Los caballos y los burros son relativamente resistentes a la tuberculosis causada por el complejo Mycobacterium tuberculosis (que incluye Mycobacterium bovis) y el complejo Mycobacterium avium, y por lo general son hospedadores secundarios. Mientras que la tuberculosis se ha controlado en el ganado vacuno, solo se producen casos esporádicos en equinos.
Cuando la tuberculosis se desarrolla en équidos, a menudo se encuentran lesiones granulomatosas no calcificadas en la cavidad abdominal, el hígado y los nódulos linfáticos mesentéricos, así como en los pulmones y otras localizaciones. El signo clínico principal suele ser un síndrome de emaciación inespecífico que progresa a fiebre, disnea y tos. La prueba de la tuberculina no es una prueba diagnóstica fiable en caballos.
