La parálisis laríngea es común en perros y rara en gatos. Los signos incluyen:
Tos seca.
Cambios de voz.
Respiración ruidosa que evoluciona hacia una marcada dificultad respiratoria con el estrés y el esfuerzo.
Estridor.
Colapso.
Puede haber regurgitación y vómitos. La progresión de los signos clínicos es lenta, y suele requerir de meses a años antes de que la disnea sea evidente. Es un problema adquirido común en los perros de edad media a avanzada de razas grandes y gigantes, como el Labrador Retriever, el Setter Irlandés y el Gran Danés. Con menor frecuencia se observa como enfermedad hereditaria congénita en los perros Boyero de Flandes, Leonberger, Husky Siberiano, Bulldog y perros de trineos de carreras.
El diagnóstico se basa en los signos clínicos; se requiere una laringoscopia con anestesia suave para la confirmación. Los movimientos laríngeos están ausentes o son paradójicos con la respiración. La electromiografía muestra ondas agudas positivas, potenciales de denervación y, a veces, miotonía. Las radiografías no son diagnósticas. La atrofia por denervación se observa en las secciones histológicas de los músculos laríngeos.
El diagnóstico diferencial incluye:
Tumor recurrente de la laringe o del nervio vago.
Inflamación.
Miastenia gravis.
Hipotiroidismo grave.
Traumatismo.
Degeneración neurológica generalizada más extendida.
El tratamiento tiene por objetivo aliviar los signos de obstrucción de las vías aéreas. La tranquilización y los corticoesteroides son temporalmente eficaces en los casos leves. La obstrucción grave puede requerir una traqueotomía.
El tratamiento definitivo es quirúrgico y se dirige a agrandar la abertura de la glotis. Actualmente, las técnicas recomendadas incluyen:
Lateralización del cartílago aritenoides.
Ventriculocordectomía y aritenoidectomía parcial.
Laringofisura almenada.
Traqueostomía permanente.
Los estudios han demostrado que la ventriculocordectomía bilateral a través de una laringotomía media ventral ha tenido un buen éxito terapéutico a largo plazo para el tratamiento quirúrgico de la parálisis laríngea idiopática en perros, y la lateralización aritenoide unilateral parece ser un método adecuado para tratar la parálisis laríngea en gatos.