Cortesía del Dr. Eric Gonder.
La incidencia de la ingluvitis es baja en lotes de pollos, pero parece estar incrementándose en pavos. El buche aparece muy distendido y contiene un líquido de olor pútrido, alimento y material de la cama. Se producen alteraciones en la digestión y las aves afectadas presentan baja condición corporal y emaciación. Las aves que sobreviven suelen decomisarse total o parcialmente en el procesado, para reducir la contaminación por el contenido del buche.
Se desconoce su etiología exacta, pero se ha sugerido que los pavos tienen predisposición hereditaria, potencialmente asociada a la polifagia. La incidencia puede aumentar con hábitos de alimentación o consumo de agua erráticos por cualquier causa, lo que provoca estiramientos y daños en los tejidos que sostienen el buche. Se cree que lesiones en el nervio vago también pueden ser causantes de la enfermedad en algunos casos. No se conoce un tratamiento eficaz.