La fiebre equina del Potomac (FEP) es un síndrome agudo de enterocolitis que produce un leve cólico, fiebre y diarrea en animales de todas las edades, así como abortos en yeguas gestantes. El agente causal es Neorickettsia risticii. La infección de los enterocitos del intestino delgado y grueso da lugar a una colitis aguda, que es uno de los signos clínicos principales de la fiebre equina del Potomac. La enfermedad se observa en primavera, verano y principios del otoño y está asociada a los pastos que bordean los riachuelos o los ríos.
La epidemiología de la fiebre equina del Potomac ha demostrado que está implicado un vector trematodo. Se ha descrito la enfermedad en perros y gatos de forma esporádica por N risticii; el ganado vacuno parece ser resistente a la infección. La fiebre equina del Potomac se ha descrito en muchas zonas de EE. UU. y Canadá utilizando una prueba indirecta de anticuerpos fluorescentes como prueba de exposición; sin embargo, algunos estudios recientes indican una alta tasa de títulos falsos positivos con esta prueba, y se desconoce el verdadero rango geográfico de distribución. El aislamiento o la detección del agente causal a partir de los casos clínicos de fiebre equina del Potomac empleando cultivos celulares convencionales o la prueba por PCR solamente se ha descrito en California, Illinois, Indiana, Kentucky, Maryland, Míchigan, Nueva Jersey, Nueva York, Ohio, Oregón, Pennsylvania, Texas y Virginia.
Etiología y patogenia de la fiebre equina del Potomac
El agente causal de la fiebre equina del Potomac, N risticii, es una bacteria intracelular obligada gramnegativa con un tropismo por los monocitos. Los estudios morfológicos iniciales de este microorganismo aislado a partir de un cultivo celular, así como las respuestas serológicas de N risticii provocaron que esta bacteria fuese asignada al género Ehrlichia. Sin embargo, los análisis recientes de ADN han mostrado que N risticii está más estrechamente relacionada con N helminthoeca, el agente que provoca la enfermedad del envenenamiento por salmón en perros y con Ehrlichia sennetsu, que provoca una infección rara en humanos en Japón. N risticii no es visible en los monocitos de frotis sanguíneos procedentes de los casos clínicos en contraposición con Anaplasma phagocytophilum, que es fácilmente identificable en los granulocitos de los caballos infectados.
N risticii se ha identificado en caracoles de agua y se ha aislado de trematodos liberados por los caracoles. El ADN de N risticii fue detectado en 13 especies de moscas de la fruta (Trichoptera) inmaduras y adultas, moscas de mayo (Ephemeroptera), caballitos del diablo (Odonata, Zygoptera), libélulas (Odonata, Anisoptera) y plecópteros (Plecoptera).
Los estudios de transmisión empleando moscas de la fruta infectadas por N risticii han conseguido reproducir la enfermedad clínica. Se cree que la ingestión accidental de insectos acuáticos eclosionados que transportan N risticii en el estadio metacercarial de un trematodo es una de las vías de exposición. El periodo de incubación es ~10-18 días. El microorganismo causante está presente en las heces de caballos infectados experimentalmente; sin embargo, la importancia biológica de este hallazgo es desconocido. Los caballos clínicamente enfermos no son infecciosos y pueden estar alojados con caballos sensibles. Son necesarios más estudios en el futuro para determinar el papel exacto del vector y del hospedador helminto en el complejo ciclo biológico de N risticii.
Hallazgos clínicos y lesiones de la fiebre equina del Potomac
Las características clínicas iniciales de la fiebre equina del Potomac son depresión leve y anorexia, seguidas de una fiebre de 38,9-41,7 °C. En esta fase pueden estar reducidos los ruidos intestinales. En 24-48 horas se desarrolla una diarrea de moderada a grave, con heces que varían en consistencia desde montones blandos a acuosas, en ~60 % de los caballos afectados. El inicio de la diarrea se acompaña a menudo de un ligero malestar abdominal.
Algunos caballos desarrollan signos clínicos de sepsis grave y deshidratación. Los signos clínicos pueden ser indistinguibles de los de Salmonella y otras causas infecciosas de enterocolitis. La laminitis puede ocurrir como una complicación grave de la fiebre equina del Potomac en el 20-30 % de los caballos afectados. La fiebre equina del Potomac puede presentarse con la totalidad o cualquier combinación de estos signos clínicos:
Los hallazgos hematológicos pueden variar en la etapa inicial de la fiebre equina del Potomac apareciendo desde leucopenia (caracterizada por neutropenia y linfopenia) y trombocitopenia, hasta hemogramas normales, pese a los signos evidentes de enfermedad sistémica. Un hallazgo común en los casos de fiebre equina del Potomac es una marcada leucocitosis, que se ve normalmente a los pocos días de la aparición.
Varios meses después de la enfermedad clínica en yeguas gestantes pueden producirse abortos debidos a la infección fetal por N risticii. Experimentalmente, las yeguas gestantes infectadas entre los días 100-160 de gestación abortan a los 190-250 días. El aborto se acompaña de placentitis y retención de placenta.
Los hallazgos de necropsia no son específicos y revelan una inflamación difusa, principalmente del intestino grueso. Las lesiones fetales incluyen colitis, hepatitis periportal e hiperplasia linfoide de los nódulos linfáticos mesentéricos y el bazo.
Diagnóstico de la fiebre equina del Potomac
Cultivo celular de N risticii.
Aumento de títulos pareados.
Ensayo de PCR
Se puede establecer un diagnóstico provisional de fiebre equina del Potomac basándose en la presencia de signos clínicos típicos y de la presentación estacional y geográfica de la enfermedad. El diagnóstico definitivo de fiebre equina del Potomac debe basarse en el aislamiento o identificación de N risticii a partir de la sangre o las heces de los caballos infectados mediante cultivo celular o PCR. Las pruebas serológicas tienen un valor limitado como herramientas diagnósticas, aunque muchos caballos infectados tienen niveles altos de anticuerpos en el momento de la infección. Debido a la alta prevalencia de niveles falsos positivos, la interpretación de la prueba de detección de anticuerpos por fluorescencia indirecta en caballos individuales es difícil. Puede ser útil aumentar los títulos pareados.
El aislamiento del agente en un cultivo celular, aunque es posible, lleva mucho tiempo y no está disponible de forma rutinaria en muchos laboratorios diagnósticos. Una prueba por PCR en tiempo real que permita la detección del ADN de N risticii en 2 horas es mucho más factible para su uso en exploraciones diagnósticas rutinarias. Para mejorar las posibilidades de detección de N risticii la prueba debe ser realizada en sangre y en muestras fecales, ya que la presencia de los microorganismos en la sangre y en las heces no tiene que coincidir necesariamente.
Tratamiento de la fiebre equina del Potomac
Oxitetraciclina
Líquidos y AINE
Crioterapia profiláctica
La fiebre equina del Potomac se puede tratar con éxito con oxitetraciclina (6,6 mg/kg, IV, cada 12 horas), si se administra al comienzo del desarrollo clínico de la enfermedad. La respuesta al tratamiento suele verse en 12 horas. Esto se asocia con una disminución de la temperatura rectal, seguida de una mejoría del comportamiento, del apetito y de los borborigmos. Si el tratamiento se inicia pronto, los signos clínicos se suelen resolver al tercer día. Por lo general, el tratamiento antimicrobiano no ha de durar más de 5 días.
En los animales que muestran signos clínicos de enterocolitis, se deben administrar fluidos y AINE (consulte tratamiento para la salmonelosis). La laminitis en la fiebre equina del Potomac es más común que en otras causas de enterocolitis y si aparece, suele ser grave y a menudo refractaria al tratamiento. El uso profiláctico de la crioterapia de los cascos debe instaurarse inmediatamente. La tasa de mortalidad estimada es del 5-30 %.
Prevención de la fiebre equina del Potomac
Para la prevención de la fiebre equina del Potomac, existen numerosas vacunas inactivadas obtenidas a partir de la misma cepa de N risticii disponibles comercialmente. Aunque se ha descrito que la vacunación protege al 78 % de los ponis infectados experimentalmente, ha proporcionado solamente una protección marginal en el campo. El fracaso de la vacuna se ha atribuido a la heterogenicidad antigénica y genómica de las >14 cepas distintas de N risticii aisladas de casos presentados de manera natural. El fallo vacunal también puede deberse a una falta de protección por anticuerpos en el lugar de exposición, dado que se ha determinado que la forma natural de transmisión es por la ingestión oral del agente. Se ha sugerido minimizar la ingestión de insectos en los caballos de establos apagando las luces del establo durante la noche, que normalmente atraen a los insectos.
No se conoce ningún riesgo zoonótico.
Puntos clave
La fiebre equina del Potomac es una forma grave de enterocolitis que se reconoce en América del Norte.
El tratamiento implica cuidados de apoyo y oxitetraciclina.
La crioterapia profiláctica de los cascos puede ayudar a prevenir la laminitis.