El sistema inmunitario está dirigido principalmente frente a microorganismos invasores; sin embargo, también destruirá las células hospedadoras anormales. Por ejemplo, los linfocitos T citotóxicos matan las células infectadas por el virus. El rechazo de los injertos de órganos es otro ejemplo de una situación en la que los linfocitos T destruyen células que difieren de las normales.
En algunas circunstancias, el sistema inmunitario también puede destruir las células cancerosas. De hecho, para que el cáncer se desarrolle, primero debe conseguir evitar el ataque inmunológico. Por tanto, un método de tratamiento del cáncer consiste en activar el sistema inmunitario para que los linfocitos T citotóxicos destruyan las células cancerosas.
La inmunoterapia contra el cáncer puede adoptar muchas formas. Por ejemplo, los antígenos de células cancerosas pueden usarse simplemente como vacunas. Una vacuna xenogénica basada en ADN está dirigida contra la tirosinasa que se encuentra en las células del melanoma canino.
La inmunización pasiva también funcionará. Por ejemplo, los anticuerpos monoclonales dirigidos contra CD20, un antígeno de la superficie celular que se encuentra en las células del linfoma canino, han producido respuestas clínicas positivas.
Muchos tumores son altamente inmunosupresores. Activan vías reguladoras que bloquean las actividades de los linfocitos T citotóxicos.
Esta inmunosupresión puede superarse mediante el uso de anticuerpos monoclonales que bloquean estas vías inmunosupresoras, los denominados inhibidores de los puntos de control. Los inhibidores de los puntos de control han revolucionado el tratamiento de algunos cánceres humanos, y son prometedores para su aplicación en oncología veterinaria.
Para más información
Twomey JD, Zhang B. Cancer immunotherapy update: FDA-approved checkpoint inhibitors and companion diagnostics. AAPS J. 2021;23(2):39. Publicado el 7 de marzo de 2021. doi:10.1208/s12248-021-00574-0