La histoplasmosis es una enfermedad granulomatosa crónica, no contagiosa y diseminada que afecta a las personas y a otros animales y que está causada por el hongo dimórfico Histoplasma capsulatum var capsulatum. El microorganismo normalmente se encuentra en los suelos que contienen excrementos de aves y murciélagos.
Histoplasma capsulatum var capsulatum produce crecimiento micelial en el suelo y en cultivo a temperatura ambiente. El microorganismo crece en forma de levadura en tejidos y en cultivos a 37 °C.
Cortesía del Dr. John Prescott.
La histoplasmosis presenta una distribución mundial. Entre las áreas altamente endémicas se encuentran los valles de los ríos Misisipi y Ohio, en EE. UU. El microorganismo se encuentra en altas concentraciones en las heces de los murciélagos y crece fácilmente en las heces de las aves. La infección se ha descrito en muchas especies animales; sin embargo, la enfermedad es rara o poco común en todos ellos, excepto en perros y gatos. La infección suele producirse por contaminación de las vías respiratorias por aerosoles.
Hallazgos clínicos de la histoplasmosis en animales
En la histoplasmosis, los microconidios ambientales se inhalan y la infección inicial se establece en los pulmones y los nódulos linfáticos torácicos. Los signos clínicos varían y son inespecíficos, pero suelen incluir pérdida de peso, fiebre, membranas mucosas pálidas y linfadenopatía periférica. Suele haber taquipnea y signos cutáneos en los gatos, mientras que en los perros son más frecuentes la hepatomegalia, la ascitis y la diarrea.
Cortesía del Dr. Ronald Green.
Tanto los perros como los gatos pueden presentar afectación ocular, como neuritis óptica, coriorretinitis o desprendimiento de retina. Puede producirse meningitis por histoplasma. La diseminación puede afectar a la piel, donde se forman lesiones nodulares, ulceradas y supurativas.
Lesiones
Las lesiones macroscópicas pueden incluir nódulos miliares dentro de los pulmones, linfadenopatía, aumento de tamaño del hígado y bazo, ascitis o intestinos engrosados y hemorrágicos. Las lesiones histológicas suelen ser una inflamación granulomatosa con levaduras intralesionales en los tejidos afectados. En la enfermedad crónica, las levaduras pueden ser difíciles de encontrar y puede haber fibrosis. Las radiografías torácicas pueden mostrar patrones que van de alveolares a nodulares e intersticiales.
Diagnóstico de la histoplasmosis en animales
Demostración de levaduras en sangre o tejido.
Pruebas de antígenos, especialmente en orina.
Se debe considerar la histoplasmosis cuando los signos clínicos incluyen lo siguiente:
Pérdida de peso.
diarrea crónica
Dificultad respiratoria
Adenopatía bronquial.
nódulos pulmonares
Histoplasma suele ser numeroso en los tejidos afectados y con frecuencia puede alcanzarse un diagnóstico definitivo mediante aspiración con aguja fina y una citología exfoliativa. En la enfermedad diseminada, los microorganismos a menudo están presentes dentro de los monocitos o neutrófilos en los frotis sanguíneos rutinarios. La citología de la médula ósea puede ser diagnóstica en gatos. Si la citología no permite establecer el diagnóstico, es preciso realizar una biopsia tisular.
Los microorganismos son difíciles de detectar con la tinción rutinaria de H&E, pero se tiñen bien con tinciones específicas para hongos. Las levaduras presentes en fagocitos y células gigantes son estructuras redondas u ovaladas (1-4 mcm) con una pared celular delgada y una zona fina y clara entre la pared y el citoplasma celular; pueden observarse brotes de base estrecha.
Dr. Dae Young Kim.
H capsulatum también puede cultivarse a partir de muestras tisulares, aspirados con aguja fina y líquidos corporales, aunque el cultivo es peligroso y los laboratorios deben ser advertidos cuando se sospecha histoplasmosis. La prueba de antígeno usando un ELISA cuantitativo puede realizarse en orina, suero y LCR, aunque la orina es el sustrato más sensible.
Se produce reactividad cruzada con otros antígenos fúngicos como Blastomyces. También está disponible una prueba antigénica en el punto de atención, pero con menor sensibilidad y especificidad que el ELISA de laboratorio. El ELISA antigénico de laboratorio puede utilizarse para controlar la respuesta al tratamiento.
Tratamiento de la histoplasmosis en animales
Itraconazol o fluconazol.
Tratamiento a largo plazo; las recidivas son frecuentes.
Pruebas de antígenos para evaluar la respuesta al tratamiento.
El itraconazol (10 mg/kg cada 24 horas) es el fármaco de elección para el tratamiento de la histoplasmosis diseminada en perros y gatos, aunque también el fluconazol sea efectivo. El ketoconazol (10-15 mg/kg, cada 12 horas, durante 4-6 meses) puede ser eficaz en los casos tempranos o leves de histoplasmosis en perros, pero se ha documentado resistencia.
Para los casos graves, se sugiere el tratamiento conjunto con anfotericina B o con el complejo lipídico de anfotericina B. La duración del tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad. Se recomienda un mínimo de 6 meses; sin embargo, muchos pacientes necesitan >12 meses de tratamiento. La interrupción del tratamiento debe depender de la resolución de los signos clínicos y de los títulos de antígenos urinarios. Las recidivas se producen en el 10-40 % de los pacientes.
Puntos clave
La histoplasmosis es una enfermedad fúngica más frecuentee en los valles de los ríos y en zonas contaminadas con heces de aves o murciélagos.
Los signos clínicos son inespecíficos y reflejan los sistemas orgánicos afectados predominantemente en un paciente individual.
El diagnóstico se suele establecer a partir de la citología con o sin prueba de antígeno; el tratamiento estándar son los azoles a largo plazo.