La presencia de cálculos ("litiasis") dentro del sistema biliar se denomina según la localización específica del cálculo en el conducto biliar (colelitiasis), el conducto biliar común (coledocolitiasis) o el conducto biliar intrahepático (hepatolitiasis). La estasis biliar está indicada por los valores de la química sérica. Los caballos con colelitos pueden presentar signos inespecíficos, como cólico, o pueden no estar clínicamente afectados.
Etiología y epidemiología de las litiasis biliares en grandes animales
En los caballos, la colelitiasis puede causar obstrucción biliar y enfermedad hepática simultánea o puede ser un hallazgo incidental en la ecografía o en la necropsia. Con mayor frecuencia afecta a caballos de edad media, sin predilección de sexo o raza. Los rumiantes pueden presentar cálculos solitarios o múltiples en el conducto biliar o la vesícula biliar (colelitiasis), el conducto biliar común (coledocolitiasis) o los conductos biliares intrahepáticos (hepatolitiasis). La coledocolitiasis es la causa más común de obstrucción biliar en grandes animales, y los caballos se ven afectados con mayor frecuencia que otras especies. La causa que tiene como resultado la formación del colelito en los caballos se desconoce. Los colelitos en caballos suelen ser el bilirrubinato cálcico, pero pueden incluir el fosfato cálcico. Se han propuesto como tales la inflamación ascendente del tracto biliar (colangiohepatitis), la infección bacteriana intestinal que produce estasis biliar y un cambio en la composición de la bilis o en la concentración de colesterol. Los colelitos que se forman alrededor de un cuerpo extraño, como material vegetal ascendente o parásitos, pueden ocluir el conducto biliar común. La colelitiasis y la hepatolitiasis no están bien reconocidas como un problema clínico en ovejas y cabras. La incidencia de la enfermedad en camélidos es desconocida.
Hallazgos clínicos de las litiasis biliares en grandes animales
Los signos clínicos que se ven comúnmente en caballos con colelitos o colangiohepatitis son pérdida de peso, dolor abdominal, ictericia, depresión y fiebre intermitente. Además de insuficienca hepática, y con menor frecuencia, pueden presentar encefalopatía, fotosensibilización y CID. Los signos clínicos, a menudo, se presentan de forma intermitente. Muchas veces, la obstrucción completa del conducto biliar común se acompaña de dolor cólico persistente.
Las anomalías de laboratorio incluyen aumento de la bilirrubina plasmática o sérica (directa o conjugada), gamma-glutamil transferasa (GGT), fosfatasa alcalina (FA) y concentraciones totales de ácidos biliares. Se observan incrementos en las actividades de la sorbitol deshidrogenasa (SDH) y la aspartato aminotransferasa (AST); sin embargo, los incrementos no son tan drásticos como los de las enzimas biliares primarias. Las concentraciones de BUN, glucosa y potasio pueden estar bajas en los casos de mayor cronicidad o anorexia. Las pruebas metabólicas indican función hepática reducida. El tiempo de protrombina (TP) y el tiempo parcial de tromboplastina (TPT) pueden estar prolongados. Puede haber leucocitosis, anemia de enfermedad crónica y aumentos en las concentraciones de proteína total, globulinas, fibrinógeno y amiloide A sérico (AAS) debido a la inflamación. Las alteraciones histológicas incluyen fibrosis periportal e intralobulillar, dilatación y proliferación moderada de los conductos biliares y colestasis. El cultivo del hígado puede revelar la presencia de infección bacteriana.
Lesiones
En la necropsia, el hígado puede estar agrandado o reducido. El hígado está de color marrón rojizo a marrón verdoso y más duro de lo normal. Los conductos hepáticos y el conducto biliar común están dilatados y pueden contener uno o más cálculos.
Diagnóstico de las litiasis biliares en grandes animales
Incrementos en las actividades plasmáticas de la GGT y la FA, así como menores incrementos en las enzimas hepatocelulares.
Presencia de uno o más "litos" focales hiperecoicos en la ecografía, con sombras acústicas profundas en los cálculos.
En aquellos caballos cuya historia clínica revele fiebre, ictericia y/o dolor cólico recurrente se debería contemplar la presencia de colelitiasis. Otros signos clínicos de insuficiencia hepática (encefalopatía, fotodermatitis, pérdida de peso) se observan de forma menos constante con la colelitiasis. Un aumento notable de la actividad de la GGT plasmática con hiperbilirrubinemia (bilirrubina directa >25 %) también respalda el diagnóstico de colelitiasis. A menudo también están presentes incrementos en la actividad de la SDH, la AST y la FA; sin embargo, cuando están ausentes a pesar del aumento de la actividad de la GGT sérica, el diagnóstico presuntivo de estasis biliar está más justificado. La leucocitosis neutrofílica suele estar presente, con incrementos inconsistentes en las concentraciones de globulina, fibrinógeno y AAS.
La ecografía puede revelar una hepatomegalia con un incremento de la ecogenicidad del hígado, conductos biliares engrosados y distendidos y regiones hiperecoicas que sugieren la presencia de colelitos. En los caballos, los colelitos se observan típicamente en la porción craneoventral del lóbulo derecho del hígado, especialmente en los espacios intercostales del sexto al octavo. Los colelitos pueden ser hiperecoicos, proyectando una sombra acústica o un tracto sonolucente profundo en el cálculo. A veces se pueden ver piedras formando cálculos discretos o formando depósitos de lodo dentro del tracto biliar. Los conductos biliares engrosados y distendidos pueden aparecer como canales dilatados adyacentes a las venas portales. En los caballos, la sombra acústica causada por el gran campo pulmonar puede ocultar los colelitos en las ecografías.
Tratamiento de las litiasis biliares en grandes animales
Cirugía o litotricia
Aunque la obstrucción biliar en caballos es a menudo mortal, se han efectuado con éxito la coledocolitotricia y coledocolitotomía. El pronóstico de los casos que requieren coledocolitotomía depende de la gravedad de la colangiohepatitis concomitante y del tamaño del caballo. Este procedimiento es difícil por lo limitado de la exposición y la mala visibilidad del conducto hepático común. Las posibles complicaciones son contaminación biliar, peritonitis biliar, dehiscencia, estenosis del conducto biliar, reformación del colelito y enterocolitis. El pronóstico es mejor cuando la obstrucción se corrige mediante una coledocolitotricia.
Los cálculos pequeños o los depósitos de lodos menos discretos pueden resolverse con éxito mediante tratamiento médico. Además, la disolución de cálculos de bilirrubina puede estar facilitada por la administración simultánea de dimetilsulfóxido (DMSO: <20 %, en solución de 0,5-1,0 g/kg, IV). El DMSO debe usarse con precaución o evitarse en caballos con coagulopatías o signos clínicos de hemólisis; es rápidamente cardiotóxico si se administra en su forma original sin diluir. Los antiinflamatorios se administran para reducir la inflamación así como para proporcionar analgesia. Dado que la colangitis suele estar presente, la terapia elegida debe ser aquella que incluya antibióticos de amplio espectro a largo plazo. El agente antimicrobiano escogido debe ser aquel que determine el cultivo y antibiograma; estos se realizarán a partir de una biopsia hepática, una aspiración del conducto biliar, o desde el propio colelito. Se pondrán en marcha medidas y/o tratamientos de apoyo para controlar cualquier grado de insuficiencia hepática acompañante.
Puntos clave
Los "litos" hepáticos se diagnostican mediante el aumento de las enzimas biliares plasmáticas y son detectables mediante ecografía.
La extirpación quirúrgica es difícil; el tratamiento médico con o sin litotricia puede tener éxito.