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Tuberculosis en los gatos

PorNuno Santos, PhD
Última revisión/modificación mar 2023

    Los gatos son bastante resistentes a la infección por Mycobacterium tuberculosis; sin embargo, son sensibles a Mycobacterium bovis, Mycobacterium microti y el complejo Mycobacterium avium. Las lesiones en los órganos abdominales, como los nódulos linfáticos mesentéricos, se asocian con la ingestión de leche contaminada o con el contacto con roedores infectados por M microti. La infección puede diseminarse rápidamente a otros órganos, incluidos los pulmones y los nódulos linfáticos regionales. Las áreas cutáneas afectadas o las heridas más profundas ocasionan a veces senos o cavidades tuberculosas. Las lesiones poseen una zona necrótica caseosa central, a menudo sin calcificar.

    Los signos de la tuberculosis suelen ser inespecíficos, aunque la linfadenopatía y la neumonía intersticial son presentaciones frecuentes. Debe sospecharse la tuberculosis en gatos expuestos a humanos, ganado o animales silvestres potencialmente infectados y en aquellos que muestran neumonía, linfadenopatía o abscesos que no responden al tratamiento antimicrobiano. El diagnóstico puede ser asistido por radiografía, ecografía, demostración de micobacterias por tinción de Ziehl-Neelsen o PCR en biopsias o muestras citológicas, y pruebas inmunológicas como el flujo lateral y los ensayos de IFNγ. La prueba intradérmica de la tuberculina no es fiable en los gatos. El tratamiento puede controlar la progresión de la enfermedad, pero a menudo no se realiza y los animales se sacrifican por motivos de salud pública.