La cistitis-pielonefritis porcina es una causa frecuente de mortalidad en las cerdas. Se han aislado numerosas bacterias, pero Actinobaculum suis es el patógeno primario. Los animales afectados pueden mostrar pérdida de peso y disminución productiva o morir por insuficiencia renal aguda. Las medidas de prevención incluyen la acidificación de la orina y el uso de inseminación artificial para la reproducción.
El complejo cistitis-pielonefritis porcina es una de las principales causas de mortalidad en cerdas. El aumento de la incidencia parece estar correlacionado con cambios en el manejo, particularmente el uso de alojamientos en grupo en lotes de gestación en cerdas; sin embargo, la incidencia ha disminuido tras la adopción de técnicas de inseminación artificial. Las características diferenciales de la cistitis endémica y la pielonefritis dentro de una explotación incluyen la falta de una relación temporal entre la secreción vulvar y el ciclo estral, un efecto mínimo sobre la fertilidad de la explotación, una baja morbilidad y una elevada mortalidad en las cerdas de gestaciones avanzadas (>6).
Etiología y patogenia del complejo cistitis-pielonefritis porcina
Una amplia variedad de bacterias se han aislado en casos de cistitis y pielonefritis porcina, incluyendo Escherichia coli, Arcanobacterium pyogenes, Streptococcus spp y Staphylococcus spp. Estos microorganismos endógenos y oportunistas suelen habitar el tracto urinario inferior y con frecuencia son responsables de infecciones urinarias inespecíficas. Actinobaculum suis, un patógeno urinario específico, es una causa importante de infecciones ascendentes en el ganado porcino. Antiguamente clasificada en el género Eubacterium y Actinomyces, A suis es una bacteria grampositiva con forma de bastón que crece bien bajo condiciones anaerobias y es una bacteria comensal del tracto urogenital porcino. A suis tiene fimbrias, y la uretra corta y ancha de la cerda aumenta su accesibilidad a la vejiga.
Una vez dentro del lumen de la vejiga, la alcalinidad del entorno aumenta debido a la escisión de la urea en amoníaco a través de la enzima ureasa. El elevado pH aumenta la proliferación bacteriana y causa una reacción inflamatoria en la superficie mucosa. El medio alcalino inhibe también el crecimiento de la microbiota competitiva y promueve la precipitación de sales y cristales urinarios, en especial los de estruvita. Dichos precipitados no solo aumentan las alteraciones inflamatorias en la mucosa de la vejiga, sino que también propician el crecimiento bacteriano y la resistencia a los antibióticos y los mecanismos de defensa del hospedador. Aunque se desconoce el mecanismo por el cual se ven afectados los riñones, se hipotetiza que el daño de las válvulas ureterales secundario a productos bacterianos (posiblemente originados por E coli) pueda predisponer a los animales afectados a pielonefritis.
Epidemiología del complejo cistitis-pielonefritis porcina
Los factores de riesgo que aceleran la aparición de cistitis porcina son la escasa disponibilidad de agua, la contaminación fecal de la zona perineal, el sobrepeso y las lesiones en las patas; todo ello provoca una disminución en la frecuencia de la micción y favorece la supervivencia bacteriana en el tracto urogenital. A suis se ha aislado de la cavidad prepucial de verracos en matadero, del tracto vaginal de lechones neonatos muestreados inmediatamente después del parto y del tracto vaginal de cerdas muestreadas durante todos los estadios de la producción. También pueden aislarse de la orina evacuada, de las mangas contaminadas de los ayudantes en los partos, de los suelos de las salas de parto y naves de transición, y de las botas de los ganaderos que trabajan en el área de reproducción. El microorganismo es ubicuo y el tracto vaginal puede colonizarse en cualquier momento de la vida del cerdo. La incidencia del problema ha disminuido con la adopción a gran escala de la inseminación artificial.
Hallazgos clínicos del complejo cistitis-pielonefritis porcina
En los casos agudos y graves de cistitis y pielonefritis porcina, los cerdos afectados puede ser encontrados muertos, probablemente por insuficiencia renal aguda. Los animales sintomáticos suelen estar afebriles y pueden presentar anorexia, hematuria y piuria. La orina presenta un color típico marrón rojizo con intenso olor a amoníaco. El pH de la orina puede aumentar desde valores normales de 5,5-7,5 hasta 8-9.
Los cerdos que sobreviven a la infección inicial experimentan con frecuencia pérdida de peso y reducción de la productividad secundarios a la última etapa de la enfermedad renal, dando lugar a su eliminación prematura del grupo de cría. La reacción inflamatoria de la mucosa de la vejiga urinaria puede ser catarral, hemorrágica, purulenta o necrótica, y la pared de la vejiga puede estar engrosada. Pueden encontrarse estruvitas en el lumen. Los uréteres a menudo se llenan de exudado y su diámetro puede aumentar hasta 2,5 cm.
La pielonefritis o pielitis unilateral o bilateral es la lesión primaria en los riñones. La región pélvica del riñón, se encuentra frecuentemente distendida con sangre, pus y orina de mal olor. A menudo muestra también ulceraciones irregulares y necrosis de las papilas.
Diagnóstico del complejo cistitis-pielonefritis porcina
El cultivo de Actinobaculum suis requiere condiciones anaeróbicas y es el medio de diagnóstico confirmatorio.
Los signos clínicos de hematuria junto con lesiones de cistitis y pielonefritis son característicos de la infección por A suis.
La cistitis y la pielonefritis en animales vivos puede diagnosticarse de manera presuntiva cuando aparece micción frecuente con orina sanguinolenta y turbia. El examen de los sedimentos de la orina puede revelar la presencia de células inflamatorias, eritrocitos, cilindros renales granulares, bacterias y cristales. Debido a las llamativas lesiones existentes, la confirmación del diagnóstico no suele ser difícil.
Para aislar adecuadamente el microorganismo causal, hay que tener cuidado en la toma de muestras para minimizar la exposición al oxígeno. En el campo, la vejiga debe permanecer sin abrir y el cuello de la vejiga debe sellarse con cinta umbilical. Un cuidado similar se debe tener con el tejido renal. Las lesiones de pielonefritis se pueden demostrar examinando uno de los riñones; el otro debe permanecer sin abrir con el uréter sellado, como se ha descrito anteriormente.
Los cultivos se deben realizar en agar colistina ácido nalidíxico a 37 °C bajo condiciones anaerobias durante 5-7 días. Si el cultivo ha de realizarse en una localización distante, los hisopos deben depositarse en el medio de transporte anaerobio Cary Blair para su envío. Se ha descrito una prueba de PCR para A suis que parece tener mejor sensibilidad que el cultivo directo.
Tratamiento y prevención del complejo cistitis-pielonefritis porcina
Los antimicrobianos inyectables que se dirigen a los microorganismos grampositivos, son activos en condiciones anaeróbicas y se excretan a través del tracto urinario son opciones eficaces.
La prevención mediante la acidificación del tracto urinario con suplementos dietéticos apropiados y el uso de técnicas de inseminación artificial son medios eficaces de prevención.
El tratamiento de las infecciones urinarias puede ser satisfactorio si se administra el antimicrobiano correcto al inicio del curso de la enfermedad. La penicilina y la ampicilina son los fármacos de elección, debido a su eficacia en condiciones alcalinas y a su tendencia a la excreción por las vías urinarias. Se suelen administrar dosis de 6,6 mg/kg, IM, cada 12-24 horas durante 3 días. La ampicilina se puede administrar a 11 mg/kg, PO, cada 12 horas durante 5 días; sin embargo, la biodisponibilidad es cuestionable y el costo puede convertirse en un problema. Se ha descrito la acidificación de la orina mediante la administración oral de ácido cítrico.
Para la prevención de enfermedades del tracto urinario, es fundamental mantener una excelente higiene durante la reproducción y el parto, así como durante todo el periodo de gestación. Las instalaciones deben estar correctamente diseñadas para reducir la propagación de microorganismos dentro del rebaño de cría y facilitar la extracción de heces del medio. El agua debe estar a libre disposición en todo momento, ya que la restricción de la disponibilidad de esta mediante el uso de sistemas de administración intermitente da lugar a un incremento de parámetros urinarios anormales en las cerdas gestantes, incluyendo una producción de orina reducida, una densidad específica elevada (>1,026) y un aumento de la concentración de creatinina. Finalmente, dado que un alto grado de enfermedades del tracto urinario pueden aparecer en cerdas viejas, son importantes los procesos de selección para asegurar que se mantiene una óptima distribución igualitaria dentro del rebaño de cría.
Puntos clave del complejo cistitis-pielonefritis porcina
Actinobaculum suis es el principal patógeno implicado en la cistitis y la pielonefritis en las cerdas.
A suis es un anaerobio obligado; por tanto, el cultivo y la sensibilidad de este microorganismo deben realizarse en condiciones anaerobias.
Los medicamentos inyectables, como la penicilina, son un tratamiento eficaz.