La enfermedad respiratoria representa una causa notable de morbilidad y pérdida de rendimiento en caballos de todas las edades, razas y disciplinas. Incluye afecciones no infecciosas (asma equina, hemiplejia laríngea) y enfermedades infecciosas (papera, infecciones víricas, neumonía bacteriana) de las vías respiratorias superiores e inferiores.
Ciertos trastornos de las vías respiratorias superiores, como la hemiplejia laríngea (neuropatía laríngea recurrente), representan causas importantes de bajo rendimiento y ruido respiratorio anormal en el deporte, el trabajo y los caballos de carreras. A menudo son afecciones dinámicas para las que los signos clínicos pueden estar ausentes en reposo. Para otros trastornos de las vías respiratorias superiores (hematoma etmoidal, micosis de la bolsa gutural, pólipos nasales), los signos de secreción nasal o ruido respiratorio anormal secundario a la obstrucción de las vías respiratorias son a menudo más evidentes en reposo.
Las infecciones respiratorias víricas son las causas más importantes de enfermedades respiratorias en caballos en todo el mundo. Los de importancia incluyen el virus de la influenza equina (VIE), el herpesvirus equino (HVE) y la arteritis vírica equina (AVE). Las manifestaciones clínicas de la enfermedad respiratoria son similares entre estos virus e incluyen pirexia, secreción nasal serosa, linfadenopatía submandibular, anorexia y tos. La infección por el HVE y el VIE también puede dañar los mecanismos de defensa naturales de las vías respiratorias, aumentando el riesgo de neumonía bacteriana secundaria. Entre los herpesvirus, el HVE-1 y el HVE-4 son las causas más importantes de enfermedad respiratoria. La infección por el HVE-1 también puede causar aborto y enfermedad neurológica. El HVE-5 está asociado con la fibrosis pulmonar multinodular equina. La arteritis vírica equina provoca aborto, vasculitis y enfermedad respiratoria. El virus de la rinitis equina y el adenovirus equino son ubicuos pero de menor importancia clínica como patógenos respiratorios víricos, y la infección produce enfermedad subclínica o clínica mínima en animales inmunocompetentes. La infección por el virus Hendra es una enfermedad zoonótica de los caballos en Australia; causa una enfermedad respiratoria o neurológica rápidamente mortal en caballos y humanos.
En el caballo se han descrito infecciones respiratorias bacterianas primarias y secundarias. Streptococcus equi equi, el agente causal de la papera, es una bacteria patógena primaria de la vía respiratoria superior y es capaz de invadir la mucosa sin que necesariamente existan factores predisponentes. Los signos clínicos incluyen fiebre, linfadenopatía e inflamación de los nódulos linfáticos. La papera es altamente infecciosa entre los caballos y es de declaración obligatoria en EE. UU. y otros países. Rhodococcus equi es un patógeno primario del tracto respiratorio inferior de los potros y produce bronconeumonía supurativa crónica y abscesos pulmonares. Los signos clínicos son a menudo leves hasta fases más avanzadas de la enfermedad. Las manifestaciones extrapulmonares comunes incluyen enfermedad gastrointestinal, polisinovitis, uveítis y sinovitis séptica u osteomielitis. La infección por R equi solo se ha descrito esporádicamente en caballos adultos.
Las infecciones bacterianas secundarias del tracto respiratorio inferior se producen cuando las bacterias oportunistas, por lo general la microbiota residente de la cavidad oral o del tracto respiratorio superior, consiguen acceder a las vías aéreas inferiores y sobrepasan los mecanismos de defensa respiratorios naturales, lo que da lugar a bronconeumonía o pleuroneumonía. Estos síndromes clínicos son a menudo graves y pueden poner en peligro la vida; los signos incluyen fiebre, depresión, sonidos pulmonares anormales y, a veces, secreción nasal.
La enfermedad respiratoria fúngica es relativamente rara, pero puede presentarse con signos clínicos similares a los de la infección respiratoria bacteriana de las vías respiratorias superiores o inferiores. Las infecciones fúngicas deben considerarse en áreas geográficas con prevalencia reconocida.
La enfermedad inflamatoria crónica no séptica de las vías aéreas inferiores es una afección común que afecta a caballos adultos de distintas edades y se conoce como asma equina. Esta afección mediada por alérgenos se caracteriza por inflamación de las vías respiratorias, reactividad y remodelado en respuesta a polvos orgánicos o mohos en el ambiente. Los signos varían desde una mala tolerancia al ejercicio hasta tos y disnea incluso en reposo. La modificación ambiental es la base del tratamiento.
Diagnóstico y hallazgos clínicos de las enfermedades respiratorias en caballos
Los objetivos de la evaluación diagnóstica de la enfermedad respiratoria en caballos son localizar el problema (tracto respiratorio inferior o superior), determinar si la afección es de origen infeccioso o no y evaluar la gravedad de la enfermedad. Un abordaje diagnóstico para evaluar a un caballo en el que se sospeche una enfermedad respiratoria debe incluir una anamnesis exhaustiva y una exploración física completa que incluya una evaluación detallada de las vías respiratorias superiores e inferiores. La presentación de signos de enfermedad respiratoria variará según la localización del problema; sin embargo, a menudo incluyen secreción nasal, sonido respiratorio anormal en reposo o en el trabajo, tos, rendimiento reducido y anomalías en el esfuerzo o patrón respiratorio. La información adicional que es útil obtener en la anamnesis del paciente incluye la duración del problema, los viajes recientes, el contacto con otros caballos y los antecedentes recientes de fiebre. En los potros muy jóvenes, la enfermedad respiratoria puede ser más difícil de identificar porque a menudo se acompaña de otras comorbilidades.
La exploración física inicial se realiza mejor con el paciente en reposo; sin embargo, puede incluir la evaluación del paciente durante el ejercicio cuando hay una consulta principal de bajo rendimiento o sonido respiratorio superior. Los objetivos de la exploración son descartar problemas primarios que afecten a otros sistemas orgánicos y localizar el problema en las vías respiratorias superiores o inferiores. La caracterización de los esfuerzos y patrones respiratorios es importante, así como la auscultación completa de los campos pulmonares a ambos lados del tórax. En los caballos que no muestran signos evidentes de aumento del esfuerzo respiratorio en reposo, una exploración de la respiración puede ser útil para identificar y caracterizar mejor los sonidos pulmonares adventicios (sibilancias, crepitaciones, roces pleurales). El objetivo del examen de reinhalación es aumentar la frecuencia y la profundidad de la respiración haciendo que el caballo "vuelva a respirar" el CO2 exhalado. Esto mejora la capacidad del veterinario para auscultar los sonidos respiratorios en las vías respiratorias periféricas.
Las pruebas diagnósticas adicionales son esenciales para identificar el agente etiológico de las enfermedades infecciosas y para afinar las decisiones de tratamiento. Las pruebas diagnósticas importantes incluyen la endoscopia (vía aérea superior e inferior), el análisis del líquido de las vías respiratorias y la obtención de imágenes de las vías respiratorias (radiografía, ecografía).
La endoscopia es una herramienta esencial para la exploración directa de las vías respiratorias superiores, incluidas las vías nasales, los cornetes etmoidales, la apertura de los senos maxilares, las bolsas guturales, la faringe, la laringe y la tráquea. La endoscopia en reposo a menudo proporciona un diagnóstico definitivo; sin embargo, la endoscopia respiratoria dinámica permite la evaluación del caballo durante el ejercicio en una cinta de correr o cuando lo montan (endoscopia telemétrica de superficie) y es esencial para evaluar la función dinámica de las vías respiratorias superiores. Se pueden utilizar endoscopios más largos para visualizar los bronquios principales. Las indicaciones para el examen endoscópico incluyen el ruido de las vías aéreas superiores, dificultad inspiratoria, escaso rendimiento en el ejercicio y descarga nasal unilateral o bilateral.
Las imágenes son esenciales para el diagnóstico de las afecciones de las vías respiratorias superiores en particular. Las radiografías de cráneo están indicadas para investigar deformaciones faciales, anomalías de los senos nasales (sinusitis, anomalías dentales y quiste sinusal), afecciones de la bolsa gutural (empiema, timpanismo) y estructuras de los tejidos blandos (epiglotis). La TC es especialmente útil para definir de forma más completa y específica las anomalías del cráneo y de las vías respiratorias superiores. En potros muy jóvenes, la TC del tórax puede ser útil para caracterizar la enfermedad pulmonar. La radiografía torácica y la ecografía son útiles para valorar las enfermedades del aparato respiratorio inferior. La radiografía torácica se utiliza para identificar las anomalías del parénquima pulmonar, el mediastino y el diafragma. La consolidación pulmonar (neumonía), la enfermedad peribronquial, los abscesos pulmonares, la enfermedad intersticial y las masas mediastínicas (neoplasia, absceso, granuloma) se identifican más fácilmente a través de la radiografía torácica. La ecografía torácica es la técnica más apropiada para evaluar el líquido en el espacio pleural, la consolidación pulmonar periférica y los abscesos pulmonares periféricos. Con la exploración ecográfica se pueden identificar el volumen, la localización y el tipo de líquido pleural o aire dentro del espacio pleural (neumotórax). Adicionalmente, puede identificar adherencias de fibrina, ecos de gas (infección por anaerobios), masas y bolsas de líquido; la ecocgrafía torácica permite al veterinario determinar el lugar más apropiado para la punción y formular un pronóstico.
La toma de un hisopo nasofaríngeo, el cultivo de lavado o la prueba de PCR están indicados para las afecciones de las vías respiratorias superiores, como la sospecha de papera o infección vírica, pero no son adecuados para la investigación de enfermedades infecciosas pulmonares. También puede emplearse un lavado de la bolsa gutural en caballos en los que se sospeche papera. Las técnicas más importantes para la evaluación de las secreciones del tracto respiratorio inferior son la aspiración traqueobronquial (ATB) y el lavado broncoalveolar (LBA). LA ATB está indicada para obtener las secreciones para cultivos bacterianos y de hongos del tracto respiratorio inferior en caballos con bronconeumonía. El LBA está indicado para la evaluación citológica del tracto respiratorio inferior en animales con una enfermedad pulmonar difusa y no infecciosa como el asma equina o la hemorragia pulmonar inducida por el ejercicio (HPIE). La pleurocentesis se realiza en los animales con acumulación de líquido en el espacio pleural debida a enfermedad sépica o neoplásica y debe llevarse a cabo también bajo guía ecográfica. Si están presentes grandes cantidades de líquido, la extracción del líquido mediante pleurocentesis puede mejorar mucho la capacidad del caballo para ventilar. La neoplasia pulmonar, la fibrosis pulmonar y las enfermedades intersticiales pueden necesitar una biopsia pulmonar para obtener un diagnóstico definitivo; esto se realiza solo después de que se hayan agotado otros procedimientos diagnósticos.
Prevención y tratamiento de las enfermedades respiratorias en caballos
La vacunación sigue siendo la piedra angular de la prevención de muchos patógenos respiratorios infecciosos en los caballos y debe formar parte de todos los cuidados preventivos y planes de bioseguridad. Además, aunque no siempre previene las infecciones respiratorias en los caballos, la vacunación regular puede disminuir la duración y gravedad de algunas enfermedades. Se dispone de vacunas comerciales para la influenza equina, la rinoneumonitis viral, la arteritis viral equina y la papera. Deben considerarse el coste y los riesgos de cada vacunación frente a la probabilidad de exposición y la enfermedad potencial. Las recomendaciones de vacunación y las pautas variarán según el uso del caballo y su potencial de exposición a los animales infecciosos. El Infectious Disease Committee de la American Association of Equine Practitioners (AAEP) ha desarrollado pautas para todas las vacunas equinas básicas y basadas en el riesgo.
El tratamiento para caballos con enfermedades respiratorias varía según la naturaleza de la enfermedad. Independientemente del tipo de enfermedad respiratoria, los factores ambientales y cuidados de soporte son importantes para la ayuda a la recuperación. Un establo libre de polvo y amoníaco previene un daño mayor del aparato mucociliar. Los alimentos altamente palatables están indicados para evitar la pérdida de peso y el debilitamiento durante el periodo de tratamiento y de recuperación. La hidratación adecuada disminuirá la viscosidad de las secreciones respiratorias, facilitando su expulsión del aparato respiratorio inferior. Una temperatura seca y confortable, y un entorno apropiado permitirán que el caballo descanse y minimizarán el trabajo de la vías respiratorias superiores en la termorregulación.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre los trastornos pulmonares y de las vías respiratorias de los caballos.