Ilustración del Dr. Gheorghe Constantinescu./
La exploración ocular se realiza mejor en una habitación tranquila y bien iluminada que también puede estar a oscuras. El examen inicial del ojo y la órbita debe evaluar la simetría, la conformación normal y la presencia de cualquier lesión macroscópica. El paciente debe observarse inicialmente a una distancia de ~1 metro, con buena luz y con una sujeción mínima de la cabeza. Deben evaluarse la respuesta de amenaza, los reflejos pupilares a la luz (RPL) y el reflejo de deslumbramiento con una luz intensa y con un aumento tanto con luz brillante como tenue. Las pruebas basales rutinarias, como la prueba de Schirmer, la tinción con fluoresceína y la tonometría (medición de la presión intraocular [PIO]), se suelen realizar a continuación. Se debe realizar una prueba de Schirmer antes de aplicar las gotas en el ojo o antes de limpiarlo. Si está indicado, se ha de realizar un cultivo antes de cualquier otra prueba basal de rutina. Si está indicado, se puede realizar una citología corneal o conjuntival después de administrar la anestesia tópica. Los anejos y el segmento anterior deben evaluarse tanto con luz brillante como con luz tenue con una luz intensa y con aumento. Según el tipo de tonómetro utilizado, puede ser necesaria la instilación previa de un anestésico tópico. La tonometría debe realizarse antes de la dilatación de la pupila; la pupila no debe dilatarse si la PIO está elevada, porque la dilatación pupilar puede aumentar aún más la PIO. Las enfermedades del cristalino, el humor vítreo y el fondo de ojo se evalúan mejor mediante exploración oftalmoscópica directa e indirecta (por lo general realizada después de inducir midriasis con tropicamida); sin dilatación, el examen de estas estructuras es complicado y no pueden evaluarse completamente. La visión se puede evaluar más a fondo mediante pruebas de laberinto tanto con luz brillante como tenue. Si está indicado, se puede irrigar el conducto nasolagrimal. Si la tinción con fluoresceína es visible en la fosa nasal después de teñir la córnea, entonces el sistema nasolagrimal es permeable y funciona (prueba de Jones positiva).
Cuando sea posible, se deben realizar cultivos corneales o conjuntivales antes de instilar el anestésico tópico. La tinción con fluoresceína y la eversión de los párpados no requieren anestesia tópica; sin embargo, sí suele emplearse para la tonometría (según el tipo de tonómetro), el examen de la superficie bulbar de la membrana nictitante, la citología conjuntival y corneal, la gonioscopia y el lavado del sistema lagrimal. Para evitar falsos positivos, las muestras para citología corneal y conjuntival, que se analizarán con procedimientos con anticuerpos fluorescentes, se deberán recoger antes de la tinción tópica con fluoresceína.
Los métodos especiales de examen, como la biomicroscopía con lámpara de hendidura, la ecografía, la angiografía con fluoresceína y la electrorretinografía, pueden requerir sedación o anestesia local, regional o general, dependiendo de las especies.