El péptido más frecuentemente utilizado para mejorar el crecimiento y la producción es la GH. Su estructura química es específica de especie y tiene una semivida corta (20-30 min). No es un compuesto activo por vía oral, y se digiere y elimina rápidamente a través del intestino, el hígado y el riñón; se debe administrar por vía parenteral. Se han desarrollado formulaciones de liberación mantenida (14-28 días) para el ganado vacuno, evitando así la necesidad de inyecciones diarias.
Cuando se administra al ganado vacuno, la GH aumenta la tasa de crecimiento (5-10 %), la eficiencia de conversión de alimentos y la proporción entre carne magra-grasa de la canal. El sexo tiene poco efecto sobre las respuestas a la GH en el ganado vacuno. La respuesta a la GH es menor en el ganado de más edad que tiene depósitos de grasa de mayor tamaño. Hay una interacción entre la magnitud de la respuesta y el nivel nutricional; el contenido en proteínas y la composición específica de aminoácidos pueden ser importantes para obtener respuestas de máximo rendimiento. Los efectos de la GH son mucho más aditivos que los obtenidos con los implantes de esteroides.
La GH mejora el crecimiento y la eficacia alimentaria en las ovejas, pero no en las aves de producción. En los cerdos, la GH recombinante tiene efectos llamativos, que provocan una mejora en la ganancia diaria (20 %), un descenso en el consumo de alimentos (5 %) y un descenso en la proporción alimento:ganancia (20 %). Se puede producir un aumento del 10 % en el contenido de magro y una disminución del 35 % del tejido adiposo en los cerdos. La administración de GH bovina a 25 mg/día al ganado lactante aumenta la producción de leche de las vacas lecheras hasta en un 20 %. La GH ha sido aprobada para uso comercial en algunos países para aumentar la producción de leche y su eficiencia.