El coronavirus entérico felino suele causar una infección intestinal subclínica o leve, transitoria en gatitos. Sin embargo, algunos gatos continúan excretando el virus de forma indefinida. La mutación del virus a un tipo que puede infectar a los macrófagos produce peritonitis infecciosa felina. La infección se puede diagnosticarse por PCR fecal. La mayoría de los gatos no requieren tratamiento, pero pueden ser necesarios cuidados de apoyo si los signos clínicos son graves.
El coronavirus entérico felino (FECV) es un virus de ARN monocatenario envuelto que es altamente prevalente en todo el mundo en los gatos domésticos. La infección suele ser subclínica o se caracteriza por una enfermedad GI leve y transitoria en los gatitos. La mutación del FECV a un biotipo capaz de infectar y replicarse dentro de los macrófagos es responsable del desarrollo de la peritonitis infecciosa felina (PIF), una enfermedad multisistémica altamente mortal.
Etiología y fisiopatología del coronavirus entérico felino
La excreción fecal del coronavirus entérico felino comienza dentro de la primera semana de la infección inicial y persiste en concentraciones elevadas durante 2-10 meses, seguida de un periodo prolongado (hasta 24 meses) de excreción vírica de menor concentración, potencialmente intermitente. Al menos el 13 % de los gatos infectados eliminan el virus de forma indefinida.
Los gatos se infectan por ingestión o inhalación de heces que contienen virus o por contacto con fómites contaminados (p. ej., cajas de arena, aseo mutuo, alojamiento, personal). El FECV es relativamente frágil, pero puede sobrevivir en ambientes secos hasta 7 semanas. El contacto estrecho entre los gatos (p. ej., criaderos y hogares con múltiples gatos) facilita la transmisión. Puede haber transmisión vertical de las madres a los gatitos. Los gatitos suelen comenzar a excretar el virus antes de las 9-10 semanas de edad, aunque se han descrito casos de excreción vírica a las 4 semanas de edad. Poco después de la infección, el virus puede replicarse en el tejido orofaríngeo, dando lugar a una eliminación transitoria de saliva (de horas a días). El FECV infecta y se replica en las células epiteliales apicales maduras de las vellosidades intestinales, causando un acortamiento y destrucción del borde en cepillo.
Hallazgos clínicos del coronavirus entérico felino
La mayoría de las infecciones por coronavirus entérico felino son clínicamente inaparentes o se caracterizan por una gastroenteritis leve y autolimitante. En ocasiones, los vómitos y la diarrea pueden ser agudos y graves o crónicos y no responden al tratamiento. Aunque la diarrea es el signo clínico más común de infección en gatitos, también se han descrito signos de las vías respiratorias superiores.
Diagnóstico del coronavirus entérico felino
RT-PCR fecal.
El ADN vírico del coronavirus entérico felino puede detectarse en las heces mediante RT-PCR. Dado que los portadores crónicos de FECV tienden a ser asintomáticos, se puede asumir que FECV es la causa de la diarrea solo después de que se hayan excluido otras causas (p. ej., infecciosa, dietética, enfermedad inflamatoria intestinal, neoplasia, etc.). La utilidad clínica de la evaluación serológica de anticuerpos frente a FECV es cuestionable. Los títulos positivos de anticuerpos frente al coronavirus se detectan en hasta el 40 % de los gatos domésticos y en hasta el 90 % de los gatos en criaderos o en hogares multigato. Los títulos positivos de anticuerpos frente al FECV son indicativos solamente de la exposición al virus y no sugieren la etiología de la enfermedad actual, no se correlacionan con el riesgo de desarrollar PIF y no son diagnósticos de PIF. Las lesiones histológicas sugestivas de enteritis por FECV incluyen fusión de las vellosidades intestinales, atrofia o desprendimiento. Dado que estas lesiones son inespecíficas, el diagnóstico definitivo requiere la detección inmunohistoquímica o inmunofluorescente del antígeno vírico en las células epiteliales intestinales.
Tratamiento, control y prevención del coronavirus entérico felino
La mayoría de los casos no necesitan tratamiento.
Los cuidados de apoyo pueden ser necesarios en casos graves.
Es improbable que los signos clínicos leves y transitorios del coronavirus entérico felino requieran tratamiento. El tratamiento, si es necesario, es sintomático y de apoyo (es decir, fluidoterapia, soluciones electrolíticas orales, antieméticos). No existe un tratamiento antivírico específico. No es habitual que la gastroenteritis asociada a FECV produzca la muerte.
El control y la prevención del FECV suelen ser un problema solo en los criaderos y refugios de rescate. La ingestión de partículas fecales contaminadas con virus debe evitarse tanto como sea posible. La contaminación fecal del medio ambiente puede minimizarse con un número suficiente de cajas de arena, limpieza diaria de la caja de arena, desinfección semanal de la misma y rasurando y limpiando la piel del extremo trasero de los gatos de pelo largo. El FECV puede sobrevivir en interiores hasta 7 semanas en condiciones secas, pero la mayoría de los desinfectantes comerciales lo inactivan fácilmente.
Idealmente, los gatos deben alojarse en grupos cerrados pequeños (tres o cuatro gatos). La habitación, las jaulas, la cama y las cajas de arena deben desinfectarse entre grupos. Aunque no es práctico en una situación de refugio, los gatos deben alojarse en grupos de acuerdo con su estado de anticuerpos (prueba de inmunofluorescecia de anticuerpos seropositiva o seronegativa) y el estado de excreción del virus (basado en PCR fecal). Los gatos seropositivos pueden ser reexaminados cada 3-6 meses y pasar a grupos seronegativos a medida que disminuye su título de anticuerpos. En una situación de rescate o refugio los gatos deben alojarse individualmente. La identificación de los gatos portadores de FECV requiere nueve pruebas de RT-PCR fecal positivas consecutivas, mientras que la identificación de un gato que ha eliminado la infección por FECV requiere cinco pruebas de RT-PCR fecales negativas consecutivas.
Los gatos seropositivos se deben aparear solo con otros gatos seropositivos y los gatos seronegativos con otros seronegativos. Los gatitos nacidos de apareamientos seropositivos o de una gata seropositiva están protegidos de la infección por inmunidad materna hasta alrededor de las 6 semanas de edad. Es improbable que los gatitos destetados de gatas seropositivas a las 6 semanas de edad adquieran la infección de la gata. Las pruebas serológicas de los gatitos deben retrasarse hasta las 10-11 semana de edad, momento en el que es probable que se produzca la seroconversión.
Los gatos nuevos deben someterse a pruebas serológicas antes de su introducción en un criadero o programa de cría. Solo los gatos seronegativos y libres de virus (PCR fecal) deben introducirse en un criadero libre de FECV o en un criadero que intenta eliminar el virus. Los gatos seropositivos son menos propensos a desarrollar PIF que los gatos seronegativos cuando se introducen en un entorno endémico de FECV. No se suele recomendar vacunar con un mutante intranasal de FECV sensible a la temperatura, pero puede considerarse en gatos seronegativos >16 semanas de edad introducidos en un ambiente endémico de FECV. La vacunación produce seroconversión y no protege completamente a los gatos previamente expuestos a FECV de desarrollar PIF.
Puntos clave
El FECV es muy prevalente en la población felina.
En la mayoría de los casos, el FECV es asintomático o causa signos clínicos leves autolimitantes.
La mutación del FECV puede resultar en el desarrollo de PIF.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre coronavirus entérico felino.