La hepatitis aguda incluye la aparición aguda o hiperaguda de los signos clínicos de enfermedad hepática; sin embargo, puede deberse a una enfermedad aguda o a exacerbaciones agudas de una enfermedad crónica. El término "hepatitis" se usa a menudo de forma inespecífica en los casos con enfermedad hepática, hasta que la causa del proceso patológico esté más claramente definida. Los signos clínicos característicos son anorexia, depresión y cólico ocasional, signos neurológicos y fotosensibilización. Las elevaciones de los niveles séricos de enzimas hepáticas indican daño hepático, que puede especificarse adicionalmente mediante ecografía y evaluación de la biopsia hepática.
La hepatitis aguda puede tener una causa infecciosa, tóxica o indefinida. Los signos clínicos pueden aparecer de repente; los caballos presentan letargo, anorexia e ictericia. También puede aparecer fotosensibilización, diarrea y alteraciones de la coagulación. Los signos neurológicos causados por la encefalopatía hepática o la hipoglucemia pueden ser graves. Puede haber signos clínicos de endotoxemia según la causa subyacente y de la capacidad de las células de Kupffer para eliminar las endotoxinas de la circulación sistémica.
Los incrementos en las actividades de la sorbitol deshidrogenasa (SDH), la lactato deshidrogenasa (LDH), la glutamato deshidrogenasa (GLDH) y la aspartato aminotransferasa (AST) en suero o plasma indican lesión hepatocelular aguda. Las actividades plasmáticas o séricas de la gamma-glutamil transferasa (GGT) y la fosfatasa alcalina (FA) están aumentadas con la colestasis secundaria a la inflamación de los hepatocitos. La colestasis produce hiperbilirrubinemia, con una fracción de bilirrubina directa (conjugada) que varía del 15 % al 35 % de la bilirrubina total en los caballos. A medida que la función hepática se deteriora progresivamente se hacen evidentes la elevación de la concentración de ácidos biliares séricos totales, la disminución de las concentraciones de glucosa y BUN y la prolongación de los tiempos de coagulación, lo que suele indicar que el proceso patológico se está volviendo de subagudo a crónico. La anorexia puede dar lugar a hipopotasemia. El hemograma completo puede reflejar una respuesta inflamatoria con neutrofilia o endotoxemia con neutropenia (especialmente en caballos), aumento de neutrófilos en banda y cambios tóxicos.
Enfermedad de Theiler
La enfermedad de Theiler es una de las causas más comunes de hepatitis aguda en caballos, después de la colangiohepatitis ascendente. Es principalmente una enfermedad de los caballos adultos.
Etiología y epidemiología de la enfermedad de Theiler en caballos
Los caballos con enfermedad de Theiler muestran signos clínicos de insuficiencia hepática 4-10 semanas después de recibir un producto biológico de origen equino, con mayor frecuencia la antitoxina tetánica (ATT). La enfermedad de Theiler puede desarrollarse como una complicación potencial de la administración de cualquier producto de plasma o suero equino que incluya plasma equino comercial. Algunos caballos afectados no tienen antecedentes de exposición a este producto, pero pueden haber estado en contacto con otro caballo que lo haya recibido. La enfermedad de Theiler subclínica también puede desarrollarse después de la administración de ATT. Lo más frecuente es que solo un caballo en la explotación esté afectado, aunque pueden producirse brotes o bien otros caballos en la explotación pueden presentar muestras de hepatopatía (elevación de las concentraciones enzimáticas) sin signos clínicos.
La aparición de la enfermedad en grupos de caballos adultos durante el final del verano o principios del otoño (de agosto a noviembre) sugiere una etiología infecciosa (vírica) o transmitida por vectores. La presentación estacional puede reflejar el hecho confuso de que muchas yeguas reciben ATT en la primavera de ese año junto con los potros recién nacidos. Las yeguas lactantes a las que se les administra ATT tras el parto parecen ser más sensibles. Históricamente, también se ha propuesto una reacción de hipersensibilidad tipo III (mediada por inmunocomplejos). Sin embargo, las investigaciones recientes documentan una causa vírica para la necrosis hepática aguda, con tres virus diferentes asociados a la enfermedad de Theiler en el género Hepacivirus de Flaviviridae, y la evidencia creciente de un virus causante en la familia Parvoviridae.(1)
Hallazgos clínicos de la enfermedad de Theiler en caballos
La aparición de los síntomas clínicos en la enfermedad de Theiler es aguda. La mortalidad aguda puede alcanzar el 50-60 % de los caballos afectados, con una mortalidad total de hasta el 88 %. L os caballos con enfermedad deTheiler suelen presentar anorexia, encefalopatía hepática e ictericia. Los signos del SNC son variables, van desde letargo a agresividad o conducta maníaca, ceguera central y ataxia. Puede producirse fotosensibilidad y decoloración de la orina como resultado de concentraciones elevadas de bilirrubina. La fiebre está presente en aproximadamente el 50 % de los casos. En algunos caballos con enfermedad de Theiler se ha observado pérdida de peso (poco común), edema ventral, pulso yugular, íleo e insuficiencia respiratoria aguda grave. Estos hallazgos sugieren que puede haber una fase subclínica antes de que se desarrolle una insuficiencia hepática manifiesta. También puede aparecer, en algunos casos terminales, hemólisis intravascular con hemoglobinuria. La mayoría de los casos son esporádicos; sin embargo, se han descrito brotes implicando a varios caballos. Si la enfermedad de Theiler se reconoce en un caballo, todos los caballos en las mismas instalaciones deben ser cuidadosamente controlados para detectar signos clínicos o bioquímicos séricos de enfermedad hepática.
Las actividades plasmáticas o séricas de las enzimas hepatocelulares y biliares están aumentadas. La GGT se suele elevar aún más durante los primeros días de la enfermedad, a pesar de la mejoría clínica y la recuperación final del caballo afectado. Los caballos con valores de AST >4000 UI/L tienen mal pronóstico. La actividad de la AST disminuye en 3-5 días en los caballos que mejoran y la actividad de la SDH disminuye incluso más rápidamente. La concentración sérica de bilirrubina total suele estar más alta en caballos con enfermedad de Theiler que en caballos con anorexia. La hiperbilirrubinemia es frecuente, con la forma sin conjugar siendo >70 % del total. Las concentraciones séricas totales de ácidos biliares están elevadas. También puede haber acidosis de moderada a grave, hipopotasemia, policitemia, incremento de los aminoácidos aromáticos en el plasma e hiperamonemia.
Lesiones
En la necropsia se observa ictericia y grados variables de ascitis. El hígado suele ser pequeño o de tamaño normal; en ocasiones, sin embargo, puede estar aumentado de tamaño (casos hiperagudos), con una superficie moteada y manchada de bilis. Histológicamente hay una marcada necrosis hepatocelular de centrolobulillar a zona media con apoptosis, y un infiltrado mononuclear de leve a moderado. En algunos animales con enfermedad más crónica se puede observar una proliferación de los conductos biliares de leve a moderada.
Diagnóstico de la enfermedad de Theiler en caballos
Antecedentes de administración de productos plasmáticos en las últimas 4-10 semanas.
Elevaciones agudas de las enzimas hepatocelulares plasmáticas.
Examen ecográfico que documenta la disminución del tamaño del hígado y permite la biopsia, el cultivo y la evaluación de la sensibilidad.
El diagnóstico se basa en la anamnesis de la exposición al producto plasmático, la aparición aguda de los signos clínicos y los hallazgos de laboratorio sugestivos de insuficiencia hepática. En algunos casos, el hígado tiene un tamaño reducido y su visualización es difícil en la ecografía. El diagnóstico definitivo solo se puede establecer mediante biopsia hepática o necropsia. Se dispone de pruebas experimentales de PCR en suero de hepatitis vírica equina. Los diagnósticos diferenciales incluyen intoxicación por pirrolizidina aguda, hepatotoxicosis, colangiohepatitis, micotoxicosis, enfermedad cerebral (si hay signos del SNC) y enfermedad hemolítica (si hay hemólisis o coagulopatía).
Tratamiento de la enfermedad de Theiler en caballos
No se dispone de un tratamiento específico
Cuidados de apoyo, incluidos fluidos, apoyo nutricional y sedación si es necesario.
No hay un tratamiento específico para la enfermedad de Theiler. Los cuidados de apoyo (fluidos intravenosos con glucosa y potasio añadidos) y el tratamiento de la encefalopatía hepática pueden tener éxito. Las situaciones estresantes, como trasladar al animal o destetar al potro pueden exacerbar los signos clínicos de encefalopatía hepática y se deben evitar durante la crisis hepática aguda. La sedación solo se debe utilizar para controlar un comportamiento que podría causar lesiones al paciente o a los trabajadores y para permitir los procedimientos diagnósticos o terapéuticos.
La recuperación depende de la extensión de la necrosis hepatocelular y de la fibrosis final. Los caballos afectados que permanecen estables durante 3-5 días y que continúan comiendo se pueden recuperar. Los descensos en la concentración de SDH y el tiempo de protrombina, junto con la mejoría del apetito, son los mejores indicadores positivos de recuperación. Los caballos con una progresión rápida de los signos clínicos, encefalopatía incontrolable, hemorragia o hemólisis tienen mal pronóstico. Para los caballos afectados que se recuperan el pronóstico a largo plazo es bueno. En algunos caballos, la pérdida de peso progresiva y la muerte pueden ocurrir durante los meses posteriores a los signos clínicos iniciales.
Prevención de la enfermedad de Theiler en caballos
El uso de antitoxina tetánica (ATT) u otros productos plasmáticos no está exento de riesgos. Se desaconseja la administración rutinaria de ATT a las yeguas periparturientas. El uso de la ATT debe restringirse a situaciones en las que se necesita profilaxis frente al tétanos y no hay antecedentes de inmunización activa con toxoide tetánico.
Necrosis hepática aguda en el ganado vacuno
Epidemiología y patogenia de la necrosis hepática aguda en el ganado vacuno
Una hepatopatía aguda e insuficiencia hepática en el ganado vacuno suele ser el resultado de una agresión tóxica. En vacuno puede desarrollarse una necrosis hepatocelular con evidencias clínicas y de laboratorio de insuficiencia hepática, después de una mastitis o una metritis con signos clínicos de endotoxemia. Las endotoxinas inducen necrosis hepatocelular por efecto directo e indirecto sobre el hígado. Las endotoxinas pueden hacer que las células de Kupffer liberen enzimas lisosómicas, prostaglandinas y colagenasa que dañan los hepatocitos o pueden interaccionar directamente con estos, causando daño lisosómico, disminución de la función mitocondrial y necrosis. La necrosis hepatocelular relacionada con las endotoxinas puede en parte deberse a una disminución del flujo sanguíneo hepático y a hipoxia hepática.
Hallazgos clínicos y lesiones de la necrosis hepática aguda en el ganado vacuno
Los signos clínicos de la necrosis hepática aguda en el ganado vacuno son pérdida de peso, anorexia y cese de la producción láctea. Pueden presentarse grados variables de fotosensibilización e ictericia. Las actividades plasmáticas o séricas de la sorbitol deshidrogenasa (SDH), la gamma-glutamil transferasa (GGT) y la aspartato aminotransferasa (AST) están aumentadas de leve a gravemente. El hígado graso o la cetosis no son característicos. El hígado puede tener un tamaño normal o estar ligeramente aumentado de tamaño en la ecografía o la necropsia. Histológicamente existe un cambio hidrópico marcado con grados variables de necrosis hepática.
Diagnóstico de la necrosis hepática aguda en el ganado vacuno
Antecedentes de enfermedad primaria aguda que causa endotoxemia.
Aumento de la actividad de las enzimas hepatobiliares plasmáticas.
El diagnóstico de la necrosis hepática aguda se basa en una anamnesis de los signos hepáticos que se desarrollan simultáneamente o después de una enfermedad primaria (p. ej., mastitis tóxica) y endotoxemia. El incremento de las enzimas hepáticas y biliares y la ausencia de cetosis confirman el diagnóstico. El diagnóstico definitivo se basa en la biopsia de hígado y en la eliminación de otras causas infecciosas, tóxicas o inflamatorias, de disfunción hepática. En el diagnóstico diferencial se incluyen otras causas de enfermedad hepática subaguda o crónica (p. ej., por hepatotóxicos, lipidosis hepática) y afecciones que causan pérdida de peso e hipofagia.
Tratamiento de la necrosis hepática aguda en el ganado vacuno
Control de la endotoxemia
Apoyo nutricional
El tratamiento con nutrientes y fluidos suele ser exitoso en vacas afectadas con necrosis hepática aguda tras una agresión transitoria. Se recomienda la alimentación forzada con harina de alfalfa (15 % proteína) y grano desecado procedente de fábricas de cerveza o con pulpa de remolacha con cloruro de potasio y líquido ruminal normal. También pueden ser necesarias la soluciones intravenosas poliiónicas con dextrosa al 5 %, cloruro de potasio y complejo vitamínico B. Son esenciales el control de la endotoxemia y el tratamiento de la enfermedad primaria.
Referencias
Zehetner V, Cavalleri JV, Klang A, et al. Equine parvovirus-hepatitis screening in horses and donkeys with histopathologic liver abnormalities. Viruses. 2021;13(8):1599. doi: 10.3390/v13081599. PMID: 34452465; PMCID: PMC8402897.