El género Fusarium produce muchas micotoxinas dañinas en avicultura.
Las micotoxinas tricotecenas provocan patrones cáusticos y radiomiméticos de enfermedad ejemplificados por las toxinas T-2 y diacetoxiscirpenol. El deoxinivalenol (vomitoxina, DON), las fumonisinas y la zearalenona son micotoxinas Fusarium comunes relativamente poco tóxicas en avicultura, pero tóxicas en cerdos y caballos.
En avicultura, la fusariotoxicosis puede causar lo siguiente:
Rechazo de alimentos.
Lesión cáustica de la mucosa oral y áreas de la piel en contacto con el moho.
Enfermedad digestiva aguda.
Inmunosupresión y hemorragias.
Disminución de la producción de huevos y mala calidad de la cáscara del huevo.
Otras micotoxinas del género Fusarium provocan un crecimiento defectuoso de huesos largos. Las micotoxinas fumonisinas producidas por F verticilloides disminuyen la conversión de alimentos, sin causar lesiones específicas.
La moniliformina también la produce F verticillioides y es cardiotóxica y nefrotóxica.