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Leptospirosis en perros

PorKatharine F. Lunn, BVMS, PhD, DACVIM-SAIM;Thomas J. Divers, DVM, DACVIM, DACVECC;Walter Lilenbaum, PhD;Peter R. Davies, BVSc, PhD
Revisado/Modificado feb 2022

Los perros son sensibles a la infección por muchas serovariedades de leptospirosis, con signos clínicos de leptospirosis que van desde una infección subclínica leve hasta una lesión renal aguda, hepatopatía, enfermedad respiratoria o la muerte. El diagnóstico incluye pruebas serológicas e identificación de leptospiras en tejidos, sangre u orina. La doxiciclina es el fármaco principal utilizado para el tratamiento en perros, junto con los cuidados de apoyo apropiados. Hay disponibles vacunas polivalentes para la prevención. Las serovariedades específicas en un área geográfica dada varían, por lo que deben usarse vacunas con los tipos apropiados. Debido a que es una enfermedad zoonótica, los médicos han de permanecer atentos a la leptospirosis y deben ser conscientes de sus diferentes presentaciones clínicas.

La leptospirosis en los perros es una enfermedad infecciosa causada por bacterias del género Leptospira.

Los perros son el hospedador de mantenimiento de Leptospira interrogans serovariedad Canicola, y antes de la generalización de los programas de vacunación, las serovariedades Canicola e Icterohaemorrhagiae eran las más comunes en perros en EE. UU. La prevalencia de serovariedades caninas ha cambiado significativamente en las últimas décadas, y es probable que las serovariedades que causan la enfermedad en los perros varíen según la región geográfica y la presencia de hospedadores reservorios. Desafortunadamente, el conocimiento actual de las serovariedades que causan enfermedades naturales en los perros está limitado por el hecho de que el aislamiento de las leptospiras rara vez se lleva a cabo; por lo tanto, los estudios realizados hasta la fecha se han basado en datos serológicos.

Desafortunadamente, los resultados de las pruebas serológicas (con la prueba de aglutinación microscópica [MAT]) no predicen de forma fiable la serovariedad infectante en perros (o humanos) con leptospirosis; por tanto, la verdadera serovariedad infecciosa se desconoce en la mayoría de los casos. Sin embargo, es probable que las serovariedades que causan enfermedad en los perros sean las que circulan en la fauna local.

El conocimiento de la serovariedad infecciosa en los perros es esencial para los estudios epidemiológicos y el desarrollo de vacunas; es menos importante para los clínicos que manejan casos individuales.

Actualmente se desconoce si las serovariedades específicas están asociadas con signos clínicos específicos en perros, y no hay evidencia publicada para guiar el tratamiento basado en la identificación de las serovariedades. Sin embargo, es sumamente importante que los veterinarios mantengan un alto índice de sospecha de leptospirosis, porque esta es una enfermedad zoonótica y tiene una amplia gama de presentaciones clínicas en perros. Cualquier edad, raza o sexo de perro es sensible a la leptospirosis, y el diagnóstico no debe descartarse sobre la base de las indicaciones o del estilo de vida. La leptospirosis canina no se limita a perros de razas grandes, perros machos o perros con un estilo de vida predominantemente al aire libre.

Síntomas clínicos y resultados de las pruebas de leptospirosis en perros

La lesión renal aguda ha sido la presentación más común de la leptospirosis canina en los últimos años. Los perros afectados por leptospirosis pueden mostrar signos clínicos que incluyen letargo, anorexia, vómitos, dolor abdominal y poliuria, oliguria o anuria.

La bioquímica sérica o el análisis de gasometría pueden mostrar anomalías como azoemia, hiperfosfatemia, acidosis metabólica, hiponatremia e hipo o hiperpotasemia.

El análisis de orina puede mostrar anomalías como hipostenuria, isostenuria o concentración mínima, proteinuria, glucosuria (con glucemia normal), cilindruria, hematuria o piuria.

Los perros que sobreviven a la lesión renal aguda pueden volver a la situación basal o progresar a una enfermedad renal crónica. La leptospirosis también debe considerarse en cualquier perro con enfermedad renal crónica previamente diagnosticada que desarrolle una lesión renal "aguda sobre crónica".

También se observan poliuria y polidipsia en ausencia de azoemia en algunos perros con leptospirosis, posiblemente como resultado de una diabetes insípida nefrogénica. La leptospirosis también podría estar potencialmente asociada a la acidosis tubular renal.

La enfermedad hepática aguda puede acompañar a la insuficiencia renal aguda en perros con leptospirosis, o puede darse sola. Los signos clínicos puede incluir ictericia, vómitos, anorexia y letargo.

El análisis bioquímico sérico puede mostrar las siguientes anomalías:

  • Aumento de la actividad de la fosfatasa alcalina (ALP)

  • Aumento de la actividad de ALT (generalmente menos aumentada que la actividad de ALP)

  • Aumento de la concentración de bilirrubina

En los perros con leptospirosis se puede observar dolor muscular, rigidez, debilidad, temblores o reticencia a moverse. Estos signos pueden ser el resultado de vasculitis, miositis o nefritis. La mialgia se ha descrito con frecuencia en la leptospirosis en personas y se asocia con la fase septicémica de la enfermedad.

Las manifestaciones menos comunes de la leptospirosis canina incluyen trastornos hemorrágicos, sospechosos de estar causados por vasculitis. Los signos clínicos pueden incluir hemorragias petequiales, epistaxis, melena y hematemesis. Un hemograma completo puede mostrar una trombocitopenia de leve a moderada (no lo suficientemente grave como para causar una hemorragia espontánea). Las pruebas de coagulación pueden mostrar un aumento de los productos de degradación de la fibrina, un tiempo de protrombina (TP) prolongado o un tiempo de tromboplastina parcial activado (TTPA) prolongado.

La hemorragia pulmonar es ahora uno de los signos clínicos más comunes en los brotes de leptospirosis en personas. Este es un hallazgo menos común en la leptospirosis canina; sin embargo, se ha observado tos o disnea, o alteraciones radiográficas en varios perros afectados.

La uveítis es una manifestación no común de la leptospirosis en perros. Parece estar asociada con poca frecuencia con la leptospirosis canina experimental; sin embargo, existen informes de casos raros.

Los signos clínicos adicionales descritos en perros con leptospirosis incluyen vómitos, diarrea, pérdida de peso, fiebre, hipotermia, secreción oculonasal, linfadenopatía, derrames y edema.

Otros cambios en el hemograma completo inespecíficos pueden incluir neutrofilia, linfopenia, monocitosis o anemia leve.

Las radiografías torácicas pueden mostrar opacidades pulmonares reticulonodulares difusas o caudodorsales, probablemente debido a una hemorragia pulmonar. Las radiografías abdominales pueden ser normales o pueden mostrar renomegalia o hepatomegalia.

Los cambios observados en el examen ecográfico abdominal pueden incluir renomegalia, pielectasia, aumento de la ecogenicidad cortical o medular, derrame perinéfrico, banda medular renal hiperecoica, hepatomegalia, hígado hipoecoico, anomalías de la vesícula biliar o derrame o edema abdominal. Estos cambios no son específicos de la leptospirosis y la ausencia de estos hallazgos no excluye el diagnóstico.

Los hallazgos macroscópicos pueden incluir ictericia, efusiones y hemorragias petequiales o equimóticas en cualquier órgano y en la superficie pleural o peritoneal. Los riñones y el hígado pueden estar aumentados de tamaño, y los pulmones pueden estar húmedos, pesados y descoloridos. El hígado está a menudo friable con un acentuado patrón lobular y puede presentar una decoloración parda amarillenta. Los riñones pueden tener focos blancos en la superficie subcapsular. Los hallazgos microscópicos en el hígado pueden incluir necrosis hepatocítica leve de patrón aleatorio, hepatitis no supurativa y estasis de los conductos biliares, mientras que en los riñones puede observarse hinchazón de las células epiteliales tubulares, necrosis tubular y respuesta inflamatoria mixta.

Diagnóstico de la leptospirosis en perros

  • Combinación de los siguientes hallazgos: azoemia aguda, enfermedad hepática colestática, trombocitopenia de leve a moderada y glucosuria con glucemia normal.

  • Pruebas serológicas para detectar anticuerpos, combinadas con pruebas de PCR para detectar microorganismos.

Los resultados de todas las pruebas diagnósticas se deben interpretar a la luz de los antecedentes de vacunación del animal, los signos clínicos y los hallazgos clinicopatológicos. La tabla "Comparación de las pruebas utilizadas para diagnosticar la leptospirosis en perros" resume las pruebas disponibles actualmente y sus ventajas y desventajas. Se recomienda una combinación de títulos de MAT agudos y convalecientes y pruebas de PCR en sangre (fases iniciales de la enfermedad) u orina (fases tardías de la enfermedad).

Tabla
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Tratamiento de la leptospirosis en perros

  • Cuidados de apoyo, junto con un tratamiento antimicrobiano específico

  • Doxiciclina para eliminar las fases leptospirémica y portadora de la infección.

Las medidas de apoyo para la lesión renal aguda y la enfermedad hepática pueden incluir: fluidoterapia con suplementación electrolítica según sea necesario, corrección de trastornos ácido-base, antieméticos, quelantes de fosfato, medicamentos de soporte hepático o estimulantes del apetito.

La terapia de reemplazo renal con hemodiálisis intermitente o la terapia de reemplazo renal continua se debe considerar para los perros que están anúricos u oligúricos a pesar del tratamiento de apoyo apropiado. El tratamiento antimicrobiano está indicado siempre que se sospeche leptospirosis y debe instaurarse antes de que los resultados de las pruebas confirmatorias estén disponibles. Se han descrito pocos casos en perros, y no hay estudios experimentales, para guiar la selección de protocolos antimicrobianos para esta especie.

Las recomendaciones actuales consisten en tratar con doxiciclina (5 mg/kg, PO, cada 12 horas, durante 2 semanas). Para los perros que no pueden tolerar la doxiciclina, el tratamiento inicial con penicilina es apropiado; sin embargo, este curso de tratamiento debe ir seguido por un curso de 2 semanas de tratamiento con doxiciclina para eliminar la fase de portador renal de la infección. El enrofloxacino o la claritromicina también pueden usarse para eliminar la fase de portador. Los perros expuestos recientemente a la leptospirosis pueden tratarse profilácticamente con administración oral de doxiciclina durante 14 días.

Prevención de la leptospirosis en perros

Las bacterinas comerciales para perros están disponibles para las serovariedades Canicola, Icterohaemorrhagiae, Grippotyphosa y Pomona en EE. UU. Se desconoce si los perros vacunados son sensibles a la infección con otras serovariedades, aunque hay algunas pruebas experimentales de protección cruzada. En general, las vacunas disponibles actualmente proporcionan una buena protección frente a la enfermedad durante al menos 1 año y también reducen la colonización renal y la eliminación por la orina. Preocupan las reacciones de hipersensibilidad después de la vacunación frente a la leptospira en perros; sin embargo, la vacunación frente a Leptospira (un microorganismo que puede causar enfermedad mortal) es segura en la mayoría de los casos, y los estudios no han demostrado un aumento significativo de las reacciones de hipersensibilidad, en comparación con otras vacunaciones. Las reacciones adversas pueden estar asociadas con el uso de vacunas más purificadas. Las recomendaciones previas de vacunación cada 6 meses tampoco están justificadas.

Referencias

Yao PJ, Stephenson N, Foley JE, et al. Incidence rates and risk factors for owner-reported adverse events following vaccination of dogs that did or did not receive a Leptospira vaccine. J Am Vet Med Assoc. 2015 Nov 15;247(10):1139–45. doi: 10.2460/javma.247.10.1139.

Riesgo zoonótico de la leptospirosis en perros

Debido a que la leptospirosis es una enfermedad zoonótica, todo el personal veterinario debe tomar las precauciones adecuadas al manipular animales infectados o sospechosos. Estos perros no necesitan que se les aísle, pero se les ha de amamantar con precauciones de barrera, prestando especial atención a evitar la exposición de la piel o las membranas mucosas a la orina o la sangre. A los perros infectados se les debe permitir orinar en las áreas designadas que posteriormente se pueden limpiar y desinfectar. Los microorganismos son eliminados por todos los desinfectantes de uso común. A los propietarios de perros diagnosticados recientemente con leptospirosis canina se les debe informar de la naturaleza zoonótica de la enfermedad y estos han de contactar con sus médicos si tienen algún problema de salud. Los propietarios han de usar guantes cuando limpien la orina y lavarse las manos después de manipular al perro, al menos hasta que se complete el tratamiento antimicrobiano.

Puntos clave

  • La leptospirosis es una enfermedad zoonótica que se encuentra en múltiples especies silvestres y domésticas, incluidos los perros, y que a menudo se transmite por contacto directo con la orina u otros líquidos corporales de un hospedador infectado, aunque la contaminación ambiental por orina puede producir la transmisión si las condiciones son adecuadas.

  • El diagnóstico se realiza mediante pruebas serológicas, junto con uno o más métodos para identificar el microorganismo en tejidos o líquidos corporales.

  • El tratamiento de elección es la doxiciclina, con cuidados de apoyo apropiados según sea necesario. Otros antimicrobianos, como el enrofloxacino, también pueden ser eficaces. Las vacunas pueden usarse para la prevención. Deben usarse vacunas de múltiples cepas que incluyan serovariedades prevalentes localmente.

  • Las infecciones zoonóticas no son frecuentes; sin embargo, la exposición ocupacional es un factor de riesgo. La principal vía de transmisión es el contacto con líquidos corporales infecciosos.

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