Los rumiantes difieren notablemente de otros mamíferos en que gran parte de su alimento sufre fermentación microbiana en los preestómagos (rumen, retículo, omaso), principalmente en el rumen. También hay fermentación posgástrica en el ciego y el colon; sin embargo, la fermentación posgástrica es mucho menos importante que en otros herbívoros (p. ej., caballos).
Mantener la fermentación y la motilidad normales de los preestómagos es fundamental para la salud y la productividad de los rumiantes, lo que impulsa la investigación para proporcionar una mejora farmacológica o favorecer las acciones fermentativas y de mezcla del rumen. También es importante considerar tanto el impacto de este entorno fermentativo en los fármacos administrados por vía oral como el impacto de todos los agentes administrados en esta crucial comunidad microbiana.
Aparte de los preestómagos (rumen, retículo, omaso), los componentes del aparato GI de los rumiantes son similares a los de los mamíferos monogástricos, y el empleo de compuestos farmacológicos para el tratamiento de enfermedades del estómago glandular (abomaso) y del intestino se ha extrapolado históricamente a partir de principios de tratamiento en especies monogástricas, con éxito variable.
La motilidad o la fermentación ruminorreticulares se encuentran disminuidas en muchas situaciones, como cuando existe una alimentación incorrecta (sobrecarga o deficiencia de determinados nutrientes), falta de agua, enfermedades infecciosas, intoxicaciones, lesiones en cualquier zona del tracto GI superior, alteraciones metabólicas (p. ej., hipocalcemia) o reducción del flujo de saliva alcalina, que hace descender el pH y altera la microbiota hasta tal punto que resulta nociva para el animal (consulte también Enfermedades de los preestómagos de los rumiantes). Dado que la actividad ruminorreticular es inhibida por el tono simpático, la mayoría de las afecciones dolorosas disminuyen la motilidad y posteriormente reducen la fermentación (porque los patrones normales de contracción del rumen son cruciales para mantener la actividad microbiana).
Los principales objetivos de la farmacoterapia son eliminar la causa de la disfunción y favorecer el retorno de las acciones digestivas normales cumpliendo o restableciendo los requisitos para una función ruminorreticular óptima tan pronto como sea posible. Los medios para lograr estos objetivos pueden incluir cualquiera de los siguientes:
Asegurar un sustrato apropiado para la fermentación microbiana.
Proporcionar cualquier cofactor (p. ej., fósforo, azufre) necesario para los procesos fermentativos microbianos.
Eliminar cualquier producto final soluble, residuos sólidos no digeridos y gas.
Mantener el cultivo de flujo continuo de microorganismos ruminales.
Asegurarse de que el contenido del retículo ruminal sea líquido.
Mantener un pH intrarruminal óptimo (por lo general entre 6 y 7).
Estimulación de patrones normales de motilidad ruminorreticular.