Las biopsias con Tru Cut con aguja hepática (especialmente de 18 G) ecoguiadas pueden producir muestras demasiado pequeñas y fragmentadas para un diagnóstico preciso debido a la falta de unidades acinares representativas (se deben muestrear al menos 15 tríadas portales). Además, las biopsias con aguja normalmente solo se recogen de los lóbulos del lado izquierdo muestreados de forma más segura, que pueden pasar por alto las lesiones que afectan diferencialmente a los lóbulos hepáticos (p. ej., colangiohepatitis en los gatos). Las biopsias con aguja ciega realizadas sin guía ecográfica son peligrosas y desaconsejadas en animales con sospecha de linfadenomegalia hepática hiliar o mesentérica, afectación del conducto biliar común, vesícula biliar, intestinos (p. ej., enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad infiltrativa) o páncreas, o anomalías orgánicas múltiples. La laparotomía exploratoria es más apropiada. Cuando es posible, se prefieren las biopsias en cuña o las biopsias laparoscópicas con fórceps, ya que se pueden obtener muestras de tamaño adecuado de forma fácil y segura a partir de múltiples lóbulos hepáticos, asegurando una representación precisa de la enfermedad. Estos métodos también permiten la evaluación macroscópica del hígado. En particular, no se recomienda la laparoscopia cuando se sospecha una enfermedad del conducto biliar común o de la vesícula biliar que puede requerir un procedimiento biliar descompresivo, colecistectomía o colestotomía. La biopsia hepática debe realizarse siempre, incluso si el proceso patológico predominante es una anomalía biliar evidente, porque las lesiones histológicas hepáticas subyacentes pueden indicar otro proceso patológico primario. También es importante realizar una biopsia del hígado macroscópicamente normal cuando se identifican lesiones focales. Esta práctica asegura 1) la caracterización de la histología hepática "normal", 2) si coexiste una enfermedad hepática subyacente, 3) investiga la histología del hígado distante a la vesícula biliar en animales sometidos a colecistectomía, y 4) proporciona múltiples muestras de lóbulo hepático necesarias para confirmar la sospecha de DMV (porque esta lesión es variable entre los lóbulos hepáticos).
La evaluación rutinaria de la biopsia debe incluir el examen de una impronta citológica, tinción de Gram (si se detecta citológicamente inflamación supurativa o piogranulomatosa), tinción e interpretación rutinaria de H&E, así como la tinción con una tinción de reticulina (revela colapso sinusoidal del armazón de soporte del hígado), tricrómico de Masson (para confirmar la presencia y gravedad de la deposición fibrilar del tejido conectivo), azul de Prusia para identificar la retención de hierro en las células de Kupffer (macrófagos fijos) y hepatocitos (ayuda a confirmar la implicación lobular en la inflamación, activación de las células de Kupffer, presencia de hemocromatosis rara), tinción de rodamina para cobre (confirma y puede usarse para cuantificar el cobre con escaneo digital de la sección teñida con rodamina), cultivos bacterianos aerobios y anaerobios de hígado y bilis, y cuantificación de metales hepáticos (concentraciones de cobre, hierro y zinc, ya que estos valores pueden ayudar a evaluar el riesgo de lesión oxidativa y la necesidad de suplementación con zinc). Debe reservarse una muestra de tejido (fijada con formol) para otros estudios de casos específicos, como tinciones de inmunohistoquímica especiales o para pruebas de PCR para agentes infecciosos.
Antes de la biopsia deben evaluarse las posibles alteraciones de la coagulación mediante una revisión cuidadosa de la anamnesis, la exploración física, el frotis sanguíneo (para confirmar plaquetas ≥100 000/mcL), el perfil de coagulación rutinario (tiempo de protrombina [TP], tiempo de tromboplastina parcial activado [TTPA]), la actividad del factor de von Willebrand (vWF) en razas de alto riesgo y tiempo de hemorragia de la mucosa oral. Las evaluaciones rutinarias de la coagulación tienen poca fiabilidad para detectar el riesgo de hemorragia. El tiempo de sangrado de la mucosa oral es más relevante cuando se realiza justo antes del procedimiento. Los animales sospechosos de tener tendencia hemorrágica deben tratarse con vitamina K1 (0,5-1 mg/kg, SC o IM) a las 0, 12 y 24 h antes del muestreo de tejido. Si el tiempo de hemorragia de la mucosa oral es >5 min, está indicada una transfusión de plasma fresco congelado, así como la administración de acetato de desmopresina (DDAVP, 0,3-1 mcg/kg diluido en solución salina), que aumenta el FvW plasmático 2 veces sobre el valor basal en 1 h así como la actividad plasmática del factor VIII. El DDAVP puede iniciar un efecto hemostático en perros con vWF tipo 1 (deficiencia cuantitativa parcial), pero no en perros con defectos cualitativos o deficiencia completa de vWF. En muchas personas con enfermedad hepática, el DDAVP ha mejorado la capacidad de coagulación, aunque los mecanismos exactos no están completamente aclarados.