Cortesía de K. Gelatt.
Los signos clínicos de celulitis orbitaria son: dolor agudo al abrir la boca, tumefacción del párpado, prolapso unilateral de la membrana nictitante, desplazamiento hacia delante del globo ocular (exoftalmía) y conjuntivitis. La queratitis puede desarrollarse a partir de un lagoftalmos. Los signos clínicos están directamente relacionados con el aumento del tamaño de los tejidos orbitarios. En perros, la expansión de los tejidos orbitarios empuja el globo ocular y la membrana nictitante hacia delante y altera el reflejo de parpadeo. La infección suele distribuirse a través de los tejidos orbitarios. La inflamación de cualquiera de los numerosos tejidos de la órbita o de los tejidos periorbitarios puede causar celulitis orbitaria. Los abscesos de la raíz del diente pueden erosionar el hueso y causar celulitis orbitaria. Los cuerpos extraños (p. ej., aristas de pastos migratorios) y la sialadenitis cigomática son causas adicionales. La hemorragia y la neoplasia orbitarias pueden asemejarse a una celulitis, salvo que no suele haber dolor al abrir la boca. En los casos agudos, los antimicrobianos sistémicos de amplio espectro y los agentes antiinflamatorios sistémicos suelen ser curativos, pero si existe tumefacción detrás del último molar, está indicado el drenaje de esta zona. También están indicadas las compresas calientes y los lubricantes tópicos para proteger la córnea. Se pueden producir recidivas y se recomienda realizar un estudio por imagen (TC, radiografía y ecografía) de las órbitas, de los dientes adyacentes, de los senos y de la cavidad nasal. Si hay queratitis por exposición, está indicada una tarsorrafia temporal para proteger el globo ocular mientras se implementa el tratamiento.