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Anomalías uretrales

PorScott D. Fitzgerald, DVM, PhD, DACVP, DACPV
Última revisión/modificación jul 2013

La anomalías uretrales congénitas o hereditarias son poco frecuentes en las especies domésticas; estas consisten en la agenesia uretral, la uretra no perforada, la hipospadia, la epispadia en combinación con extrofia de la vejiga urinaria, la duplicación uretral, el divertículo uretral, la fístula uretrorrectal y la estenosis uretral.

Hipospadias:

Este defecto del desarrollo es consecuencia de un fallo en la fusión de los surcos uretrales durante la elongación del falo. La abertura uretral es ventral y caudal a la punta del pene y se clasifica, según su localización anatómica, en glandular, peniana, escrotal, perineal o anal. Además, el pene o el escroto pueden estar subdesarrollados. Esta anomalía poco común se observa con mayor frecuencia en perros machos; la mayor prevalencia se observa en el Boston Terrier, lo que sugiere una base genética. La afección también se observa, aunque raramente, en toros. Los signos clínicos dependen de la localización del meato uretral y consisten en la irritación provocada por la orina y el incremento de la propensión a la infección de las vías urinarias. Aunque la corrección quirúrgica también depende de la localización del meato uretral, suele ser útil la uretrostomía preescrotal modificada.

Fístulas uretrorrectales y rectovaginales:

Estas anomalías congénitas afectan predominantemente a perros, gatos y caballos. Estas anomalías son más comunes en los machos que en las hembras; los machos son más propensos a desarrollar fístulas uretrorrectales, mientras que en las hembras predominan las fístulas rectovaginales. En los perros, el Bulldog Inglés parece tener una predisposición de raza, posiblemente como un defecto congénito debido a una separación anormal de la cloaca embrionaria en uretra y recto. Los signos clínicos consisten en hematuria y disuria, secundarios a la infección de las vías urinarias. Durante la micción, puede observarse el paso simultáneo de orina por el ano y por la uretra. El tratamiento adecuado consiste en la corrección quirúrgica y el control simultáneo de la infección de las vías urinarias.