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Anomalías congénitas y hereditarias de los dientes en animales

PorJennifer N. Roberts, DVM, DACT
Última revisión/modificación nov 2022

Anomalías en el número de dientes en animales

En varias especies se ha observado una desviación de la fórmula dentaria. La falta completa de desarrollo de los dientes, o anodoncia, es poco común.

La hipodoncia (ausencia de algunos dientes) y la oligodoncia (ausencia de muchos dientes) se ha descrito como hereditaria de forma recesiva en el Kerry Blue Terrier y asociada con la displasia ectodérmica hipohidrótica ligada al cromosoma X en otras razas. La mayoría de los casos parecen afectar a los premolares.

La hiperdoncia, también llamada poliodoncia, existencia de dientes supernumerarios, se observa con mayor frecuencia en los dientes permanentes y puede afectar a los incisivos, premolares y molares. En los perros, la hiperdoncia se produce con mayor frecuencia en el maxilar y tiene una incidencia descrita del 7,6 %. Supuestamente, estos dientes surgen de la sobreproliferación de la lámina dentaria durante el desarrollo.

Los dientes supernumerarios tienden a causar apiñamiento y maloclusiones, y pueden causar disfagia, enfermedad dental y malestar. En los caballos, los incisivos supernumerarios no se suelen extraer y se tratan con una reducción regular. En las muelas supernumerarias, son posibles secuelas el diastema y la sinusitis debidos a la formación de una fístula del seno oromaxilar. Los dientes se extraen o reducen regularmente para evitar complicaciones.

Irregularidades en la caída de los dientes en los animales

En los caballos es común la retención de los dientes deciduos. Los incisivos rostrales a los incisivos permanentes se suelen conservar; sin embargo, las radiografías ayudan a revelar su identidad. Los incisivos retenidos en otras orientaciones pueden causar maloclusión y/o desplazamiento de los incisivos permanentes. Los molares retenidos normalmente se desprenden cuando los dientes permanentes erupcionan por debajo de ellos. Las coronas sueltas pueden causar molestias al caballo, que se manifiestan como sacudidas de la cabeza, inapetencia, pérdida de peso, dificultad masticatoria y problemas de entrenamiento. Los capuchones dentales pueden extraerse si están sueltos, si el contralateral ya se ha desprendido o si hay espacio entre el capuchón y el diente permanente de debajo.

La retención de los dientes deciduos es común en el perro y sucede por el fallo de la separación del ligamento periodontal del diente deciduo, con la erupción rostral del diente canino permanente. Las razas pequeñas están sobrerrepresentadas, especialmente los Caniches toy. Esto puede causar un desplazamiento de los dientes permanentes, que puede producir maloclusión o impactación de comida y la ulterior enfermedad periodontal. Por ello, los dientes deciduos retenidos deben ser extraídos tan pronto como sea posible, teniendo cuidado de no dañar la zona del brote del diente permanente.

Anomalías en la posición, forma y dirección de los dientes en animales

El despazamiento o la rotación de los dientes se ha descrito en muchas especies. En los caballos, los molares se ven afectados con mayor frecuencia que los incisivos, siendo los dientes permanentes los más afectados que los deciduos. La mayoría de los desplazamientos se deben al apiñamiento durante la erupción. Las secuelas incluyen maloclusión, desgaste desigual y desarrollo de puntas afiladas, y diastema asociada al empaquetamiento del alimento. El tratamiento incluye la flotación regular de las superficies no opuestas, o la extracción si la afección es grave. El diastema puede tratarse mediante ensanchamiento mecánico. En los perros se ha descrito la rotación con frecuencia en las razas braquicéfalas y grandes; el primer premolar mandibular o el tercer premolar superior está a menudo afectado. Los dientes mal localizados o dirigidos pueden causar maloclusiones o afectar la posición de los dientes adyacentes. En pacientes gravemente afectados se pueden extraer; muchos casos son hallazgos accidentales.

Lesiones del esmalte dental en animales

Tanto en grandes como pequeños animales se produce hipoplasia, hipomineralización y displasia del esmalte. Las causas más frecuentes son pirexia, traumatismos, malnutrición, exposición a sustancias tóxicas o fármacos durante el desarrollo del esmalte (p. ej., concentraciones elevadas de fluoruro sistémico, tetraciclina), trastornos congénitos (p. ej., epiteliogénesis imperfecta en potros de Silla Americanos) e infecciones (p. ej., moquillo en perros o diarrea vírica bovina en terneros) que afectan a la actividad de los ameloblastos y los odontoblastos.

Las lesiones de hipoplasia del esmalte varían, según la intensidad y duración del daño, desde la picadura del esmalte hasta la ausencia de esmalte, con desarrollo dental incompleto. Los dientes afectados son proclives a la acumulación de placa y sarro, con la posterior penetración bacteriana y formación de caries. Los dientes con dentina expuesta, especialmente los dientes recientemente erupcionados, pueden ser más sensibles. La aplicación de un sellador de dentina o un agente adhesivo puede mejorar la comodidad de los pacientes afectados. En pequeños animales, la restauración con resina se ha empleado para cubrir defectos, aunque una diligente higiene dental y los cuidados en casa son cruciales para reducir la incidencia de complicaciones. Puede haber también decoloración del esmalte. En pequeños animales, la administración de tetraciclinas a hembras gestantes o a cachorros <6 meses de edad puede producir una coloración permanente pardo amarillenta de los dientes. En rumiantes, el esmalte de algunos dientes puede contener motas de color variable.

La ameliogénesis imperfecta, un tipo de hipoplasia hereditaria del esmalte, se ha documentado en Caniches estándar suecos, Lebreles Italianos y Samoyedos.