Los ectoparásitos con mayor repercusión económica en avicultura son los ácaros de las familias Dermanyssidae y Marcronyssidae (ácaro rojo, ácaro de las aves norteñas, ácaro de las aves tropicales) y Trombiculidae (nigua del pavo).
Ácaro rojo de las aves (ácaro rojo, ácaro del gallinero, ácaro de las aves)
Cortesía del Dr. Amy Murillo.
El ácaro rojo de las aves de producción o el ácaro del pollo, Dermanyssus gallinae, infesta pollos, pavos, palomas, canarios y varias aves silvestres en todo el mundo. Estos ácaros hematófagos también pueden afectar a las personas pero no puede sobrevivir en ellas o infestarlas. Aunque son poco frecuentes en las explotaciones comerciales modernas de ponedoras, se encuentran en ambientes libres de jaulas, como los de criaderos o de pequeñas granjas. El ácaro rojo tiene hábitos nocturnos, se alimenta por la noche y se oculta durante el día debajo de la cama, en los aseladeros y en las grietas y rendijas de las instalaciones, y allí deposita sus huevos. La población de ácaros crece rápidamente durante los meses cálidos y más lentamente durante los meses fríos; su ciclo biológico se puede completar en solo 1 semana. La presencia del parásito se puede detectar hasta 9 meses después del vacío sanitario.
La transmisión del ácaro rojo, así como del ácaro de las aves norteñas y del ácaro de las aves tropicales, se produce a través de la distribución de los ácaros por el contacto con otras aves, otros animales u objetos. En la industria avícola integrada, los ácaros se dispersan más frecuentemente a través de objetos inanimados, como las bandejas de huevos, los embalajes o el personal que va de una instalación otra.
Las infestaciones intensas de ácaros rojos de las aves de producción o ácaros de las aves del norte disminuyen el potencial reproductivo en los machos, la producción de huevos en las hembras, la ganancia de peso en las aves jóvenes y la eficiencia de conversión alimentaria; también pueden causar anemia y la muerte. Los ácaros rojos de las aves de producción se pueden encontrar en los gallineros durante el día, particularmente en los nidales o en las grietas o donde los postes de los perchas tocan los soportes, o en las aves durante la noche. Aún no se conoce completamente su papel como vectores de otros patógenos en la naturaleza, pero se ha demostrado su implicación en la transmisión experimental de los virus de la encefalitis equina del este, oeste y venezolana, el poxvirus aviar y las bacterias Salmonella Enteritidis, Pasteurella multocida, Coxiella burnetii y Borrelia anserina.
Cortesía del Dr. Amy Murillo.
Es importante obtener aves libres del parásito y recurrir a buenas medidas sanitarias para evitar el crecimiento de la población de ácaros. Una vez que las aves de producción se han infestados, el control puede lograrse rociando o espolvoreando las aves y la cama o en el interior de la nave y todos los escondites del ácaro rojo de las aves (p. ej., detrás de los nidales, grietas y hendiduras) con un rociador de alta presión. Los polvos inertes como la tierra de diatomeas y las sílices amorfas sintéticas puras pueden ser eficaces, pero las tasas de aplicación deben ser altas cuando la humedad es muy elevada. El control sistémico mediante tratamientos con ivermectina (1,8-5,4 mg/kg) o moxidectina (8 mg/kg) es eficaz durante cortos periodos de tiempo, pero las dosis altas son caras, pueden llegar a alcanzar niveles tóxicos y requieren un uso repetido.
Ácaro de las aves norteñas
Cortesía del Dr. Amy Murillo.
Cortesía del Dr. Jean Sander.
El ácaro de las aves norteñas, Ornithonyssus sylviarum, es el parásito más importante de las ponedoras y aves reproductoras en EE. UU. Se trata de una parasitación de gran importancia que afecta a las aves de países con climas templados. En los pavos es el segundo parásito más importante tras la nigua del pavo, en las regiones donde esta existe. Se ha descrito en muchas especies de aves, ratas, ratones y personas, pero las poblaciones fértiles del parásito solo se han observado en aves. Los ácaros de las aves de producción son parásitos hematófagos obligados que pueden completar su ciclo biológico en 5-12 días. Fuera del hospedador, los ácaros pueden vivir hasta 4 semanas, dependiendo de la temperatura y la humedad relativa ambiental. Estos ácaros se suelen localizar entre las plumas de las zonas ventrales, donde pueden aparecer zonas con presencia de costras o plumas sucias. En infestaciones graves, se pueden encontrar en los huevos. Incluso las infestaciones moderadas (>100 ácaros/ave) pueden causar una disminución en la producción de huevos y en la eficiencia de conversión de alimento en las gallinas ponedoras.
La prevención de la introducción de ácaros en un rebaño es mejor porque la erradicación es increíblemente difícil. El acaricida debe aplicarse con suficiente fuerza para que penetre en las plumas de la regiones más ventrales. La resistencia a las piretrinas y a los piretroides está muy extendida y hay pocos tratamientos químicos disponibles para su uso en aves. Las cajas de polvo con arena y materiales acaricidas, como polvos inertes (p. ej., tierra de diatomeas) o polvo de azufre, son muy eficaces para el autotratamiento de los ácaros en aves.
A partir de estos ácaros se han aislado los virus de la encefalomielitis equina del oeste, la encefalitis de San Luis, la enfermedad de Newcastle y el virus de la viruela aviar. Sin embargo, los ácaros no se consideran vectores significativos de estos virus. Los hallazgos clínicos y el control son similares a los del ácaro rojo de las aves de producción.
Ácaro de las aves tropicales
El ácaro de las aves tropicales, Ornithonyssus bursa, se distribuye por todas las regiones más cálidas del mundo y se ha descrito en Hawái, Texas, Florida, Illinois, Indiana, Maryland y Nueva York. Se asemeja mucho al ácaro de las aves norteñas en sus hábitos y características biológicas, pero este ácaro pone una proporción mayor de sus huevos en los nidos. Entre los hospedadores se incluyen los pollos, los pavos, los patos, las palomas, los gorriones, los estorninos, los minás y las personas. En este ácaro se ha encontrado el virus de la encefalomielitis equina del oeste, pero no hay pruebas de que transmita el virus.
Los hallazgos clínicos y el control son similares a los del ácaro rojo de las aves.
Ácaro de las patas escamosas
Cortesía del Dr. Amy Murillo.
El ácaro de las patas escamosas, Knemidocoptes mutans es un ácaro sarcóptico, pequeño, esférico y que suele excavar túneles bajo las escamas de las patas. Es poco frecuente en las instalaciones avícolas modernas, pero no es infrecuente en lotes de traspatio. Cuando aparece, suele afectar a las aves de mayor edad de la explotación, en las que la irritación y la exudación provocan que las patas se engrosen y presenten costras con mal aspecto. Las escamas de las patas se elevan, lo que da lugar a cojeras. Las aves comienzan a presentar anorexia y la muerte puede producirse después de varios meses. El ácaro a veces afecta a la base y a los cañones de las plumas. Todo su ciclo biológico se desarrolla en la piel; la transmisión se produce por contacto. Las parasitaciones pueden permanecer latentes durante largos periodos hasta que el estrés desencadena el aumento de la población de ácaros.
Para el control, las aves afectadas deben ser sacrificadas o aisladas, y los galpones deben limpiarse y rociarse frecuentemente, como se recomienda para el ácaro rojo de las aves de producción. Las aves aisladas deben tratarse con ivermectina o moxidectina tópica (0,2 mg/kg), solución de azufre al 10 % o fluoruro de sodio al 0,5 %.
Nigua común
La nigua común, Trombicula alfreddugesi, y otras especies de niguas (ácaros aradores, chinches rojas) son parásitos de las aves y pican a las personas y otros mamíferos que se alimentan de células de la piel parcialmente digeridas y de la linfa. Las aves que sufren parasitaciones masivas presentan decaimiento, anorexia y pueden morir por inanición y agotamiento. Las larvas pueden encontrarse de forma aislada o en grupos, en las zonas ventrales de las aves. El control en el campo se facilita manteniendo la hierba cortada y espolvoreando con acaricidas.
Nigua del pavo
Las larvas de Neoschongastia americana son parásitos del pavo que también afectan a numerosas aves. Está muy distribuida en el sur de EE. UU. y constituye la plaga más importante que afecta al pavo criado en suelos arcillosos en los meses de verano. La nigua se alimenta en grupos de hasta 100 ácaros por lesión durante 8-15 días. Los pavos pueden presentar 25-30 lesiones por ave. Una sola lesión mide 3 mm de diámetro y puede suponer disminuciones importantes de la calidad del pavo comercializado. Para su prevención, se deben proteger a los pavos de este ácaro, al menos 4 semanas antes de su comercialización.
Los aerosoles acaricidas o los polvos en los campos de pavos controlan las niguas. Una medida preventiva que se utiliza actualmente en muchas instalaciones de cría de pavos es el reemplazo de la cría extensiva por la intensiva, con el uso de instalaciones cerradas para aumentar la protección de las aves.
Ácaro de los quistes
El ácaro de los quistes, Laminosioptes cysticola, es un parásito pequeño, cosmopolita, que afecta a pollos, pavos y palomas, y suele diagnosticarse frecuentemente por la aparición de nódulos caseocalcáreos de color blanco o amarillento de ~1-3 mm de diámetro en el tejido subcutáneo, el músculo, los pulmones y las vísceras. El examen microscópico cuidadoso de la piel y el tejido subcutáneos tras la disección a menudo evidencia la presencia del ácaro. La mejor medida de control consiste en el sacrificio de las aves afectadas, aunque el uso de ivermectina puede ser eficaz.
Ácaro desplumante
El ácaro desplumante, Neocnemidocoptes gallinae, es un parásito cosmopolita que perfora la epidermis en la base de los cañones de las plumas y provoca irritación intensa que hace que los pollos, los faisanes, las palomas y los gansos se arranquen las plumas durante la primavera y el verano. Debido a esta excavación puede aparecer hiperqueratosis, lesiones cutáneas y necrosis digital. Las aves afectadas deben aislarse y tratarse con ivermectina o con materiales acaricidas.
Ácaro de las plumas
La mayoría de los ácaros de las plumas pertenecen a las familias Analgidae, Pterolichidae y Proctophyllodidae. Los ácaros superficiales de las plumas se alimentan principalmente de la grasa que recubre las plumas, restos celulares, hongos y descamaciones. Hay más de 25 especies, entre ellas Megninia cubitalis, M ginglymura y Pterolichus obtusus, sobre todo en explotaciones familiares y de forma poco frecuente en las granjas avícolas modernas, aunque hay excepciones. Brotes de Allopsoroptoides galli en instalaciones comerciales de ponedoras en Brasil. Estas infestaciones causaron dermatitis y reducciones significativas en el peso corporal de las gallinas y en la producción de huevos.
Los ácaros localizados en los cañones de las plumas (Syringophilidae y Gaudoglyphidae) viven y se alimentan del tejido de los cañones o de los fluidos obtenidos al perforar la pared de las plumas. Syringophilus bipectinatus se encuentra distribuido globalmente en pollos y pavos, mientras que Columbiphilus polonica, Dermoglyphus elongatus y Gaudoglyphus minor se distribuyen con mayor frecuencia en pollos en Europa. Los ácaros de las plumas no suponen grandes pérdidas económicas, pero pueden originar disminución de la producción de huevos por malnutrición, pérdida de plumas y dermatitis. Las aves afectadas deben espolvorearse con acaricidas, o se puede aplicar ivermectina oral o tópica.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre los parásitos en aves.