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Enfermedad de Marek en aves de producción

PorJohn Dunn, DVM, PhD
Última revisión/modificación oct 2019

La enfermedad de Marek es una enfermedad viral de las aves de producción muy contagiosa caracterizada por linfomas de linfocitos T y agrandamiento de los nervios periféricos. Los criterios estándar utilizados para el diagnóstico incluyen los antecedentes, los signos clínicos, la necropsia macroscópica y la histopatología. Aunque no hay tratamiento disponible, las vacunas actuales son muy efectivas.

Los pollos son el hospedador natural más importante del virus de la enfermedad de Marek (VEM), un alfaherpesvirus altamente asociado a células pero que se transmite con las propiedades linfotrópicas de los gammaherpesvirus. Las codornices pueden infectarse naturalmente y los pavos experimentalmente. Sin embargo, en Francia, Israel y Alemania se han descrito recientemente brotes clínicos graves de la enfermedad de Marek en grupos de pavos, con una mortalidad por tumores del 40-80 % entre las 8 y 17 semanas de edad. En algunos de estos casos, los grupos de pavos afectados se criaban cerca de pollos de engorde. Los pavos también se suelen infectar con el herpesvirus del pavo (HVT). Se trata de una cepa avirulenta relacionada con el VEM que se suele usar como vacuna contra la enfermedad de Marek en pollos. Otras aves y mamíferos parecen ser refractarios a la enfermedad o la infección.

La enfermedad de Marek es una de las infecciones más ubicuas en aves; se ha detectado en grupos de pollos de todo el mundo. Se asume que todas las parvadas, excepto las mantenidas bajo estrictas condiciones libres de patógenos, están infectadas. Aunque la enfermedad clínica no es siempre evidente en los grupos infectados, la reducción subclínica en la tasa de crecimiento y en la producción de huevos pueden tener importancia económica.

Etiología de la enfermedad de Marek en aves de producción

El VEM es un miembro del género Mardivirus dentro de la subfamilia Alphaherpesvirinae. Dentro del género Mardivirus hay tres especies estrechamente relacionadas que anteriormente estaban designadas como tres serotipos del VEM. Gallid alphaherpesvirus 2 (VEM del serotipo 1) representa todas las cepas virulentas del VEM y se divide en patotipos, designados como leve (m), virulento (v), muy virulento (vv) y muy virulento plus (vv +). Gallid alfaherpesvirus 3 (VEM del serotipo 2) y Meleagrid alphaherpesvirus 1 (herpesvirus del pavo, VEM serotipo 3) representan cepas de virus avirulentas aisladas de pollos y pavos, respectivamente, y se suelen usar como vacunas contra la enfermedad de Marek.

Transmisión y etiología de la enfermedad de Marek en aves de producción

La enfermedad de Marek es muy contagiosa y se transmite fácilmente entre los pollos. El virus madura hasta convertirse en una forma completamente infecciosa y encapsulada en el epitelio del folículo de la pluma, desde el cual se libera al medio ambiente. En la paja o en el polvo de los gallineros, puede sobrevivir durante meses. El polvo o la descamación de los pollos infectados son especialmente eficaces en la transmisión. Una vez que el virus se introduce en un grupo de pollos, al margen del estado de vacunación, la infección se propaga rápidamente de ave a ave. Durante periodos prolongados, los pollos infectados continúan siendo portadores y actúan como fuentes de virus infectivos. La vacunación previa reduce, pero no evita, la diseminación de partículas virales infectivas. A diferencia de las cepas virulentas del VEM, que son muy contagiosas, el herpesvirus del pavo no se transmite fácilmente entre los pollos (aunque sí entre los pavos, su hospedador natural). La transmisión de las cepas atenuadas del VEM es muy variable en pollos. El VEM no se transmite verticalmente.

Patogenia de la enfermedad de Marek en aves de producción

Actualmente se reconocen cuatro fases de la infección por la enfermedad de Marek in vivo:

  1. Infección citolítica precoz (productiva-restrictiva).

  2. Infección latente.

  3. Segunda fase de infección citolítica, productiva-restrictiva, que coincide con una inmunosupresión permanente.

  4. Fase proliferativa, que implica células linfoides infectadas de forma no productiva que pueden o no progresar a la formación de linfoma.

La infección productiva puede aparecer de manera transitoria en los linfocitos B, pocos días después de la infección con cepas virulentas del VEM. Se caracteriza por la producción de antígenos, que originan la muerte celular. Al producirse pocos viriones o ninguno, también se ha denominado como infección restrictiva-productiva. La infección productiva también se desarrolla en el epitelio del folículo de la pluma, en el que se producen viriones envueltos. La infección latente de linfocitos T activados es la responsable del estado de portador a largo plazo. No se expresan antígenos, pero los virus pueden recubrirse por linfocitos mediante cocultivo con células sensibles en cultivos tisulares. Algunos linfocitos T, infectados de forma latente con cepas oncogénicas del VEM, sufren una transformación neoplásica. Estas células transformadas, siempre que escapen al sistema inmunitario del hospedador, pueden multiplicarse formando neoplasias linfoides características.

Hallazgos clínicos de la enfermedad de Marek en aves de producción

La incidencia de la enfermedad de Marek es bastante variable en lotes comerciales y depende de:

  • Cepa y dosis de virus.

  • Edad de exposición.

  • Anticuerpos maternos.

  • Género y genética del hospedador.

  • Cepa y dosis del virus de la vacuna.

  • Varios factores ambientales, incluido el estrés.

Además de las neoplasias linfoides, el VEM también puede inducir otros síndromes de enfermedad clínicamente distintos, que incluyen:

  • Parálisis transitoria.

  • Síndrome de mortalidad temprana.

  • Infección citolítica.

  • Aterosclerosis.

  • Enfermedad neurológica persistente.

Por lo general, las aves afectadas solo muestran apatía antes de la muerte, pero se ha asociado con la enfermedad de Marek el síndrome de parálisis transitoria; los pollos presentan ataxia durante varios días y luego se recuperan. Este síndrome es raro en aves que están inmunizadas. La muerte suele ser el resultado de la parálisis, ya que impide que las aves alcancen la comida y el agua.

Lesiones

El engrosamiento de los nervios es una de las lesiones macroscópicas más frecuentes de las aves afectadas. El agrandamiento y la pérdida de las estrías se producen en varios nervios periféricos, pero principalmente en los nervios vago, braquial y ciático. Pueden observarse tumores linfoides difusos o nodulares en varios órganos, particularmente en el hígado, el bazo, las gónadas, el corazón, los pulmones, los riñones, los músculos y el proventrículo. Los folículos agrandados en las plumas (normalmente denominados leucosis cutánea) pueden observarse en pollos de engorde después del desplumado, lo que constituye un motivo de rechazo. La bolsa de Fabricio es rara vez tumoral y con mayor frecuencia atrófica. Histológicamente, las lesiones consisten en una población mixta de células linfoides pequeñas, medianas y grandes, además de la presencia de células plasmáticas y linfoblastos anaplásicos grandes. Estas poblaciones celulares incluyen indudablemente células tumorales y células inflamatorias reactivas. Cuando la bolsa de Fabricio está afectada, las células tumorales se suelen encontrar en áreas interfoliculares.

Diagnóstico de la enfermedad de Marek en aves de producción

  • Criterios estándar: antecedentes y signos clínicos, patología macroscópica e histopatología.

  • Criterios avanzados: inmunohistoquímica, PCR estándar y cuantitativa, aislamiento del virus, serología.

Para el diagnóstico de la enfermedad de Marek es fundamental diagnosticar los tumores y no la infección, ya que la enfermedad de Marek se considera ubicua dentro de las parvadas comerciales de aves de producción. Por lo general, el diagnóstico se basa en la presencia de nervios agrandados y de tumores linfoides en varias vísceras. La ausencia de tumores bursales ayuda a distinguir esta enfermedad de la leucosis linfoide, aunque la presencia de tumores bursales no excluyen la enfermedad de Marek. La enfermedad de Marek puede desarrollarse en pollos de hasta 3 semanas de edad, mientras que la leucosis linfoide se observa habitualmente en pollos de >14 semanas de edad. La reticuloendoteliosis, aunque es rara, puede confundirse fácilmente con la enfermedad de Marek, debido a que ambas enfermedades pueden producir un agrandamiento de los nervios y linfomas de linfocitos T de los órganos viscerales.

Los criterios estándar a menudo son suficientes para un diagnóstico presuntivo, pero se necesitan criterios avanzados para un diagnóstico definitivo. La inmunohistoquímica puede usarse para confirmar que los tumores están compuestos por poblaciones predominantes de linfocitos T o que expresan antígenos específicos del VEM. Existe una asociación cuantitativa entre la carga viral y los tumores de la enfermedad de Marek; la mayoría de los pollos portadores de tumores tienen altos títulos de viremia y suelen ser positivos por PCR. Por tanto, la demostración de altas cantidades de virus, ADN viral o antígenos virales en las células tumorales y la exclusión de otros virus tumorales relevantes deberían ser suficientes para un diagnóstico específico de la enfermedad de Marek.

Control de la enfermedad de Marek en aves de producción

  • No hay un tratamiento eficaz para la enfermedad de Marek.

  • Los métodos de prevención incluyen la vacunación, la bioseguridad y la resistencia genética.

La vacunación es la principal estrategia para la prevención y el control de la enfermedad de Marek. Complementarla con la instauración de medidas sanitarias estrictas reduce o retrasa la exposición y la reproducción para la resistencia genética.

Las vacunas más utilizadas incluyen:

  • HVT (Meleagrid alphaherpesvirus 1 naturalmente avirulento).

  • SB-1 o 301B/1 (Gallid alphaherpesvirus 3 naturalmente avirulento).

  • CVI988/Rispens (Gallid alphaherpesvirus 2 atenuado).

La vacuna del HVT ha aumentado rápidamente su uso en vacunas recombinantes que presentan la inserción de genes de otros virus avícolas, como el virus de la enfermedad de Newcastle, el virus de la enfermedad bursal infecciosa o el virus de la laringotraqueítis infecciosa. Estas vacunas recombinantes ofrecen protección tanto contra el VEM como contra el virus insertado. Para proporcionar una protección adicional frente a aislados virulentos de la enfermedad de Marek se han utilizado vacunas bivalentes, que contienen HVT y las cepas SB-1 o 301B/1 del Gallid alphaherpesvirus 3. La vacuna comercial más protectora actualmente disponible parece ser CVI988/Rispens, una cepa atenuada del VEM que también se mezcla comúnmente con el HVT en la vacunación.

Las vacunas se administran al nacer o in ovo a los embriones en el día 18 de incubación. La vacunación in ovo se realizada ahora con tecnología automatizada y se utilizada mucho para la vacunación de pollos de engorde comerciales, principalmente porque reduce los costes y aumenta la precisión en la administración de la vacuna.

La manipulación adecuada de la vacuna durante la descongelación y la reconstitución es crucial para asegurar que se administra la dosis adecuada. Las vacunas asociadas con células suelen ser más eficaces que las que carecen de células, porque se neutralizan menos por los anticuerpos maternos. En condiciones normales, la eficacia de la vacuna es de >90 %. Desde la aparición de la vacunación, las pérdidas por la enfermedad de Marek se han reducido mucho en las parvadas de pollos de engorde y ponedoras. Sin embargo, la enfermedad puede convertirse en un problema importante en lotes individuales o en áreas geográficas concretas (p. ej., en la industria de pollos de engorde de Delmarva). Una de las causas más importante de las diversas propuestas para explicar estas pérdidas excesivas es la exposición precoz a cepas muy virulentas.

Puntos clave

  • La enfermedad de Marek es una enfermedad neoplásica altamente contagiosa caracterizada por linfomas de células T y agrandamiento de los nervios periféricos.

  • La parálisis de las patas es un signo clínico habitual.

  • El diagnóstico preliminar puede basarse en los antecedentes, los signos clínicos, la patología macroscópica y la histopatología.

  • Las vacunas son muy protectoras y deben usarse en combinación con una buena bioseguridad.

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