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Coxielosis en animales

PorPaul J. Plummer, DVM, PhD, DACVIM-LAIM, DECSRHM
Revisado/Modificado sept 2022

La coxielosis es una infección zoonótica por Coxiella burnetii, que con mayor frecuencia provoca abortos en rumiantes. La prevalencia es alta en las poblaciones comerciales de ganado vacuno y lechero; el microorganismo se disemina a través de la contaminación ambiental por tejidos abortados, orina o heces. Muchos animales y humanos infectados no presentan signos clínicos, pero algunas personas experimentan una enfermedad grave, conocida como fiebre Q. La coxielosis se trata mediante vacunación cuando esté disponible, la separación de los animales infectados y las medidas preventivas para los cuidadores humanos de los animales infectados.

La coxielosis es una infección bacteriana zoonótica vinculada principalmente a rumiantes durante el parto, aunque se han identificado animales domésticos como los gatos y una variedad de animales silvestres como fuentes de la infección humana. La infección zoonótica en personas asociada con Coxiella burnetii se conoce ampliamente como fiebre Q. Coxiella se considera un potencial agente de bioterrorismo debido a su baja dosis infecciosa, estabilidad en el medio ambiente y capacidad para dispersarse en forma de aerosol.

Etiología, epidemiología y transmisión de la coxielosis en animales

La coxielosis está causada por el cocobacilo gramnegativo C burnetii. Aunque anteriormente estaba considerado como un agente rickettsial, los análisis filogenéticos sugieren que C burnetii está más estrechamente relacionado con Legionella y Francisella que con el género Rickettsia.

C burnetii vive y se reproduce en fagolisosomas acidificados de monocitos y macrófagos del hospedador. Existen dos formas: la variante celular grande es una forma vegetativa que se encuentra en células infectadas; la variante celular pequeña es la forma infecciosa extracelular excretada en la leche, orina, secreciones vaginales, semen, y heces, y detectada en alta concentración en el tejido placentario y el líquido amniótico. La variante celular pequeña es resistente al calor, a la desecación y a muchos de los desinfectantes comunes, y permanece viable en el medio ambiente durante semanas o años. Una vez infectado el rumiante doméstico, C burnetii puede localizarse en las glándulas mamarias, los nódulos linfáticos supramamarios, la placenta y el útero, localizaciones desde donde se puede excretar en los partos y las lactaciones posteriores. Se observan signos tanto agudos como crónicos de la enfermedad.

La epidemiología de la coxielosis es compleja, pues existen dos patrones principales de transmisión. En uno de ellos, C burnetii circula entre los animales silvestres y sus ectoparásitos, principalmente las garrapatas. La otra forma de transmisión se produce en los rumiantes domésticos, independientemente del ciclo del animal silvestre. Las garrapatas ixódidas y argásidas pueden actuar como reservorios del microorganismo. Se ha descrito transmisión sexual en humanos; sin embargo, parece tener una importancia mínima en la epidemiología de la coxielosis en animales. La distribución de C burnetii es mundial (excepto en Nueva Zelanda), y el rango de hospedadores incluye varios mamíferos domésticos y silvestres, artrópodos y aves. La coxielosis es enzoótica en la mayoría de las zonas donde se estabulan vacas, ovejas y cabras.

En EE. UU., los estudios de seroprevalencia han mostrado una variabilidad sustancial en la prevalencia de anticuerpos frente a C burnetii, según las diferencias en la población de prueba, la prueba utilizada y la época del año. La evaluación del muestreo en leche de tanque en granjas de vacuno lechero de EE. UU. ha demostrado una prevalencia del microorganismo en las granjas del 77 % a >90 %. En un estudio exhaustivo de seroprevalencia realizado en Canadá, el 48,6 % de las explotaciones de ovejas y el 63,2 % de las explotaciones de cabras tenían al menos un animal positivo. No resulta sorprendente que la seroprevalencia en los veterinarios y en los granjeros que crían pequeños rumiantes también sea alta.

El riesgo más alto de transmisión se produce durante el parto por inhalación, ingestión o contacto directo con los fluidos del parto, los anejos fetales o la placenta. El microorganismo también se excreta en la leche, la orina y las heces. La pasteurización a temperatura elevada destruye eficazmente el microorganismo. Las garrapatas pueden transmitir la enfermedad entre rumiantes domésticos; sin embargo, se cree que no desempeñan un papel epidemiológico importante en la transmisión de la enfermedad a las personas.

Hallazgos clínicos de la coxielosis en animales

  • Aborto tardío

  • Placentitis grave

  • Malestar, anorexia

La infección por coxielosis en rumiantes suele ser subclínica; sin embargo, puede causar anorexia y aborto tardío. Los animales afectados de forma subclínica eliminan cargas bacterianas del microorganismo en los líquidos fetales y las secreciones vaginales mucho menores que las que se eliminan en los casos de aborto. Algunas investigaciones han implicado a C burnetii como causa de infertilidad y aborto esporádico con placentitis necrotizante en rumiantes. Una nueva evidencia ha demostrado la asociación de C burnetii con mastitis subclínica entre vacas lecheras; sin embargo, se necesita trabajo adicional para verificar que C burnetii es el agente causal. La infección experimental en gatos causa fiebre pasajera, malestar general y anorexia durante varios días.

Diagnóstico de la coxielosis en animales

  • Evaluación microscópica de improntas tisulares.

  • Prueba inmunohistoquímica

  • Ensayo de PCR

  • Prueba ELISA

  • Cultivo de muestras de tejido.

En los rumiantes domésticos, las lesiones macroscópicas de la coxielosis son inespecíficas, y el diagnóstico diferencial debería incluir agentes infecciosos y no infecciosos que causan abortos. Dado que la seroprevalencia es elevada en muchas poblaciones animales, la confirmación del patógeno es importante para el diagnóstico definitivo; la placentitis grave es evidente y el microorganismo puede observarse fácilmente en los frotis de muestras histopatológicas de estos tejidos. Se pueden utilizar pruebas de cultivo, inmunohistoquímicas y de PCR para confirmar el diagnóstico de C burnetii. Los estudios realizados en laboratorios de diagnóstico veterinario, sugieren que C burnetii a menudo se detecta simultáneamente junto a otros microorganismos en casos de abortos infecciosos, por lo que las infecciones mixtas pueden ser relevantes. La variabilidad estacional en la eliminación del microorganismo dificulta la interpretación de los resultados de una única prueba de PCR. La excreción es mayor en el periodo periparto y puede descender por debajo de los niveles detectables durante un largo período durante el año a pesar de la infección persistente. Pueden usarse pruebas de inmunofluorescencia en muestras de suero pareadas obtenidas con un intervalo de ≥2 semanas para detectar una infección reciente; en hasta el 20 % de los animales infectados, sin embargo, C burnetii puede extenderse en ausencia de un título de anticuerpos sérico medible.

La coxielosis es una enfermedad de declaración obligatoria en muchas jurisdicciones de sanidad animal y se considera una enfermedad de declaración obligatoria a la OMSA en muchas especies.

Tratamiento y control de la coxielosis en animales

  • Cuidados de apoyo

  • Manejo del aborto.

  • Vacunación donde esté disponible.

  • Manejo ambiental

La fiebre Q en personas es una enfermedad de declaración obligatoria en EE. UU., principalmente debido a su estatus como posible agente de bioterrorismo; los requisitos de notificación para animales varía según el Estado. Se han desarrollado vacunas para seres humanos y animales; sin embargo, no están disponibles comercialmente en EE.UU. La vacunación ha evitado la infección cuando se administra a terneros no infectados y ha mejorado la fertilidad y ha disminuido la excreción en animales previamente infectados.

Los antimicrobianos (doxiciclina o trimetoprima/sulfametoxazol) se suelen emplear para tratar la coxielosis aguda en humanos. Sin embargo, no se ha demostrado un beneficio apreciable del tratamiento con tetraciclina en estudios controlados a partir de brotes de abortos en ovejas en Europa. A pesar de la carencia de ensayos, algunos veterinarios todavía abogan por el uso de tetraciclinas parenterales durante los brotes explosivos de abortos. En los rebaños infectados, el periodo periparto representa un periodo de riesgo significativo para la transmisión debido a la gran cantidad de contaminación ambiental asociada con el aborto. Las medidas de control estándar del aborto, como la pronta eliminación de los materiales abortados (usando precauciones zoonóticas), la separación de los animales según el estado de gestación y la evaluación diagnóstica de los abortos, están todas justificadas. Las medidas de control ambiental incluyen mantener a las parturientas a sotavento del resto del rebaño o alojadas en un área de ventilación controlada, y minimizar la cantidad de polvo en las instalaciones.

Riesgo zoonótico de coxielosis en animales

La fiebre Q tiene mayor incidencia en personas que trabajan en contacto con especies consideradas de alto riesgo. La presentación clínica en personas es altamente variable, y oscila desde una presentación como una enfermedad gripal autolimitante a una neumonía, una hepatitis y una endocarditis. C burnetii es altamente infecciosa, y un solo microorganismo puede causar infección por aerosoles a las personas. Los individuos con enfermedad cardiaca valvular, injertos vasculares o aneurisma arterial, así como cualquier persona con inmunodepresión apreciable, corren un riesgo particular. C burnetii se ha asociado con abortos espontáneos en personas y animales, por lo que las mujeres embarazadas deben tomar precauciones para evitar la exposición.

La mayoría de los brotes de fiebre Q en humanos se han asociado con la dispersión por el viento de polvo contaminado con C burnetii, de los lugares donde se crían ovejas, cabras o ganado vacuno. Los ganaderos y los veterinarios corren un alto riesgo al asistir partos. Los trabajadores de mataderos corren un riesgo al entrar en contacto con canales infectadas, pelo y lana. El patógeno también puede transmitirse a través del consumo de leche no pasteurizada. La manipulación de tejido infectado plantea una amenaza para el personal del laboratorio. Se han registrado varios casos de fiebre Q entre el personal y los pacientes de instituciones médicas donde se habían utilizado ovejas con infección latente para fines de investigación. Las instalaciones médicas que utilizan rumiantes en la investigación deben intentar adquirir animales de rebaños libres de coxielosis o utilizar machos cuando sea posible. Además, los trabajadores han de usar equipos personales protectores adecuados para protegerse frente a la exposición de pequeñas gotas y aerosoles durante los procedimientos médicos de alto riesgo.

Puntos clave

  • La coxielosis es una causa importante de abortos, especialmente en pequeños rumiantes. Los gatos también pueden verse afectados.

  • El patógeno, Coxiella burnetii, es zoonótico y muy prevalente en rumiantes domésticos. Es muy infeccioso y se aerosoliza fácilmente durante los abortos.

  • La mayoría de las personas con coxielosis son asintomáticas o solo presentan síntomas leves, pero ciertos individuos pueden estar gravemente afectados.

  • Si se identifica C burnetii en una población de animales, los cuidadores deben recibir formación sobre los síntomas de la enfermedad humana y disponer de equipos de protección personal cuando trabajen con los animales.

  • El tratamiento con antimicrobianos no está justificado en animales; la vacunación es una estrategia eficaz, y la falta de disponibilidad de una vacuna en muchas partes del mundo hace que la atención de apoyo y el control ambiental, con la conciencia del riesgo zoonótico, sean los principales medios de manejo.

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