La inflamación es el complejo fisiopatológico como respuesta a la lesión de un tejido vascularizado. La lesión puede producirse por diversos estímulos, incluidos el térmico, el químico o por daño físico, isquemia, agentes infecciosos, interacciones antígeno-anticuerpo y otros procesos biológicos. Después de la lesión tisular, el proceso de cicatrización del tejido comprende tres fases distintas: una fase inflamatoria, una fase de reparación y una fase de remodelación. El resultado deseado de la respuesta inflamatoria es el aislamiento y la eliminación del agente perjudicial para prepararse para la reparación del daño tisular en el mismo punto de la lesión y la restauración de la pérdida de función. Finalmente, el tejido nuevo formado durante la fase de reparación (p. ej., tejido cicatricial) puede ser remodelado durante varios meses.
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