Hoppes, DVM, DABVP (Avian)
Última revisión/modificación sept 2021

Los traumatismos son una motivo de consulta común en los pacientes aviares. Son frecuentes las heridas por mordedura de gato o perro o aves grandes que atacan a aves más pequeñas. Las aves de compañía a las que se les permite desplazarse o volar libremente en la casa pueden lesionarse chocándose contra las paredes, ventanas o ventiladores de techo, o cayéndose de los hombros, mesas de juego o la parte superior de su jaula. Las aves también pueden lesionarse en su jaula. Una pata o la anilla pueden quedar atrapados en un juguete o entre las barras. Otras lesiones traumáticas comunes incluyen heridas punzantes, laceraciones, fracturas, amputaciones de extremidades y lesiones por aplastamiento.

La estabilización es primordial; las aves que presentan traumatismos suelen estar frías y estresadas y han sufrido pérdidas de sangre. El ave debe colocarse en una incubadora caliente y oxigenada inmediatamente después de la presentación y observarse a distancia para la dificultad respiratoria (balanceo de la cola), respiración con el pico abierto, sangrado activo, capacidad para posarse, uso de ambas patas y presencia de ala caída.

Después de la evaluación inicial, el clínico debe decidir si mantener al ave en la incubadora o en oxígeno, realizar una breve exploración física y comenzar tratamientos de soporte inmediatos, o realizar una exploración física más completa con o sin pruebas diagnósticas. Antes de manipular al ave, se ha de determinar un plan detallado, y luego se deben preparar todos los elementos con anticipación para los tratamientos y diagnósticos.

El examen y los tratamientos pueden necesitar hacerse por etapas, colocando al ave de nuevo en la incubadora oxigenada para que se recupere si se estresa o debilita en cualquier momento durante la manipulación o el tratamiento. Los tratamientos de urgencia incluyen fluidos calientes (subcutáneos, intravenosos o intraóseos), analgésicos, antiinflamatorios y antimicrobianos. Los fluidos de mantenimiento se estiman en 50-100 mL/kg/día. En las aves deshidratadas, el 50 % del volumen de mantenimiento diario total puede administrarse por vía subcutánea y repetirse cada 6-8 h hasta que se restablezca la hidratación. En aves traumatizadas con pérdida excesiva de sangre, se puede colocar un catéter intravenoso o intraóseo para fluidoterapia, que puede incluir hidroxietilalmidón o una transfusión de sangre. A menudo, las aves están estresadas y con dolor y pueden beneficiarse de la sedación para las pruebas diagnósticas y los tratamientos. En las aves estresadas, se puede utilizar el midazolam (0,5-1 mg/kg, IM, o 1-2 mg/kg, intranasal), con o sin butorfanol (0,5-2 mg/kg, IM o intranasal).

A menudo, en los casos de traumatismos, las pruebas diagnósticas o los tratamientos extensos o la cirugía deben posponerse hasta que el ave se estabilice, lo que puede llevar 12-48 h. Todas las aves con traumatismo deben tratarse con el objetivo de la supervivencia de las aves primero y el tratamiento del tejido traumatizado en segundo lugar. Por ejemplo, un ave que ha estado luchando durante horas con una anilla aprisionada en la pata, con posiblemente una fractura del hueso tibiotarsal, tiene mayor riesgo de morir por el estrés relacionado con la lucha que por la fractura.

Las pruebas diagnósticas deben basarse en los hallazgos de la exploración física y pueden incluir radiografías para determinar si existen fracturas o luxaciones.

En las heridas por mordedura de depredador, la terapia antimicrobiana basada en el tratamiento de bacterias anaerobias y aerobias es crucial para aumentar las posibilidades de un resultado exitoso del caso.

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