Las neoplasias del párpado son el tipo de neoplasias oftálmicas más frecuentes en perros. Las masas palpebrales en los perros son principalmente adenomas o adenocarcinomas que derivan de las glándulas de Meibomio. Pueden estar afectados tanto los párpados superiores como los inferiores. Los adenomas y adenocarcinomas de la glándula de Meibomio son las neoplasias más frecuentes del párpado (~60 %) en perros de avanzada edad.1 La irritación local requiere tratamiento, que suele tener éxito. Los adenocarcinomas de Meibomio (sebáceos) son localmente invasivos y muestran criterios histológicos de malignidad; sin embargo, se desconoce si metastatizan. La extirpación quirúrgica suele ser eficaz, aunque la recidiva es infrecuente. La reducción del volumen con crioterapia adyuvante también da buenos resultados. Los melanomas del párpado, que se manifiestan como masas pigmentadas en el borde del párpado o una masa dentro del párpado, deben extirparse ampliamente o tratarse con reducción de volumen y crioterapia.
Otras neoplasias del párpado frecuentes son el histiocitoma, el mastocitoma y el papiloma, y pueden requerir una biopsia para determinar el mejor modo de terapia y pronóstico. La mayoría de las neoplasias de párpados caninos pueden tratarse con éxito solo mediante escisión quirúrgica o citorreducción y crioterapia adyuvante.
Se ha descrito que las neoplasias conjuntivales caninas tienen una mayor propensión a la malignidad y la infiltración local que las neoplasias del párpado, y requieren una extirpación quirúrgica más extensa y un tratamiento coadyuvante. Dado que puede producirse una recidiva, se recomiendan exploraciones periódicas.
En el perro, las neoplasias orbitales producen exoftalmía, tumefacción conjuntival y palpebral, estrabismo y queratitis por exposición. El globo afectado no puede retropulsar. Por lo general, no hay dolor al abrir la boca del perro, en comparación con el absceso orbitario o la celulitis. Dado que la mayoría de los tumores orbitarios en los perros son malignos y no se diagnostican hasta que la enfermedad está avanzada, el pronóstico a largo plazo suele ser malo. Sin embargo, el diagnóstico y el tratamiento precoces pueden mejorar mucho las tasas de supervivencia.4
Los tumores más frecuentemente diagnosticados incluyen los osteosarcomas, los fibrosarcomas y los adenocarcinomas nasales. El tipo de neoplasia se ha de determinar histológicamente, y la extensión de la masa se debe establecer mediante una exploración física, radiografías del cráneo (incluidos procedimientos especiales de contraste, TC y RM) y ecografía antes del tratamiento quirúrgico o de la radiación. La exéresis de la masa orbital con el globo ocular y todos los tejidos orbitales (incluido el hueso adyacente) puede disminuir la posibilidad de recidiva.
Según el tipo de tumor, el pronóstico puede ser reservado o malo. La cirugía, a veces combinada con quimioterapia o radioterapia, puede proporcionar potencialmente una curación. El diagnóstico y la intervención precoces proporcionan la mejor oportunidad de curación. Según el tipo de tumor y la localización, la masa puede extirparse sin afectar al globo ocular y conservando la visión. Se recomienda la derivación temprana a un especialista.
Las neoplasias corneales y limbales son poco comunes en perros y pueden confundirse con fascitis nodular y queratoconjuntivitis proliferante. La biopsia es a menudo necesaria para establecer el diagnóstico y el plan específico para el mejor tratamiento. Los melanomas limbales o epibulbares malignos son masas pigmentadas focales, por lo general superficiales, que se extienden hacia la córnea y caudalmente hacia el ecuador del globo. Tras un examen intraocular minucioso (que incluya gonioscopia y ecografía B-scan) para detectar la posible penetración en la esclera, la escisión quirúrgica parcial o completa con injertos de esclera, crioterapia o láser de fotocoagulación suele ser eficaz. En caso de extensión intraocular, se realiza la enucleación.
Los melanomas malignos son la neoplasia uveal primaria más común en perros, suelen estar pigmentados y afectan con mayor frecuencia al iris y al cuerpo ciliar, y este último suele ser el lugar de origen. Los melanomas coroideos, frecuentes en las personas, son raros en los perros. Los signos clínicos del melanoma uveal anterior pueden incluir una masa evidente, iridociclitis persistente, hipema, glaucoma y dolor. Los melanomas benignos o melanocitomas (80 %) son más comunes en perros. Se ha descrito que las tasas metastásicas son del 4-10 %.5 La metástasis es infrecuente (<5 % de los casos). Estudios recientes sobre los melanomas iridales, especialmente en el Labrador Retriever joven, sugieren que la fotocoagulación con láser de diodo no invasivo puede ser eficaz y puede repetirse si es necesario, evitando así la enucleación. Para lesiones más pequeñas, la extirpación quirúrgica por un especialista también es una opción. El adenoma y el adenocarcinoma del cuerpo ciliar son las neoplasias epiteliales más frecuentes de la úvea anterior. Los signos clínicos pueden incluir hipema, glaucoma y, por lo general, una masa no pigmentada detrás del iris y en la pupila. Son raras las neoplasias de origen neuroectodérmico. El tratamiento suele ser la enucleación.
Los adenocarcinomas uveales secundarios son relativamente infrecuentes en perros y se originan desde diversos sitios distantes. Otras neoplasias, como el tumor venéreo transmisible y el hemangiosarcoma, pueden metastatizar a la úvea anterior. El linfosarcoma es la neoplasia secundaria más común que afecta al ojo. A menudo afecta a la úvea anterior y a otras estructuras oculares, y puede manifestarse como una patología bilateral. Puede intentarse la terapia sistémica con un tratamiento antiinflamatorio tópico o sistémico para el linfoma intraocular usando uno de los protocolos disponibles de tratamiento del linfoma; sin embargo, los perros con linfoma intraocular y sistémico tienen tiempos de supervivencia más cortos.
Referencias
Stades FC, van de Woerdt A. Diseases and Surgery of the Canine Eyelid. pp 832–93; In: Veterinary Ophthalmology, 5th Edition; Editors: Gelatt KN, Gilger BC, Kern TJ. 2013: John Wiley & Sons, Inc; Oxford, UK.
Spiess BM, Pot SA. Diseases and Surgery of the Canine Orbit, pp: 793–831; In: Veterinary Ophthalmology, 5th Edition; Editors: Gelatt KN, Gilger BC, Kern TJ. 2013: John Wiley & Sons, Inc; Oxford, UK.
Hendrix DVH. Diseases and Surgery of the Canine Anterior Uvea, pp: 1146–98. In: Veterinary Ophthalmology, 5th Edition; Editors: Gelatt KN, Gilger BC, Kern TJ; 2013; John Wiley & Sons, Inc; Oxford, UK.