La infestación con pulgas y garrapatas supone un importante problema de salud de perros y gatos, y su control supone una carga económica para sus propietarios. Tradicionalmente, se disponía de una gran variedad de ectoparasiticidas, y era frecuente alternar distintos tipos, lo que conducía a problemas en la obtención de un control parasitario externo aceptable. Los veterinarios están especialmente capacitados para explicar las interrelaciones entre el hospedador y el parásito y asesorar a los propietarios sobre la selección del programa de control más adecuado. Sin embargo, muchos propietarios de mascotas todavía compran productos para pulgas y garrapatas en supermercados o tiendas de artículos para mascotas donde no se dispone de asesoramiento profesional. Los recientes avances en la tecnología de productos han ampliado enormemente las opciones disponibles para los veterinarios y los propietarios de mascotas. Sin embargo, esta amplia gama de parasiticidas disponibles puede dar lugar a confusión. Los veterinarios deben estar familiarizados con estos avances tecnológicos tanto en la composición química de los insecticidas como en sus sistemas de administración, y fomentar la educación de sus propietarios mediante personal cualificado.
Principios químicos activos
La nomenclatura puede ser confusa si no se usa el nombre más corto aprobado y se escribe el nombre químico completo (p. ej., clorpirifós en lugar de 0,0-dietil 0-[3,5,6 tricloro 2 piridil] fosforotioato). El uso de nombres comerciales puede generar confusión adicional. Aunque la mayoría de los productos comerciales contienen solo un ingrediente activo, no es raro que se combinen dos o más para proporcionar una eficacia mejorada o un espectro de actividad más amplio. Deben leerse cuidadosamente todos los prospectos, las restricciones de edad y de especie, así como las instrucciones de uso.
Lactonas macrocíclicas:
Actualmente, se utilizan tres lactonas macrocíclicas para el control de parásitos internos y externos en perros y gatos: selamectina y aprinomectina, que son avermectinas semisintéticas, y moxidectina, una milbemicina semisintética. Aunque el modo exacto de acción de las lactonas macrocíclicas no está completamente aclarado, se cree que se unen a los canales de cloruro activados por glutamato en el sistema nervioso de los parásitos, aumentando su permeabilidad y permitiendo la entrada rápida y continua de Cl– en la neurona. Esto inhibe la actividad nerviosa y produce la parálisis del parásito. La selamectina se presenta como un solo ingrediente activo; la moxidectina se combina con imidacloprid ( ver Neonicotinoides:, más adelante); y la eprinomectina se ha combinado con fipronil ( ver Fenilpirazoles:, más adelante), S-metopreno ( ver Reguladores del crecimiento de los insectos:, abajo) y praziquantel. Estas lactonas macrocíclicas se aplican tópicamente, se absorben rápidamente por la piel y se distribuyen por la sangre. Tienen actividad tanto frente a parásitos internos como externos.
Inhibidores de la colinesterasa:
Dos grupos de compuestos, los organofosforados y los carbamatos, comparten el mismo mecanismo de acción-inhibición de la acetilcolinesterasa. Esta enzima suele ser responsable de la destrucción del neurotransmisor acetilcolina. La aplicación de organofosforados o carbamatos a los insectos produce contracciones musculares espontáneas seguidas de parálisis. La unión de los organofosforados a la acetilcolinesterasa es más persistente, si no permanente, mientras que la interacción con los carbamatos es reversible. Estos compuestos fueron populares debido a su acción prolongada y a su potencia. No obstante, el uso de organofosforados ha disminuido debido a su bajo margen de seguridad y una ligera variación frente al uso aprobado y a que el uso continuado puede provocar toxicidad. Cuando se usan estos compuestos para el control de la pulga o de la garrapata, debe establecerse antes del tratamiento si se ha utilizado algún otro inhibidor de la colinesterasa en el animal o en su entorno. Los organofosforados para el tratamiento en pequeños animales incluyen cloropirifós, diclorvos, malatión, diacinona, fosmet, fentión, clorfenvinfós y citioato. Los carbamatos incluyen carbarilo y propoxur.
Hidrocarburos clorados:
La popularidad de este grupo está disminuyendo debido a su persistencia en el ambiente, aunque aportó el beneficio de una acción prolongada. El lindano y el metoxiclor todavía se usan ocasionalmente. (También ver Descripción general de la toxicosis por insecticidas y acaricidas (orgánicos) en animales.)
Neonicotinoides:
Los neonicotinoides son un tipo de insecticidas que se conocen como nitroquanidinas, neonicotinilos, cloronicotinos y recientemente como cloronicotinilos. Los neonicotinoides se obtienen a partir de la nicotina natural. Tres compuestos de esta categoría están disponibles en la actualidad para uso veterinario: dinotefurano, imidacloprid y nitenpiram. Todos los neonicotinoides actúan como agonistas de los receptores postsinápticos de la acetilcolina en insectos. Esto inhibe la transmisión colinérgica, provocando parálisis y muerte. El imidacloprid se aplica como un producto tópico transcutáneo y se utiliza principalmente para el control de las pulgas en los perros y gatos. También tiene una actividad excelente contra los piojos. Aunque tiene una potente actividad residual, es fácilmente soluble en agua, por lo que la natación y los baños repetidos pueden comprometer la duración de su actividad. El nitenpiram se administra PO en forma de píldora para matar a las pulgas en los perros y gatos. Se absorbe rápidamente, alcanzando las concentraciones máximas en sangre a las 1,2 h en perros y a las 0,6 h en gatos. Las pulgas adultas empiezan a morir a los 20-30 min de la administración, con una mortalidad del 100 % a las 3-4 h. El compuesto se elimina rápidamente, con >90 % de eliminación por la orina a las 24-48 h, principalmente como nitenpiram inalterado. Si bien el imidacloprid y el nitenpiram se clasifican de manera similar, sus mecanismos de acción parecen ser diferentes. Aunque el imidacloprid se describe como un fármaco paralítico, el nitenpiram produce hiperexcitabilidad en las pulgas antes de la muerte.
La adición más reciente a los neonicotinoides es el dinotefurano, considerado un neonicotinoide de tercera generación. La estructura del dinotefurano es única porque se deriva de la molécula de acetilcolina en lugar de la nicotina. Se ha propuesto que el dinotefurano no se une a los mismos sitios que el imidacloprid y otros neonicotinoides, sino en un sitio diferente en la sinapsis nerviosa. El dinotefurano se aplica en forma tópica con diferentes formulaciones para perros y gatos. La formulación para gatos se combina con el regulador del crecimiento de los insectos piriproxifeno y se usa principalmente para controlar las pulgas. La formulación para perros contiene piriproxifeno y permetrina y está etiquetada para el control de pulgas, garrapatas y mosquitos.
Formamidinas:
Este pequeño grupo de compuestos acaricidas tiene el modo de acción propuesto de unirse a los receptores de octopamina, un grupo específico de receptores que se encuentran en Acari. En veterinaria, la única formamidina aprobada es el amitraz. Se utiliza principalmente como un acaricida para controlar las garrapatas y ácaros. Está disponible en forma de baños para el control de la demodicosis canina y también para el control de la sarna. También esta comercializado un collar impregnado de amitraz para el control de las garrapatas en perros. El amitraz no está autorizado para su uso en gatos.
Oxadiazinas:
Los insecticidas de oxadiacina pueden controlar un amplio espectro de insectos y se desarrollaron originalmente para su uso contra una variedad de insectos que infestan verduras, frutas y cultivos en hilera. El indoxacarb es el único miembro de este grupo que se utiliza actualmente en medicina veterinaria. Se considera un proinsecticida que se metaboliza dentro del insecto a una forma más activa, el cual es un metabolito N-descarbometoxilado que es al menos 40 veces más potente que el indoxacarb original. Esta conversión metabólica del indoxacarb, conocida como bioactivación, se atribuye a las acciones de las enzimas esterasa y amidasa dentro del insecto. El metabolito activo ejerce su efecto bloqueando los canales iónicos de sodio activados por voltaje en los insectos. El indoxacarb se administra tópicamente en una formulación para el control de pulgas en perros y gatos. El indoxacarb también se ha combinado con la permetrina para el control de las garrapatas en los perros.
Isoxazolinas:
Las isoxazolinas son una nueva clase de compuestos que tienen una potente actividad insecticida y acaricida. Las isoxazolinas tienen un modo de acción novedoso y bloquean específicamente los canales de cloruro activados por ligandos de los artrópodos. El afoxolaner y el fluralaner son actualmente los dos únicos compuestos aprobados para su uso en medicina veterinaria. Ambos son únicos en el sentido de que fueron los primeros productos orales para pulgas y garrapatas. Los compuestos se absorben fácilmente después de la administración oral y proporcionan 4-12 semanas de actividad insecticida y acaricida.
Reguladores del crecimiento de los insectos:
Estos compuestos inhiben el desarrollo de insectos en estadios inmaduros. Por lo general se clasifican como imitadores de hormonas juveniles (reguladores del crecimiento de insectos) o como inhibidores de la síntesis de quitina (inhibidores del desarrollo de insectos). El metrofeno, el fenoxicarb y el piriproxifeno son similares en estructura a la hormona juvenil de los insectos y se clasifican como imitadores de hormonas juveniles. Cuando estos compuestos se aplican a las larvas de pulgas o a su entorno, son absorbidos por la larva y actúan como la hormona juvenil natural del insecto. Los análogos de hormonas juveniles se unen a sitios receptores de hormonas juveniles; se evita que las larvas completen la metamorfosis y posteriormente mueren. Estos compuestos tienen además actividad ovicida y embriocida frente a los huevos de mosca cuando se administran de forma tópica en perros y gatos. Las hembras de pulga que se encuentran en el pelo absorben los análogos de las hormonas juveniles, lo que afecta a la viabilidad de los huevos en desarrollo. Estos compuestos son activos contra una amplia gama de insectos, incluidas las larvas de mosquitos; el metopreno se usa como larvicida en el control estratégico de enfermedades transmitidas por mosquitos. Para el control de pulgas, su uso al aire libre debe limitarse a hábitats específicos de pulgas para evitar efectos adversos en especies de insectos beneficiosos.
El lufenurón, una benzoilfenilurea, inhibe la formación de quitina (un polímero de la N-acetilglucosamina), que es un componente esencial de los exoesqueletos de los insectos. Durante cada muda larvaria, la quitina se renueva por polimerización. El lufenurón interfiere en la polimerización y el almacenamiento de quitina, matando las larvas en desarrollo en el interior del huevo o después de la eclosión. El lufenurón se administra PO en perros y gatos o por inyección en los gatos. Las hembras de pulga que se alimentan en animales tratados son incapacitadas para producir huevos o larvas viables. Otros inhibidores del desarrollo de insectos, como diflubenzurón (otro inhibidor de quitón) y ciromazina (un disruptor de la muda), también tienen una actividad considerable contra las pulgas en desarrollo. Los reguladores del crecimiento de insectos y los inhibidores del desarrollo de insectos afectan a muchas especies de insectos que experimentan una metamorfosis completa, pero tienen poca o ninguna actividad contra las garrapatas u otros Acari, que experimentan una metamorfosis incompleta.
Fenilpirazoles:
Este grupo de compuestos tiene una actividad insecticida y acaricida de amplio espectro. Los miembros de este grupo actualmente disponibles para su uso en medicina veterinaria en todo el mundo incluyen fipronil y piriprol. Estos compuestos se unen al ácido gamma-aminobutírico y a los sitios receptores activados por glutamato del sistema nervioso de los insectos, inhibiendo el flujo de Cl– al interior de las células nerviosas, lo que da como resultado una hiperexcitabilidad. Estos compuestos tienen una actividad de amplio espectro contra pulgas, garrapatas, ácaros y piojos. Numerosas formulaciones que contienen fipronil están disponibles en todo el mundo, incluyendo un aerosol a base de alcohol solo de fipronil, varias formulaciones spot on que contienen solo fipronil, una combinación spot on con el regulador del crecimiento de insectos metopreno y numerosas formulaciones combinadas que contienen fipronil y varios piretroides. El fipronil es muy lipofílico; se acumula en las glándulas sebáceas, tiene muy baja solubilidad en el agua y una actividad residual prolongada tanto en perros como en gatos.
Piretrinas y piretroides:
Estos compuestos interrumpen rápidamente el transporte de iones sodio y potasio en las membranas nerviosas, lo que provoca las despolarizaciones espontáneas, el aumento de la secreción de neurotransmisores y el bloqueo neuromuscular, causando parálisis. Aunque la actividad sea rápida, sin una exposición suficiente los insectos paralizados también pueden recuperarse rápidamente. Los compuestos sinérgicos butóxido de piperonilo y N-octilbicicloheptenos dicarboximida interfieren en los mecanismos de desintoxicación del insecto y pueden potenciar la acción de los piretroides. El piretro natural se extrae de las flores de crisantemo y destaca por su acción rápida aunque breve, y la ausencia relativa de toxicidad en perros y gatos.
Los piretroides sintéticos son compuestos similares al piretro que suelen presentar más potencia y efectos residuales, pero son peor tolerados por los gatos. Algunos piretroides, como la permetrina, pueden ser altamente tóxicos para los gatos. Los piretroides se clasifican por lo general en función de la generación de desarrollo. Los piretroides de primera generación suelen ser inestables al calor y a la luz solar (p. ej., aletrina); los de segunda generación son mezclas isoméricas más fotoestables (p. ej., cipermetrina, permetrina); los de tercera generación son isómeros fotoestables y más neurológicamente activos obtenidos por enriquecimiento isomérico (p. ej., lambda-cihalotrina, beta-ciflutrina); y los de cuarta generación son piretroides no éster (p. ej., MTI 800, flufenprox, etofenprox).
Espinosinas:
Las espinosinas son una nueva familia de insecticidas derivados de la fermentación del actinomiceto, Saccharopolyspora spinosa. Los dos productos más abundantes derivados del proceso de fermentación son las espinosinas A y D, que son los principales componentes activos del espinosad. El espinosad se usa para controlar una amplia variedad de insectos, incluyendo moscas y pulgas. Las espinosinas tienen un mecanismo de acción novedoso, que se dirige principalmente a los sitios de unión de los receptores nicotínicos de la acetilcolina distintos de otros insecticidas como los neonicotinoides. Las espinosinas también afectan a la función del receptor del ácido gamma-aminobutírico, lo que puede contribuir aún más a su actividad insecticida. Estas acciones provocan la excitación del sistema nervioso del insecto, lo que conduce a contracciones musculares involuntarias, postración con temblores y finalmente parálisis. El espinosad tiene actividad contra las pulgas y está formulado como comprimido masticable para perros y gatos. Una formulación tópica de espinosina llamada espinetoram se ha desarrollado para los gatos.
Repelentes:
La N, N-dietil-3-metilbenzamida (DEET, antes denominada N, N-dietil-meta-toluamida) sigue siendo la forma más eficaz entre los repelentes de insectos disponibles actualmente para personas. Es un repelente de amplio espectro eficaz contra mosquitos, dípteros picadores, niguas, pulgas y garrapatas. Sin embargo, no se ha demostrado la eficacia de las formulaciones de la DEET para perros y gatos, y la seguridad es una preocupación porque las formulaciones concentradas que contienen DEET han causado debilidad, parálisis, enfermedad hepática y convulsiones en las mascotas. La DEET no debe administrarse a perros o gatos.
El piretroide sintético permetrina es un neurotóxico de acción rápida que puede producir lo que se denomina un efecto de "pie caliente" y que a menudo se describe como repelencia. Varias formulaciones de permetrina están etiquetadas como repelentes para garrapatas, mosquitos y pulgas.
Agentes sinérgicos:
Los agentes sinérgicos por lo general no se consideran tóxicos o insecticidas, pero se utilizan con insecticidas para incrementar su actividad. Se utilizan principalmente para potenciar la actividad del piretro o los piretroides. Los agentes sinérgicos inhiben las monooxigenasas dependientes del citocromo P450 o las S-transferasas del glutatión, enzimas producidas por microsomas en los tejidos del insecto. Se unen a las enzimas oxidativas que suelen degradar el insecticida y les impiden que degraden el tóxico. El butóxido de piperonilo y la N-octil bicicloheptano dicarboxamida son agentes sinérgicos frecuentes.
Eficacia contra los parásitos a los que están dirigidos
Debido a la formulación específica y a las técnicas de administración de fármacos, algunos insecticidas se usan en una gran variedad de productos para controlar ectoparásitos. La eficacia de los compuestos específicos puede variar en función de las especies diana y puede desarrollarse resistencia a los insecticidas en localizaciones específicas, especialmente con el uso incorrecto, prolongado o repetido. No se puede dar por supuesto que las garrapatas y pulgas se controlen con los mismos compuestos activos; se deben leer cuidadosamente las etiquetas de los productos. Se deben elegir productos que contengan compuestos activos específicos contra el parásito diana, ya sea un problema de pulgas, garrapatas, ácaros o una combinación de estos parásitos.
La duración de la actividad (es decir, un efecto instantáneo o sostenido) pueden ser el principal aspecto que se ha de tener en cuenta al seleccionar los productos. Los productos deben evaluarse en función de su velocidad de muerte inmediata y residual. Una rápida velocidad residual de muerte es de vital importancia cuando se intenta tratar la dermatitis alérgica por pulgas y para reducir las posibilidades de que una garrapata transmita un patógeno.
Los parasiticidas modernos disponibles para el control de pulgas y garrapatas en animales de compañía proporcionan un control superior de los parásitos, pero también es importante comprender el ciclo biológico de los parásitos, junto con el modo de acción de las moléculas particulares. A menudo, las fallas percibidas del producto son el resultado de una reinfestación masiva del medio ambiente, el uso incorrecto del producto o expectativas poco realistas.
Seguridad
Aunque los datos de LD50 sobre la seguridad o toxicidad de un producto insecticida a menudo son útiles, los valores de LD50 no siempre son el mejor indicador de la seguridad de formulaciones de insecticidas específicas aplicadas a las mascotas o a las instalaciones. Se debe tener en cuenta la concentración de producto (mg/mL), la tasa de aplicación (mg o g/m2 para productos ambientales y mcg o mg/kg para tópicos), vía de exposición (dérmica u oral), dosis total y las especies expuestas. El riesgo real de exposición durante el tratamiento, después del tratamiento, o tras una ingestión accidental, solo puede valorarse tras evaluar estos criterios.
Debido a que la toxicidad animal puede modificarse por técnicas de formulación, los principios activos no son el único criterio determinante de la seguridad de un producto. La mayoría de los productos disponibles comercialmente se han sometido a una evaluación de seguridad adecuada para su aprobación reglamentaria; la etiqueta que indica dicha aprobación sigue siendo la mejor fuente de información. Los gatos son sensibles a muchos insecticidas, y el uso de estos insecticidas sobre ellos o a su alrededor debe hacerse con precaución. También se debe considerar la seguridad humana y ambiental, especialmente cuando se trata de instalaciones (p. ej., algunos compuestos pueden descomponerse en componentes más tóxicos; los productos más antiguos en el estante pueden haberse retirado debido a preocupaciones de seguridad). No se deben hacer generalizaciones, porque las formulaciones por lo general seguras para la aplicación de pasto pueden inducir reacciones cutáneas, o incluso reacciones fatales, en personas sensibles y en ciertas razas de perros y gatos.
Sistemas de aplicación
La comodidad del consumidor en los sistemas de uso es un factor importante en la elección del producto, especialmente para el control de pulgas y garrapatas. Históricamente, ha estado disponible una variedad de sistemas de administración: polvos, aerosoles, espráis, champús, enjuagues, inmersiones, manchas, espumas, inyectables, tabletas o líquidos orales y collares impregnados. No obstante, la seguridad, la eficacia y la facilidad de uso de los nuevos sistemas de aplicación transcutánea y orales han sustituido a muchos de los antiguos sistemas de aplicación prácticamente obsoletos.