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Fármacos antiepilépticos utilizados para detener la actividad convulsiva en curso

PorLinda Shell, DVM, DACVIM-Neurology
Revisado/Modificado mar 2015

En el estatus epiléptico, el tratamiento es esencial para evitar la muerte por hipertermia, acidosis, hipoperfusión e hipoxia. Dado que el diazepam tiene un inicio de acción rápido que previene la propagación de las convulsiones, suele ser el fármaco de elección para controlar el estatus epiléptico y detener las convulsiones en pequeños y grandes animales.

Potros y caballos

El diazepam, en caballos, tiene una semivida de eliminación prolongada (7-22 h). En los potros, la dosis es de 0,05-0,4 mg/kg, IV lentamente (o alrededor de 5-20 mg/dosis); las dosis más altas pueden ser mortales para los neonatos. En las convulsiones de caballos adultos, puede administrarse diazepam por vía IV a dosis de 25-50 mg/caballo. Para prevenir más convulsiones después de la inyección inicial de diazepam, se puede iniciar la administración de fenobarbital IV como seguimiento a dosis de 12-20 mg/kg, IV durante 20 min, y luego mantenerse con una dosis de 6,65-9 mg/kg durante 20 min, dos veces al día o tres veces al día. Si se produce sedación, la dosis debe reducirse. Como alternativa, el tratamiento de las convulsiones en potros puede iniciarse con fenitoína a dosis de 5-10 mg/kg, IV o PO, con tratamientos posteriores de 1-5 mg/kg, IV, IM o PO, cada 2-4 h durante 12 h y posteriormente se mantiene con fenitoína oral a 2,83-16,43 mg/kg, tres veces al día, aunque las erráticas concentraciones plasmáticas pueden limitar su utilidad. Si se observa sedación, puede ser necesario reducir la dosificación.

Otras formas de controlar la actividad convulsiva en curso son el pentobarbital sódico (2-4 mg/kg, IV hasta conseguir el efecto), una mezcla de hidrato de cloral al 12 % y sulfato de magnesio al 6 % a una velocidad que no exceda los 30 mL/min para evitar una depresión excesiva, o una mezcla de 44-88 mg/kg al 5 % de guaifenesina y 2,2-6,6 mg/kg de tiamilal, administrado IV hasta conseguir el efecto. Los caballos con convulsiones inducidas por toxinas o por efectos adversos causados por fármacos (p. ej., xilacina) se pueden tratar con diazepam (0,1-0,15 mg/kg, IV). Si se sospecha edema cerebral, ver Principios de la terapia de la enfermedad neurológica.

Rumiantes

El diazepam se ha utilizado a dosis de 0,5-1,5 mg/kg, IM o IV. En ovejas y cabras, el pentobarbital a 20-30 mg/kg puede usarse IV para inducir la anestesia. La duración del efecto es de 5-30 min.

Perros y gatos

Se pueden utilizar diversos fármacos para detener las convulsiones en perros y gatos.

Benzodiacepinas:

El diazepam es la benzodiacepina más frecuentemente utilizada en perros y gatos para reducir la actividad motora y permitir la colocación de un catéter intravenoso. Cuando se usa en bolo IV (0,5-2 mg/kg), la dosis puede repetirse hasta tres veces a intervalos de 5-10 min. Sin embargo, si las convulsiones se producen después del segundo o tercer bolo, puede ser más eficaz la infusión continua (IC) de diazepam a 0,5-2 mg/kg/h (especialmente si se dosifica según el control de las convulsiones y el nivel de sedación), y debe iniciarse con fenobarbital IV como preventivo ( ver Barbitúricos:). Cuando se utiliza el diazepam en infusión continua se debe administrar en suero al 5 % de dextrosa o salino al 0,9 %. No debe mezclarse con solución de lactato de Ringer, porque el calcio puede provocar la precipitación del diazepam. Dado que el plástico absorbe el diazepam, no debe dejarse en jeringas de plástico o en equipos intravenosos durante intervalos prolongados. Cuando el diazepam se administra como infusión continua, se piensa que el paso inicial por el sistema IV satura la superficie del equipo de administración, de modo que no hay más absorción. Si no es posible la vía IV en perros, el diazepam se puede administrar por vía rectal a 0,5-2 mg/kg (2 mg/kg si el perro está recibiendo fenobarbital) o intranasalmente a 0,5 mg/kg. El diazepam rectal se ha recomendado como tratamiento de emergencia en el hogar para algunos perros que tienen convulsiones en racimo; los propietarios pueden administrarlo hasta tres veces en un periodo de 24 h.

Otras benzodiacepinas que se pueden utilizar en perros para detener la actividad convulsiva son clonazepam (0,05-0,2 mg/kg, IV; la forma IV del fármaco puede no estar disponible en EE. UU.), lorazepam (0,2 mg/kg, cada 4-6 h) y midazolam (0,2 mg/kg, IV o IM; en infusión continua de 0,05-0,5 mg/kg/h).

Barbitúricos:

El fenobarbital se usa a menudo en casos de estatus epiléptico para prevenir una mayor actividad convulsiva. Para los animales que todavía no reciben fenobarbital para mantenimiento, se puede utilizar una dosis de ataque de 15 mg/kg, IV o IM. Como alternativa, se pueden administrar 3-6 mg/kg, IV o IM, cada 15-30 min para alcanzar la concentración sérica deseada; el nivel sérico aumenta en ~5 mcg/mL por cada dosis de 3 mg/kg de fenobarbital. Por lo general no es necesario exceder una dosis total de 20 mg/kg. Si el fenobarbital inyectado controla las crisis de forma eficaz, se puede iniciar una pauta oral de mantenimiento con la intención de disminuir o suspender las infusiones anticonvulsivas inyectadas en las siguientes 24 h. Es necesario proceder con precaución cuando se administra conjuntamente diazepam y fenobarbital, porque la potenciación de sus efectos aumenta el riesgo de colapso respiratorio y cardiovascular.

El propofol tiene una breve actividad hipnótica y anestésica por vía IV, y puede tener efecto anticonvulsivo porque es mimético del GABA, estabilizando los sitios neurotransmisores inhibidores del GABA. Después de la administración IV, el propofol atraviesa rápidamente la barrera hematoencefálica y suele tener un inicio de acción <1 min. Sin embargo, la duración de la acción después de un único bolo es de solo ~2-5 min. En los perros y en los gatos, cuando se administra como dosis única (2,5-4 mg/kg, IV), se pone ~25 % de la dosis calculada cada 30 s hasta que se alcanza el efecto deseado. Si las convulsiones aparecen después de 1-2 inyecciones, se puede utilizar infusión continua de propofol (0,05-0,2 hasta 0,4 mg/kg/min) si se dispone de un control definitivo de las vías respiratorias y apoyo hemodinámico y si el animal puede monitorizarse estrechamente. Durante la inyección IV, se pueden observar a veces signos similares a ataques convulsivos de excitación, pataleo, nistagmo, sacudidas y opistótonos.

El pentobarbital sódico por lo general se reserva como tratamiento para el estatus epiléptico incontrolable en perros y gatos, especialmente tras el fracaso del diazepam y del fenobarbital ( ver la Tabla: Fármacos empleados en el tratamiento del estatus epiléptico). En estas especies, se administra a dosis de 2-15 mg/kg para lograr la anestesia. El pentobarbital es un depresor respiratorio, por lo que la asistencia respiratoria debe estar fácilmente disponible. El fármaco es irritante si se administra por vía perivascular o subcutánea. A medida que el animal se recupera de los efectos del fármaco, puede aparecer excitación, que puede confundirse con actividad convulsiva.

Anestesia por inhalación:

En algunos casos, la anestesia inhalatoria es necesaria para controlar o detener la actividad convulsiva. Esto requiere una monitorización constante y ventilación mecánica.

Métodos alternativos para detener una convulsión:

La fenitoína a 2-5 mg/kg se ha utilizado en infusión IV lenta en perros para detener una convulsión. La compresión ocular (aplicación de presión digital en uno o ambos ojos) puede ser beneficiosa porque estimula el nervio vago. Se ha investigado en perros la colocación de un marcapasos que envía una estimulación repetitiva al nervio vago cervical izquierdo y puede resultar beneficioso en algunos animales epilépticos. Los puntos de acupuntura KID 1 y/o GV 26 también pueden ser beneficiosos.