logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Enfermedad de la bolsa gutural en caballos

PorKara M. Lascola, DVM, MS, DACVIM-LA, Department of Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine, Auburn University;Lindsey Boone, DVM, PhD, DACVS-LA, Department of Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine, Auburn University
Revisado/Modificado jul 2023

Empiema

El empiema de la bolsa gutural se define como la acumulación unilateral o bilateral de exudado purulento séptico en la bolsa gutural. La infección se suele desarrollar posteriormente a la infección bacteriana (principalmente por Estreptococcus spp) de las vías respiratorias altas. En raras ocasiones puede desarrollarse secundariamente a un traumatismo que afecta a la bolsa gutural o con estenosis congénita o adquirida de la abertura de la bolsa gutural.

Signos clínicos del empiema de la bolsa gutural en caballos

Los signos clínicos del empiema de la bolsa gutural en caballos incluyen una secreción nasal purulenta e intermitente, una tumefacción dolorosa de la región parotídea y linfadenopatía, fiebre, depresión y anorexia (observada de forma variable). En los casos graves, los signos clínicos pueden incluir rigidez en la cabeza y respiración estertorosa, disfagia o neuropatía.

Diagnóstico del empiema de la bolsa gutural en caballos

  • Examen endoscópico de ambas bolsas guturales.

  • Radiografías de la faringe.

  • Cultivo o PCR de material purulento para identificar Streptococcus equi u otra infección bacteriana.

Las radiografías de la faringe demostrarán una línea de fluido en la bolsa gutural y pueden permitir la identificación de una masa retrofaríngea asociada. El cultivo o PCR de material purulento puede identificar Streptococcus equi u otra infección bacteriana. El examen endoscópico de ambas bolsas guturales determina si la afección es unilateral o bilateral. Los condroides (material purulento espeso) pueden identificarse en los casos crónicos.

El tratamiento sistémico antimicrobiano por sí solo rara vez resuelve la infección; es necesario realizar lavados repetidos de la bolsa gutural. El gel de penicilina (preparado con penicilina sódica) puede administrarse directamente en la bolsa gutural y puede aumentar la eliminación bacteriana. Los abscesos retrofaríngeos pueden resolverse a veces por la rotura del absceso dentro de la cavidad de la bolsa usando una cuchilla endoscópica. Si la exploración endoscópica en el interior de la bolsa gutural no es exitosa, el drenaje quirúrgico es necesario para los abscesos retrofaríngeos. El empiema de la bolsa gutural puede comprimir la parte dorsal de la faringe y producir la obstrucción de la vía aérea superior. Puede ser necesaria una traqueotomía para proporcionar una vía aérea alternativa temporal en estos casos. El material condroide en la bolsa gutural sirve como fuente de infección crónica. Un pequeño número de condroides pueden extirparse usando un asa endoscópica; sin embargo, las grandes acumulaciones de exudado, material condroide o abscesos retrofaríngeos no resueltos requieren drenaje quirúrgico.

Micosis de las bolsas guturales

La micosis de la bolsa gutural es una afección potencialmente mortal, que afecta principalmente a los caballos adultos y produce una hemorragia mortal en casi el 50 % de los casos. Las placas micóticas se forman dentro de la bolsa gutural y se suelen encontrar en la zona caudodorsal de la bolsa gutural medial, sobre la arteria carótida interna. En ocasiones, las placas fúngicas pueden ser múltiples o difusas. Las placas también se pueden identificar en la bolsa gutural lateral sobre la arteria maxilar externa (~30 % de los casos) y, más raramente, sobre la arteria carótida externa. El hongo más común asociado con la micosis de la bolsa gutural es Aspergillus spp.

La afección está clínicamente oculta hasta que las placas fúngicas dañan los pares craneales y las arterias dentro de la bolsa gutural. El signo más frecuente es la epistaxis, que se debe a la erosión de la pared de la arteria carótida interna (la mayoría de las veces) o de las ramas de la arteria carótida externa. La hemorragia es espontánea y grave, y puede haber episodios repetidos que preceden a un episodio hemorrágico mortal. Es posible que se desarrolle disfagia, síndrome de Horner, desplazamiento dorsal del velo palatino y parálisis facial en respuesta a una lesión fúngica de los pares craneales y del nervio simpático que cruza superficialmente la bolsa gutural. La disfagia es un indicador de mal pronóstico y está altamente correlacionada con la no supervivencia.

El tratamiento médico puede ser caro y prolongado (semanas), y consiste en un tratamiento antifúngico tópico y sistémico. Se describe un éxito variable. Puede ser necesario un tratamiento médico o de apoyo adicional según la gravedad de la enfermedad o la pérdida de sangre y las anomalías neurológicas asociadas. Puede intentarse la oclusión quirúrgica de las arterias afectadas tanto proximales como distales a la lesión en combinación con tratamiento médico. Las opciones para la oclusión incluyen la ligadura de los vasos afectados, la colocación de un catéter con balón o la embolia transarterial guiada por fluoroscopia. La oclusión del vaso se realiza principalmente para disminuir el riesgo de hemorragia mortal, pero también puede detener el crecimiento de la placa fúngica.

Timpanismo de la bolsa gutural

El timpanismo de la bolsa gutural implica la distensión de una o ambas bolsas guturales con aire. El trastorno se observa en los caballos desde el nacimiento hasta los 1,5 años de edad, y afecta más a menudo a las potras que a los potros. Se ha propuesto una predilección racial de los caballos Árabes y los caballos Paint y se ha identificado una base genética de la enfermedad en las razas árabes y alemanas de sangre caliente, incluyendo un locus de rasgos cuantitativos específicos de sexo en los de sangre caliente. Se desconoce la causa exacta del timpanismo de la bolsa gutural, pero la explicación más común es que la malformación o disfunción del colgajo mucoso (plica salpingofaríngea) que forma el orificio faríngeo de la bolsa gutural crea una válvula unidireccional y atrapa el aire dentro de la bolsa gutural afectada. En algunos casos se piensa que la afección puede ser secundaria a una enfermedad de las vías respiratorias superiores y a la inflamación asociada que afecta al colgajo de la mucosa.

Los signos clínicos característicos del timpanismo incluyen una tumefacción fluctuante no dolorosa de la región parotídea que cubre la bolsa afectada. El timpanismo suele ser unilateral; sin embargo, se han descrito casos bilaterales. La tumefacción bilateral también puede ser consecuencia de un timpanismo unilateral grave. En los animales gravemente afectados, la respiración puede volverse estertórea. En los casos más complicados pueden aparecer disfagia, disnea, empiema secundario y neumonía por aspiración. El diagnóstico se basa en los signos clínicos y el examen radiográfico del cráneo. La endoscopia también puede ser útil para confirmar el diagnóstico, descartar otros trastornos de las vías aéreas superiores o de la bolsa gutural y facilitar la distinción entre la enfermedad unilateral y bilateral.

En los casos en los que se identifica inflamación de las vías respiratorias superiores, el tratamiento médico conservador con AINE y el tratamiento antimicrobiano de amplio espectro puede tener éxito. Puede obtenerse alivio temporal mediante la descompresión del aire usando una aguja percutánea o un catéter colocado a través de la abertura faríngea hasta la bolsa gutural. Se puede realizar una fenestración quirúrgica del septo entre la bolsa gutural afectada y la normal, para permitir que el aire de la bolsa gutural anormal pase al lado normal y sea expulsado hacia la faringe. En algunos casos puede ser necesaria una cirugía repetida. La fenestración no suele tener éxito en el timpanismo bilateral. El pronóstico posoperatorio es bueno en los casos sin complicaciones secundarias. Como alternativa, la colocación a largo plazo (2-6 semanas) de sondas de Foley en la abertura de cada bolsa gutural, saliendo de las fosas nasales, puede dar lugar a un remodelado en el pliegue de la plica, con una resolución permanente del timpanismo una vez que se retiran las sondas.