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Clamidiosis aviar

(Psitacosis, ornitosis, fiebre del loro)

PorArnaud J. Van Wettere, DVM, PhD, DACVP
Última revisión/modificación feb 2020

La clamidiosis aviar es una infección bacteriana sistémica causada por Chlamydia psittaci. Entre las aves de producción, los pavos y los patos son más sensibles que los pollos. La enfermedad varía de asintomática hasta una morbilidad y mortalidad elevadas. Los signos clínicos son inespecíficos e incluyen anorexia, apatía, descenso en la producción de huevos, diarrea, secreción ocular y enfermedad respiratoria. El diagnóstico se realiza mediante serología, cultivo y/o PCR. El tratamiento consiste en antibióticos como las tetraciclinas. Es una zoonosis conocida como psitacosis, fiebre de los loros u ornitosis, que puede causar graves problemas de salud en humanos (p. ej., neumonía).

La clamidiosis aviar puede ser una infección subclínica inaparente, o una enfermedad aguda, subaguda o crónica de las aves domésticas o silvestres que se caracteriza por provocar una infección respiratoria, digestiva o sistémica. Las infecciones se dan en todo el mundo y se han identificado por lo menos en 465 especies aviares, especialmente aves de jaula (principalmente psitácidas), colonias de aves que anidan (p. ej., garcetas, garzas), ratites, rapaces y aves de producción. Entre las especies domésticas, las más frecuentemente afectadas son los pavos, los patos y las palomas. La enfermedad es una causa significativa de pérdida económica y exposición humana en muchas partes del mundo.

Etiología y epidemiología de la clamidiosis aviar

es una bacteria intracelular obligada. Se reconocen ocho serotipos aviares, basados en la unión de los anticuerpos monoclonales a los epítopos de la proteína principal de la membrana externa; de estos, seis (A-F) infectan especies aviares y son distintos de los serotipos de Chlamydia en mamíferos. Las cepas de C psittaci se han clasificado usando diferencias genéticas en el gen omp1 en nueve genotipos. Siete de estos (A, B, C, D, E, F y E/B) se encuentran en especies aviares y suelen corresponder al serotipo equivalente. Más adelante se describieron seis genotipos adicionales.

Cada serotipo/genotipo aviar tiende a relacionarse con ciertos tipos de aves ( ver la Tabla: Asociaciones entre genotipos aviares de Chlamydia psittaci y tipos de aves). Los serotipos A y D son altamente virulentos para los pavos y pueden causar una mortalidad ≥30 %. Los serotipos B y E son los más frecuentemente obtenidos de aves silvestres. Los serotipos aviares pueden infectar a las personas (especialmente los A, B y E/B) y a otros mamíferos.

En la última década se han identificado dos nuevas especies de Chlamydiaceae que tienen una distribución mundial: C gallinacea en pollos y gallinas de Guinea y C avium en palomas y psitácidas. El potencial patogénico y zoonótico de estas nuevas especies de Chlamydia está por determinar.

Tabla
Tabla

La transmisión se produce principalmente por vía fecal-oral o por inhalación. La secreción respiratoria o las heces de aves infectadas contienen cuerpos elementales resistentes a la falta de humedad y que pueden seguir siendo infectivos durante varios meses cuando se encuentran protegidos por desechos orgánicos (p. ej., basura y heces). Las partículas suspendidas en el aire y el polvo pueden diseminar el microorganismo.

Después de la inhalación o la ingestión, los cuerpos elementales atacan las células epiteliales de la mucosa y se introducen por endocitosis. Los cuerpos elementales situados en los endosomas del citoplasma celular inhiben la formación de fagolisosomas y se diferencian en cuerpos reticulados no infecciosos y metabólicamente activos, que se dividen y multiplican por fisión binaria y finalmente forman numerosos cuerpos elementales infecciosos metabólicamente inactivos. Los cuerpos elementales de reciente formación se liberan de la célula hospedadora mediante lisis. El periodo de incubación suele ser de 3-10 días, pero puede ser de hasta varios meses en aves de avanzada edad o después de una baja exposición. El hospedador y los factores microbianos, la ruta e intensidad de la exposición y el tratamiento determinan el curso clínico.

Es posible la transmisión a través de artrópodos por ectoparásitos hematófagos. La transmisión vertical se ha documentado en varias especies de aves, como pavos, pollos y patos.

Las posibles fuentes de C psittaci incluyen:

  • Contacto con aves infectadas o portadoras asintomáticas.

  • Transmisión vertical desde aves infectadas.

  • Mamíferos infectados.

  • Artrópodos infectados.

  • Ambientes contaminados.

Los factores estresantes (p. ej., transporte, hacinamiento, reproducción, clima frío o húmedo, cambios en la dieta o disponibilidad reducida de alimentos) y las infecciones concomitantes, especialmente las que causan inmunosupresión, pueden iniciar la diseminación en aves con infección latente y provocar la recidiva de la enfermedad clínica. En los pavos, las infecciones por C psittaci y Ornithobacterium rhinotracheale son a menudo concomitantes. Los portadores suelen difundir los microorganismos de forma intermitente durante periodos prolongados. La persistencia de C psittaci en las glándulas nasales de aves que se hallan infectadas crónicamente puede ser una fuente importante de microorganismos.

Son habituales las infecciones inaparentes a largo plazo que duran meses o años y se consideran como una relación normal entre Chlamydia y hospedador. La prevalencia de la infección varía considerablemente entre las especies y la localización geográfica. La infección es endémica en lotes comerciales de pavos; la ausencia de signos clínicos o los signos respiratorios leves y la baja mortalidad son las presentaciones comunes. Los brotes son raros. Aunque los pollos son relativamente resistentes a la enfermedad clínica, la infección asintomática es frecuente. Recientemente, se ha demostrado que C gallinacea es endémica en los pollos. Las aves silvestres son a menudo seropositivas para C psittaci.

Hallazgos clínicos y lesiones de la clamidiosis aviar

La gravedad de los signos clínicos y de las lesiones de la clamidiosis aviar dependen de la virulencia del microorganismo, la dosis infectiva, los factores de estrés y la sensibilidad de la especie de ave; las infecciones asintomáticas son habituales. Los signos clínicos incluyen:

  • Secreción nasal y ocular.

  • Conjuntivitis.

  • Sinusitis.

  • Excrementos de color verde a amarillo verdoso.

  • Fiebre.

  • Inactividad.

  • Plumas erizadas.

  • Debilidad.

  • Inapetencia.

  • Pérdida de peso.

  • Disminución en la producción de huevos.

Los signos respiratorios predominan en pavos y pollos. La diarrea acuosa suele estar presente en los patos. Las aves jóvenes son más propensas a desarrollar una enfermedad grave.

Los resultados de las pruebas de laboratorio varían según los órganos más afectados y la gravedad de la enfermedad. Los cambios hematológicos más frecuentemente presentes son la anemia y la leucocitosis con heterofilia y monocitosis. Los ácidos biliares plasmáticos, la AST, la LDH y el ácido úrico pueden estar elevados. Una radiografía o una laparoscopia pueden revelar un hígado y bazo agrandados y sacos aéreos engrosados.

Los hallazgos de la necropsia en las infecciones agudas de clamidiosis aviar incluyen:

  • Poliserositis serofibrinosa (aerosaculitis, pericarditis, perihepatitis, peritonitis).

  • Bronconeumonía.

  • Necrosis hepática.

  • Hepatomegalia.

  • Esplenomegalia.

Se observan lesiones similares en otras infecciones bacterianas sistémicas que no son específicas de la clamidiosis aviar. Pueden observarse pequeñas inclusiones bacterianas granulares y basófilas intracitoplasmáticas en múltiples tipos de células (p. ej., células epiteliales, macrófagos) en la citología y la histopatología. En las infecciones crónicas, se puede apreciar agrandamiento y palidez del bazo o del hígado. No se observan necrosis ni inclusiones bacterianas. En las aves con una infección latente no existen habitualmente lesiones, incluso aunque se propague C psittaci.

Diagnóstico de la clamidiosis aviar

  • Para lotes, pruebas serológicas, necropsia y PCR.

  • Para los individuos, demostración de la eliminación del microorganismo mediante PCR o cultivo, un aumento en los títulos de anticuerpos o una combinación de prueba serológica y PCR o cultivo.

Debido a la variedad de presentaciones clínicas y a la frecuente aparición de portadores de una infección latente, no existe una prueba diagnóstica única que permita determinar de forma fiable esta infección. Se usan procedimientos para detectar el organismo o los anticuerpos. En general, cuanto más aguda es la enfermedad, mayor es el número de microorganismos infecciosos y más fácil es establecer el diagnóstico. Cuando las aves están gravemente enfermas, los hallazgos clínicos, incluidos los constatados en las determinaciones hematológicas, bioquímicas y la radiología, o las lesiones macroscópicas características, permiten un diagnóstico preliminar.

La combinación de una prueba serológica y una prueba de detección de antígeno, la PCR o el cultivo es un esquema diagnóstico práctico para confirmar la clamidiosis. En las aves individuales vivas, la muestra preferida para el cultivo bacteriano o la PCR son los hisopos conjuntivales, coanales y cloacales. Se recomienda recoger múltiples muestras durante 3-5 días para la detección de una propagación intermitente en aves asintomáticas.

Pueden o no detectarse anticuerpos, según la prueba utilizada y el nivel y la etapa de la infección. La interpretación de los títulos obtenidos en muestras únicas de suero es difícil. Un aumento de cuatro veces los títulos entre muestras pareadas de la fase aguda y convaleciente es diagnóstico, y unos títulos altos en la mayoría de las muestras de varias aves de una población son suficientes para un diagnóstico presuntivo.

Los métodos serológicos incluyen la fijación directa y modificada del complemento, la aglutinación de cuerpos elementales, el ELISA de anticuerpos y la inmunofluorescencia indirecta. La prueba de aglutinación detecta IgM y es útil para determinar una infección reciente. Los métodos de fijación del complemento son más sensibles que los métodos de aglutinación. Los títulos elevados de anticuerpos pueden persistir después del tratamiento y complicar la evaluación de las pruebas posteriores.

El descubrimiento de otras especies de Chlamydiaceae como C gallinacea en pollos y C avium en palomas y psitácidas puede complicar la interpretación de las pruebas serológicas porque los anticuerpos detectados probablemente no son específicos para C psittaci.

Los métodos de detección antigénica incluyen inmunohistoquímica (p. ej., inmunofluorescencia, inmunoperoxidasa) y ELISA. La especificidad y sensibilidad de los kits de ELISA desarrollados para la detección de Chlamydia trachomatis en las personas cuando se usa para la detección de C psittaci es incierta. Parecen tener una buena especificidad pero una sensibilidad algo baja, y no son un ensayo recomendado. Estos análisis son más útiles cuando las aves están clínicamente enfermas.

La PCR es la prueba más sensible y específica. Existen PCR para especies de Chlamydiaceae y C psittaci. Los resultados pueden diferir entre laboratorios debido a la falta de cebadores de PCR estandarizados y a las variaciones de los métodos de laboratorio. Los resultados falsos positivos son una preocupación con la PCR, porque la contaminación cruzada puede producirse con relativa facilidad.

Los hallazgos macroscópicos y las lesiones histológicas no son patognomónicos. El microorganismo algunas veces puede identificarse en frotis de tejidos afectados (p. ej., hígado, bazo y pulmón). Las clamidias se tiñen de púrpura con tinciones de Giemsa y de rojo con tinciones de Macchiavello y Giménez. La inmunohistoquímica es más sensible que las tinciones histoquímicas para detectar bacterias en los tejidos, pero puede producirse una reactividad cruzada con microorganismos no clamidiales. La hibridación in situ y la microscopía electrónica también pueden usarse para confirmar el diagnóstico.

El aislamiento y la identificación de C psittaci pueden realizarse en embriones de pollo o cultivos celulares (p. ej., BMG, L929, Vero) en un laboratorio cualificado. Los hisopos cloacales, coanales, orofaríngeos, conjuntivales o fecales (en medio de transporte especial para ) de aves vivas o tejidos (preferiblemente hígado y bazo) de aves muertas deben refrigerarse y enviarse de inmediato al laboratorio. La congelación, la desecación, la manipulación incorrecta y los medios de transporte inadecuados pueden afectar a la viabilidad. Se debe contactar con el laboratorio para obtener instrucciones sobre cómo enviar las muestras.

Otras infecciones simultáneas ocasionadas por enfermedades de más fácil diagnóstico (p. ej., colibacilosis, pasteurelosis, infecciones por herpesvirus, enfermedades micóticas) pueden enmascarar la infección por clamidias. Deberían correlacionarse los hallazgos clínicos y de laboratorio. Debe establecerse un diagnóstico diferencial de la clamidiosis y otras enfermedades respiratorias y sistémicas de las aves.

Tratamiento y prevención de la clamidiosis aviar

  • Tetraciclinas.

La clamidiosis humana y aviar es una enfermedad de notificación obligatoria; se deben seguir las regulaciones gubernamentales estatales y locales donde sean aplicables. No existe una vacuna para su utilización en aves. El tratamiento previene la mortalidad y las mudas, pero no se puede confiar en que elimine la infección latente; las mudas pueden repetirse.

Las tetraciclinas (clortetraciclina, oxitetraciclina, doxiciclina) son los antibióticos de elección. La resistencia a las tetraciclinas es rara, pero está empezando a ser frecuente la presencia de una sensibilidad reducida, que obliga a la administración de dosis elevadas. Las tetraciclinas son bacteriostáticas y eficaces solo contra microorganismos en multiplicación activa, por lo que son necesarios tiempos de tratamiento prolongados (2-8 semanas, durante las cuales las concentraciones mínimas inhibitorias en la sangre deben mantenerse de forma constante). Cuando las tetraciclinas se administran oralmente, se deben reducir las fuentes adicionales de calcio dietético (p. ej., bloque mineral, suplemento, hueso de sepia) para minimizar la interferencia con la absorción del fármaco.

Los brotes de enfermedad clínica en aves de granja no son comunes. El tratamiento de los grupos infectados con clortetraciclina en dosis de 400-750 g/tonelada de alimento durante un periodo mínimo de 2 semanas ha reducido de manera significativa el riesgo potencial de infección para los empleados de las granjas. El alimento medicado debe reemplazarse por alimento no medicado durante 2 días o más antes del sacrificio y procesamiento. La suplementación con calcio ha de suspenderse durante el tratamiento con clortetraciclina, y la concentración de calcio en el alimento debe reducirse a ≤0,7 %. Se debe proporcionar alimento medicado durante 45 días si se pretende la eliminación del microorganismo.

La persistencia de los residuos de oxitetraciclina en los huevos de gallinas ponedoras es de 9 días, y la persistencia de los residuos de doxiciclina es de 26 días después de la administración a 0,5 g/L durante 7 días. El uso de algunos antibióticos de tetraciclina y doxiciclina en aves de producción está prohibido, y se deben seguir las regulaciones estatales.

En palomas y aves de compañía, el uso de alimentos medicados con clortetraciclina durante 45 días fue históricamente una recomendación estándar para las aves importadas ( ver Clamidiosis). Las dificultades en la palatabilidad del alimento en sí o el alto nivel de antibiótico necesario para niveles sanguíneos adecuados han limitado su uso. La doxiciclina es el fármaco de elección actual, porque se absorbe mejor, tiene menos afinidad por el calcio, mejor distribución tisular y una semivida más prolongada que otras tetraciclinas. La doxiciclina agregada al alimento o al agua también puede permitir niveles sanguíneos adecuados y tiene menos efecto sobre la flora intestinal normal que la clortetraciclina.

La dosis y la duración del tratamiento varían entre especies. Los protocolos derivados de estudios controlados realizados en las especies particulares tratadas deben usarse cuando estén disponibles ( ver Clamidiosis). Véase también la información en el Compendio de medidas para el control de la infección de Chlamydophila psittaci entre humanos (psitacosis) y pájaros domésticos (clamidiosis aviar), 2017, de la National Association of State Public Health Veterinarians. Cuando se carece de información específica, se ha sugerido una dosis inicial empírica de 400 mg/L de agua, o 25-50 mg/kg/día, PO, durante 45 días. El tratamiento de aves de producción con doxiciclina no está indicado en la etiqueta y su uso debe seguir las regulaciones estatales.

Es necesario implantar prácticas de bioseguridad apropiadas para controlar la introducción y propagación de clamidias en una población aviar. Los estándares mínimos de bioseguridad incluyen:

  • Cuarentena y examen de todas las aves nuevas.

  • Prevención de la exposición a aves silvestres.

  • Control del tráfico para minimizar la contaminación cruzada.

  • Aislamiento y tratamiento de aves afectadas y en contacto.

  • Limpieza y desinfección a fondo de las instalaciones y el equipo (preferiblemente con unidades pequeñas manejadas en régimen de "todo dentro/todo fuera").

  • Suministro de alimentos no contaminados.

  • Mantenimiento de registros de todos los movimientos de aves.

  • Monitorización continua de la presencia de infección por clamidia.

El organismo es sensible al calor (puede destruirse en <5 minutos a 56 °C) y a la mayoría de los desinfectantes (p. ej., cloruro de amonio cuaternario 1:1000, solución de lejía 1:100, alcohol al 70 %, etc.), pero es resistente a ácidos y bases. Puede persistir durante meses en la materia orgánica, como la cama y el material de los nidos; es necesaria una limpieza a fondo antes de la desinfección.

Riesgo zoonótico de la clamidiosis aviar

La clamidiosis aviar es una enfermedad zoonótica que puede afectar a las personas después de la exposición a organismos en aerosol que se desprenden del tracto digestivo o respiratorio de aves vivas o muertas infectadas o la manipulación de aves, tejidos (p. ej., matadero) o camas infectados. La enfermedad humanaresulta por lo general de la exposición a psitácidas domésticas y puede darse incluso si solo existe un breve contacto con una única ave infectada. Otras personas en estrecho contacto con las aves, como los criadores de palomas, los veterinarios, los granjeros, los rehabilitadores de animales silvestres, los cuidadores de los zoológicos y los empleados de mataderos y plantas de procesado o de los criaderos, también están en riesgo. La transmisión zoonótica de C psittaci en los trabajadores de la industria avícola está probablemente subestimada.

Se deben tomar precauciones cuando se examinan aves infectadas vivas o muertas para evitar la exposición (p. ej., mascarilla antipolvo y careta o gafas de plástico, guantes, detergente desinfectante para mojar las plumas y campana de exploración con ventilación).

La infección en las personas varía desde la ausencia de síntomas hasta síntomas gripales y enfermedades respiratorias (p. ej., neumonía). Raramente aparece endocarditis, miocarditis, hepatitis y encefalitis. Las personas inmunocomprometidas tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad clínica.

Puntos clave

  • La clamidiosis aviar es una infección bacteriana sistémica causada por Chlamydia psittaci.

  • El diagnóstico en aves de producción se realiza mediante serología, necropsia y PCR.

  • La clortetraciclina y la doxiciclina se usan para tratar la clamidiosis.

  • La clamidiosis es una enfermedad de declaración obligatoria; los casos en seres humanos suelen estar causados por la exposición a psitácidas como mascotas.