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Fasciola hepatica en rumiantes

(Fasciola hepática común)

PorLora Rickard Ballweber, DVM, DACVM, DEVPC
Última revisión/modificación nov 2021

Fasciola hepatica es uno de los trematodos más importantes de los rumiantes domésticos en todo el mundo, y causan enfermedad hepática (podredumbre hepática, fascioliasis). La enfermedad hepática crónica es más común en el ganado vacuno y rara vez es mortal. La enfermedad aguda y subaguda es más común en ovejas y camélidos, y a menudo es mortal. La hepatitis traumática se produce cuando los trematodos inmaduros migran a través del tejido hepático antes de entrar y permanecer en los conductos biliares. Puede producirse anemia, edema submandibular y disminución de la ganancia de peso y de la producción de leche. La sedimentación fecal es una herramienta diagnóstica fácil y económica, pero solo puede detectar infestaciones patentes. Las pruebas de ELISA están disponibles en algunos países para la detección individual de anticuerpos o en tanques de leche. El control debe centrarse en eliminar los parásitos del animal, reducir la población de caracoles hospedadores intermediarios y excluir a los animales de producción de los pastos infestados de caracoles. Hay varios antihelmínticos disponibles para tratar a animales con trematodos hepáticos; sin embargo, se produce resistencia antihelmíntica a algunos compuestos.

Etiología y patogenia de Fasciola hepatica en rumiantes

F hepatica (30 × 2-12 mm, con forma de hoja) tiene distribución mundial y una gran variedad de hospedadores, incluyendo las personas. En el ganado vacuno, ovejas, alpacas y llamas se observan infestaciones de importancia económica en tres formas: 1) crónica, que rara vez es mortal en el ganado vacuno, pero a menudo es mortal en las ovejas, alpacas y llamas; 2) subaguda o aguda, que se da principalmente en ovejas, alpacas y llamas, y a menudo es mortal; y 3) en conjunción con la hepatitis necrótica infecciosa ( ver Hepatitis infecciosa necrótica en animales), que es más común en las ovejas y suele ser mortal.

Los huevos se excretan en las heces y los miracidios se desarrollan en tan solo 9-10 días (a 22-26 °C; por debajo de 10 °C se produce poco desarrollo), aunque los huevos pueden sobrevivir durante al menos 2 años. Los huevos eclosionan solo en el agua, y los miracidios tienen vida corta (~3 horas). Los miracidios infestan a los caracoles limneidos, en los que se reproducen asexualmente y multiplican pasando por las fases de esporoquiste, redia, redia hija y cercaria. Después de 6-7 semanas (o más si las temperaturas son bajas), las cercarias salen de los caracoles y se enquistan en la vegetación acuática y se convierten en metacercarias. Los caracoles infectados pueden prolongar este periodo de desarrollo al hibernar durante el invierno. Las metacercarias pueden permanecer viables durante muchos meses, a menos que se desequen. Pueden sobrevivir en el heno húmedo durante un corto periodo de tiempo, según la temperatura y la humedad durante el secado y la conservación; esto puede durar 2-3 semanas, pero con mucha humedad y temperaturas frías puede prolongarse hasta 4 meses.

Después de la ingestión por el hospedador, normalmente con la hierba, los trematodos jóvenes se desenquistan en el duodeno, atraviesan la pared intestinal y entran en la cavidad peritoneal donde migran al hígado. El tiempo necesario para este tránsito puede variar y tiene como resultado un retraso en las tasas de desarrollo. Estos retrasos afectan a la eficacia de algunos tratamientos, ya que muchos son eficaces frente a los trematodos solo más tarde en su desarrollo. Las fasciolas jóvenes atraviesan la cápsula hepática y hacen un túnel por el parénquima durante 6-8 semanas, creciendo y destruyendo tejidos. Luego entran en los conductos biliares pequeños y migran a los conductos más grandes y, ocasionalmente, a la vesícula biliar, donde maduran y comienzan a producir huevos. El periodo prepatente suele durar 2-3 meses, según la carga parasitaria. El periodo mínimo para completar un ciclo biológico completo es de ~17 semanas. Los trematodos adultos pueden vivir en los conductos biliares de las ovejas durante años; la mayoría se desprende del ganado en un plazo de 5-6 meses.

Hallazgos clínicos de Fasciola hepática en rumiantes

La fascioliasis es variable en cuanto a su gravedad, desde una enfermedad devastadora en las ovejas, las llamas y las alpacas a una infestación subclínica en el ganado vacuno. El curso suele estar determinado por el número de metacercarias ingeridas. La enfermedad aguda se produce 2-6 semanas después de la ingestión de gran número de metacercarias (por lo general >2000) en un corto periodo de tiempo. En las ovejas, la fascioliasis aguda es de presentación estacional y se manifiesta por un abdomen distendido y doloroso, anemia y muerte súbita a las 2-6 semanas tras la infestación. El síndrome agudo puede complicarse por infecciones concomitantes por Clostridium novyi, dando lugar a la hepatitis necrótica infecciosa (enfermedad negra), aunque ahora es menos común debido a la vacunación frente a las enfermedades por clostridios.

En la enfermedad subaguda, gran número (500-1500) de metacercarias son ingeridas durante largos periodos de tiempo; la supervivencia es más prolongada (7-10 semanas), aun en los casos con daño hepático extenso, aunque se acaba produciendo la muerte a causa de las hemorragias y la anemia.

La fascioliasis crónica puede aparecer en cualquier estación del año, pero se manifiesta principalmente a finales del otoño y en invierno. Se produce como resultado de la ingestión de un número moderado (200-500) de metacercarias durante periodos de tiempo mucho más prolongados. Los signos clínicos incluyen anemia, falta de crecimiento, edema submandibular y reducción de la producción de leche, pero incluso el ganado vacuno muy infectado puede no mostrar signos clínicos. Sin embargo, su inmunidad a otros patógenos (p. ej., Salmonella spp) puede reducirse, y las reacciones a la prueba intradérmica única para la tuberculosis pueden modificarse. La infestación crónica masiva es mortal en las ovejas, alpacas y llamas.

Las ovejas no parecen desarrollar resistencia a la infestación y el daño hepático crónico se va acumulando a lo largo de varios años. En el ganado vacuno se desarrolla una resistencia parcial adquirida a partir de 5-6 meses después de la infestación.

Lesiones:

La gravedad de la fascioliasis depende del número de metacercarias ingeridas, de la fase de desarrollo en el hígado y de la especie de hospedador implicada. Durante la primera fase, los trematodos inmaduros destruyen los tejidos hepáticos y causan hemorragia en sus migraciones. La segunda fase se produce cuando los trematodos entran en los conductos biliares, donde ingieren sangre y dañan la mucosa con sus espinas cuticulares. En fascioliasis aguda, la lesión es extensa; el hígado está dilatado y friable y presenta depósitos fibrinosos en la cápsula. Se pueden ver tractos migratorios y la superficie tiene un aspecto irregular. En los casos crónicos se produce cirrosis. Los conductos biliares dañados se dilatan e incluso forman quistes y tienen las paredes engrosadas y fibrosas. En el ganado vacuno pero no en ovino, las paredes de los conductos están muy engrosadas y, frecuentemente, calcificadas. Las migraciones aberrantes son más frecuentes en el ganado vacuno y pueden encontrarse trematodos encapsulados en los pulmones. Se pueden producir infestaciones mixtas por Fascioloides magna en el ganado vacuno.

La destrucción de los tejidos por los trematodos migratorios puede crear un microambiente favorable para la activación de las esporas de clostridios.

Diagnóstico de Fasciola hepatica en rumiantes

  • Prueba de sedimentación fecal

  • Pruebas comerciales de ELISA

Los huevos ovalados, operculados y de color marrón dorado (130-150 × 65-90 mcm) de F hepatica pueden distinguirse de los paranfistomas (trematodos del rumen), que son más grandes y claros. En zonas donde se dan tanto F hepatica como F gigantica, sus huevos no se pueden distinguir de forma fiable. Los huevos de F hepatica no se pueden encontrar en las heces durante la fascioliasis aguda. En la enfermedad subaguda o crónica en el ganado vacuno, el número varía de un día a otro y puede ser necesario efectuar análisis coprológicos por sedimentación repetidos. La sedimentación fecal es fácil y barata; sin embargo, solo puede detectar infecciones patentes. La precisión depende del número de huevos que se eliminan y de la cantidad de heces utilizadas. Las pruebas comerciales de anticuerpos de ELISA están disponibles en algunos países; sin embargo, solo están validadas para F hepatica. Estas pruebas permiten la detección 2-4 semanas después de la infestación y mucho antes del periodo patente; sin embargo, los niveles de anticuerpos no se correlacionan directamente con el número de parásitos, y los anticuerpos permanecen durante semanas después de que la infestación haya terminado, por lo que no son necesariamente indicativos de una infestación activa.

La detección de anticuerpos en la leche de tanque es útil como procedimiento de selección del rebaño; un resultado positivo sugiere que al menos el 25 % del rebaño está infectado.

El ELISA de coproanticuerpos, que está disponible en algunos países para analizar muestras fecales, puede detectar anticuerpos 6-8 semanas después de la infestación. Los anticuerpos desaparecen un par de semanas después de la resolución de la infestación; sin embargo, la fiabilidad de la prueba de ELISA en condiciones de campo se ha cuestionado, especialmente cuando pueden estar presentes infestaciones de diferentes edades.

Las concentraciones plasmáticas de gamma-glutamil transferasa, que están aumentadas en lesiones del conducto biliar, también son útiles durante el periodo de maduración tardía cuando los trematodos están en los conductos biliares.

En la necropsia, la naturaleza de la lesión hepática es diagnóstica. Los trematodos adultos se pueden observar fácilmente en los conductos biliares y las etapas inmaduras pueden exprimirse o sacarse de la superficie de corte.

Control de Fasciola hepática en rumiantes

  • Antihelmínticos

  • Manejo de pastos

Lo ideal es que las medidas de control de F hepatica eliminen los trematodos de los animales infestados, reduzcan la población de caracoles hospedadores intermediarios y excluyan a los animales de producción de los pastos infestados de caracoles. En la clínica, únicamente la primera de estas medidas es aplicada en la mayoría de los casos. Históricamente, el control de los caracoles usando molusquicidas se utilizó para reducir las poblaciones de caracoles en los pastos; sin embargo, estas prácticas están actualmente prohibidas en la mayoría de los países debido al impacto ambiental negativo. El drenaje de las zonas pantanosas bajas, si es posible, para reducir el hábitat de los caracoles, puede ser una alternativa eficaz al control químico. Se recomienda que los animales de producción se mantengan fuera de los pastos infestados de caracoles, pero esta exclusión es frecuentemente impracticable debido al tamaño de las áreas afectadas y al consiguiente gasto de levantar vallados adecuados. Cuando sea posible, sin embargo, se debe evitar el pastoreo en pastos de alto riesgo.

Los rumiantes infestados por F hepatica pueden tratarse con varios antihelmínticos, como el triclabendazol, el clorsulón (solo para ganado vacuno y ovino), el albendazol, la netobimina, el nitroxinilo, el closantel, la rafoxanida y la oxiclozanida. No todos están autorizados en todos los países; por ejemplo, solo el clorsulón (2 mg/kg; disponible solo combinado con ivermectina para bovinos) y el albendazol (10 mg/kg para bovinos y caprinos; 7,5 mg/kg para ovinos) están autorizados en EE. UU., y ninguno de ellos está aprobado para alpacas y llamas, y la mayoría tienen largos periodos de retirada antes del sacrificio si se usan en animales productores de carne y antes de que la leche de los animales de producción tratados pueda utilizarse para el consumo humano.

Se ha demostrado resistencia antihelmíntica por F hepatica a varios compuestos, incluidos el albendazol, el clorsulón y el triclabendazol, lo que complica aún más los programas de control basados únicamente en el uso de antihelmínticos.

El momento del tratamiento es de vital importancia para que la farmacocinética del producto utilizado produzca una óptima eliminación de los trematodos; cada trematocida presenta una eficacia variable frente a las diferentes fases de desarrollo del trematodo. El momento de los tratamientos está determinado por factores epidemiológicos locales, y se administran tratamientos adicionales cuando las condiciones son más favorables para la multiplicación del parásito. Por ejemplo, en los estados de la Costa del Golfo de EE. UU., el ganado vacuno debe tratarse antes de la temporada otoñal de lluvias y de nuevo al final de la primavera. En el noroeste de EE. UU. y el norte de Europa, el ganado vacuno debe ser tratado al final de la temporada de pastos y, si no se estabula, de nuevo a finales de enero o febrero. En los países europeos con grandes poblaciones de ovejas sensibles se emplean sistemas de predicción por ordenador basados en la lluvia, evapotranspiración, número de días húmedos por mes y/o prevalencia, para predecir el momento y la gravedad de la enfermedad. En áreas donde se esperan infestaciones masivas, el ovino puede necesitar un tratamiento en septiembre u octubre, en enero o febrero y de nuevo en abril o mayo, para reducir tanto la posibilidad de infestación aguda o crónica como la excreción de huevos de trematodo para la producción futura de la enfermedad.

Puntos clave

  • La enfermedad de trematodos hepáticos se asocia con mayor frecuencia con F. hepatica. La enfermedad puede manifestarse de forma aguda, subaguda o crónica; las ovejas, las alpacas y las llamas son propensas a la forma aguda/subaguda, y el ganado vacuno es más propenso a la forma crónica. La forma está muy influenciada por el número de metacercarias ingeridas, las cuales, a su vez, se ven afectadas por el manejo del pastoreo.

  • Las opciones de tratamiento adolecen de la ineficacia de la mayoría de los compuestos contra los trematodos inmaduros durante la fase migratoria, la fase en la que se produce el daño más grave.

  • La detección de trematodos hepáticos todavía depende del procedimiento de sedimentación fecal, que solo puede detectar infestaciones maduras y patentes. La eliminación de los huevos varía diariamente; por lo tanto, pueden ser necesarias varias exploraciones. La prueba de ELISA de anticuerpos está disponible en algunos países; sin embargo, la interpretación de los resultados puede ser problemática. Un ELISA de coproantígeno también está disponible en algunos países; sin embargo, se ha cuestionado su fiabilidad.

Para más información

  • Howell AK, Williams DJL. The epidemiology and control of liver flukes in cattle and sheep. Vet Clin Food Anim. 2020;36:109-123.

  • Fairweather I, Brennan GP, Hanna REB, Robinson MW, Skuce PJ. Drug resistance in liver flukes. Int J Parasitol Drugs Drug Resist. 2020;12:39-59.

  • Sustainable Control of Parasites (SCOPS): Liver Fluke

  • Consulte también la información para propietarios sobre los trematodos pulmonares en gatos y perros.