Cortesía del Dr. Rodrigo Espinosa.
Cortesía del Dr. Rodrigo Espinosa.
La peritonitis del huevo se caracteriza por la presencia de fibrina o material parecido al albumen, con una apariencia de material cocido, entre las vísceras abdominales. Es una causa frecuente de muerte esporádica en gallinas ponedoras o reproductoras, pero en algunos lotes puede llegar a ser la principal causa de muerte antes o después de alcanzar el pico de producción y de tener el aspecto de una enfermedad contagiosa. Se diagnostica en la necropsia. La peritonitis sigue un movimiento inverso del albumen y de las bacterias Escherichia coli desde el oviducto hasta el abdomen. Si la incidencia es alta, deberían realizarse cultivos para la diferenciación entre la infección por Pasteurella (cólera aviar) o por Salmonella. El tratamiento antibiótico de la peritonitis causada por las infecciones de E coli suele ser ineficaz. El manejo del peso corporal y la uniformidad, el desarrollo reproductivo (crecimiento y maduración del folículo ovárico) y el saneamiento del agua para beber son las mejores estrategias preventivas.
La sobrealimentación de las reproductoras durante la maduración sexual puede aumentar el número de folículos ováricos grandes y amarillos. Cuando las gallinas tienen muchos folículos ováricos, se observa un problema descrito como síndrome de oviposición errática y defectuosa del huevo (EODES, por sus siglas en inglés). Esta situación se acompaña de una elevada incidencia de huevos con doble yema, prolapsos del oviducto, ovulaciones internas y/o puestas internas que tienen como consecuencia peritonitis y mortalidad. El EODES se previene evitando la estimulación lumínica demasiado temprana en pollitas de bajo peso y siguiendo las directrices de peso corporal y uniformidad, así como las recomendaciones de iluminación para cada cepa reproductora. El sobrepeso en las aves puede tener una mayor incidencia en las ovulaciones erráticas y en la mortalidad asociada a la peritonitis del huevo.