Los cerdos son sensibles a Mycobacterium tuberculosis, Mycobacterium bovis, y al complejo Mycobacterium avium. M avium avium y M avium hominissuis son las más frecuentemente aisladas. Las lesiones granulomatosas se encuentran por lo general en los nódulos linfáticos cervicales, submandibulares y mesentéricos; sin embargo, pueden producirse lesiones también en el hígado, los pulmones y el bazo cuando la lesión está en un estadio avanzado. De forma habitual, los nódulos linfáticos aumentados de tamaño contienen pequeños focos caseosos, blancos o amarillentos, que suelen carecer de mineralización. Los cerdos con enfermedad ocasionada por M tuberculosis pueden presentar lesiones localizadas similares.
Los cerdos de cría al aire libre son particularmente sensibles a M bovis, que se suele adquirir a través del pastoreo compartido o del contacto con animales silvestres o animales de producción infectados. La infección puede tener como resultado una diseminación rápida y progresiva de la enfermedad, con caseificación y licuefacción de las lesiones. Las pruebas serológicas son especialmente adecuadas para el diagnóstico de la tuberculosis en cerdos.