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Neoplasias hepáticas en grandes animales

PorJonathan H. Foreman, DVM, DACVIM
Revisado/Modificado may 2023

    Los tumores hepáticos primarios son infrecuentes en caballos y rumiantes. Entre ellos se encuentran los carcinomas hepatocelulares, los colangiocarcinomas y, rara vez, linfomas, hepatoblastomas (en potros, caballos jóvenes, crías de alpacas) y el hamartoma combinado. El colangiocarcinoma es el más común y se encuentra principalmente en caballos de edad intermedia o mayores. Los carcinomas hepáticos proceden de los hepatocitos, los conductos biliares o de metástasis. Los carcinomas hepatocelulares se suelen encontrar en potros desde un año de edad a caballos adultos jóvenes y también se han descrito en llamas y cabras. En ganado vacuno se han descrito adenomas y adenocarcinomas del hígado. En cabras se ha descrito el fibrosarcoma hepático y el carcinoma de conductos biliares con metastatización a pulmón. En caballos con hepatoblastoma se han descrito eritrocitosis, amplias zonas de hematopoyesis extramedular, así como metástasis en la cavidad torácica. El melanoma, el mesotelioma y el carcinoma gástrico, renal o mamario metastásicos pueden causar una afectación hepática secundaria.

    El linfosarcoma es la neoplasia más común del sistema hematopoyético en caballos. Hasta un 37 % de los caballos con linfosarcoma presenta afectación neoplásica del bazo y un 41 %, del hígado. En ganado vacuno, llamas, alpacas y cabras se ha descrito la presencia en el hígado de metástasis de linfosarcoma.

    El letargo y la pérdida de peso son los signos clínicos predominantes en el carcinoma hepático. También puede haber una dilatación progresiva del abdomen, eritrocitosis, hipoglucemia persistente, ictericia e insuficiencia hepática. El colangiocarcinoma produce una pronunciada pérdida de peso antes de que aparezca la insuficiencia hepática. Las enzimas hepatocelulares y biliares pueden estar altas en presencia de carcinoma hepático o colangiocarcinoma. La actividad de la gamma-glutamil transferasa (GGT) en los caballos afectados suele ser muy elevada. La imagen ecográfica de los carcinomas hepatocelulares es característicamente uniforme.

    Los signos clínicos del linfosarcoma en caballos varían. Al principio de la enfermedad se observan signos inespecíficos como pérdida de peso, anorexia y letargo. Ocasionalmente, el linfosarcoma se puede infiltrar de manera difusa en el hígado y producir signos clínicos de insuficiencia hepática, ictericia y depresión intensa. Los hallazgos de laboratorio son hipoglucemia, incrementos de leves a moderados en las enzimas hepáticas plasmáticas, hiperbilirrubinemia y niveles de IgM anormalmente bajos. El examen ecográfico ayuda a detectar las neoplasias del bazo y del hígado. En rumiantes, a menudo, predominan los signos clínicos producidos por el crecimiento tumoral en otros órganos (nódulos linfáticos, abomaso, corazón, útero, médula espinal).

    La presencia y carácter de la neoplasia hepática se pueden confirmar mediante biopsia hepática y examen microscópico del tejido. Se pueden observar linfocitos o linfoblastos atípicos en la citología exfoliativa del líquido peritoneal y la sangre periférica de algunos animales afectados. En casos de hepatoblastoma o carcinoma hepatocelular se puede detectar un aumento de la concentración sérica de alfafetoproteína.