La estenosis esofágica es un estrechamiento patológico de la luz que puede desarrollarse después de una anestesia, un traumatismo (p. ej., un cuerpo extraño), la ingestión de sustancias cáusticas, la exposición a determinados fármacos (como la doxiciclina o la clindamicina), la esofagitis, el reflujo gastroesofágico o la invasión tumoral. La mayoría de las estenosis ocurren en la porción torácica del esófago. Los tumores esofágicos son raros; sin embargo, los sarcomas esofágicos pueden estar asociados a la infección por Spirocerca lupi, por lo que hay que tenerlos en cuenta en las zonas donde este parásito es prevalente. La compresión esofágica por anomalías del anillo vascular o tumores extramurales puede simular los signos clínicos de estenosis.
Los signos clínicos son similares a los asociados con la presencia de cuerpos extraños e incluyen regurgitación, ptialismo, disfagia y dolor.
Para el diagnóstico, un esofagograma bajo fluoroscopia es la herramienta preferida, ya que permite visualizar el número, la longitud, la localización y la gravedad de las estenosis. La esofagoscopia puede ser utilizada para el diagnóstico pero no permite ver más allá de la estenosis, salvo que se practique también una dilatación esofágica con balón.
Cortesía de Alex Zur Linden.
El tratamiento con mejores resultados es la dilatación de la luz mediante un catéter con balón. El bougienage o dilatación con sonda es otra técnica, pero menos disponible. En teoría, causa más esfuerzo cortante en el esófago, pero no se ha demostrado que tenga una tasa de complicaciones significativamente diferente a la de la dilatación con balón. Algunos casos pueden requerir múltiples procedimientos de dilatación.
Para evitar múltiples anestesias generales repetidas, se ha creado para perros la dilatación esofágica permanente con balón con sondas de alimentación. Después de la dilatación inicial de la estenosis bajo anestesia general, se pide al propietario que infle el balón adherido al tubo de esofagostomía dos veces al día. El objetivo es mantener el esófago abierto y evitar la recidiva de la estenosis. Esta nueva técnica ha tenido éxito en 9 perros y 3 gatos. Todos los propietarios describieron ingestión y náuseas durante el inflado que se resolvieron inmediatamente después del desinflado del balón. Las complicaciones menores descritas incluyeron regurgitación, infección cutánea y vómitos. Dos perros experimentaron regurgitaciones recurrentes.1
Los stents esofágicos se han usado en estenosis refractarias a procedimientos de dilatación. Sin embargo, este método se ha visto limitado por una alta tasa de complicaciones. La resección quirúrgica de una sola estenosis es otra opción; sin embargo, tiene menos éxito que dilatar o colocar una endoprótesis en el esófago.
Es probable que todos los tratamientos mecánicos para tratar las estenosis induzcan algún grado de esofagitis, que debe tratarse para disminuir la posibilidad de que la estenosis se vuelva a producir. El uso de corticoesteroides o mitomicina para ayudar a prevenir la formación de estenosis es controvertido. No existen datos sobre el éxito de este tratamiento complementario para las estenosis esofágicas en perros y gatos; sin embargo, su uso intralesional ha sido útil para reducir la recidiva en las personas.
Referencias
Tan DK, Weisse C, Berent A, Lamb KE. Prospective evaluation of an indwelling esophageal balloon dilatation feeding tube for treatment of benign esophageal strictures in dogs and cats. J Vet Intern Med , 2018;32(2):693–700.