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Alivio del dolor en animales

PorSandra Allweiler, DVM, DACVAA
Revisado/Modificado mar 2023

El dolor preoperatorio agudo, traumático y relacionado con enfermedad (p. ej., cáncer, pancreatitis, pleuritis, otitis externa) suele tratarse farmacológicamente con uno o más analgésicos. El fármaco o las combinaciones de fármacos óptimas se determinan por la gravedad del dolor, el estado de salud y los fármacos disponibles para las especies en cuestión. Cuanto más extenso es el traumatismo en el tejido o la enfermedad que provoca el daño tisular, mayor es la necesidad de usar analgésicos de más de un tipo (analgesia multimodal o equilibrada).

La analgesia multimodal maximiza los efectos analgésicos beneficiosos de múltiples fármacos a través de interacciones aditivas o sinérgicas a la vez que minimiza los efectos adversos mediante la disminución de las dosis.

Debe utilizarse un enfoque perioperatorio para el manejo del dolor inducido por la cirugía, empezando con la administración de un analgésico antes de la cirugía (analgesia preventiva) y continuando con la analgesia apropiada durante todo el periodo intraoperatorio. Como norma general, tres a cinco días es una buena duración para el tratamiento analgésico del dolor quirúrgico agudo. Dependiendo de múltiples factores (p. ej., procedimiento utilizado, plan de rehabilitación, especie, raza), algunos animales necesitan un tratamiento de menor duración, mientras que otros animales requieren periodos de analgesia más largos.

La terapia analgésica agresiva de varios días de duración debe ir reduciéndose en vez de suprimirse bruscamente. Los protocolos de dosificación a demanda son menos eficaces que aquellos de dosificación analgésica para tratar el dolor. Los protocolos a demanda requieren que el animal muestre conductas de dolor tan evidentes que las puedan reconocer el veterinario y/o el propietario. La prevención y el tratamiento intenso del dolor agudo suele impedir el wind-up de las vías nociceptivas, acelera el retorno a la función normal, y disminuye el riesgo de desarrollo de síndromes de dolor crónico.

Minimizar el estrés y la ansiedad añadiendo modificadores del comportamiento o sedantes suaves (trazodona, gabapentina, agonistas alfa2 adrenérgicos) cuando sea apropiado y asegurarse de que el cuidado general y la cría se ajustan a las necesidades del animal también puede mejorar el tratamiento del dolor. El alojamiento adecuado, el apoyo nutricional y la interacción con otros animales y/o personas deben ser óptimos para cada especie y raza.

La analgesia adecuada después de una intervención quirúrgica o de un traumatismo permitirá a los animales descansar. Por ejemplo, los perros y los gatos suelen dormir pero deberían estar despiertos después de la cirugía si su dolor está controlado. El uso del dolor como medio de sujeción (es decir, para evitar que el animal se lesione en una zona quirúrgica) es poco ético.

Manejar animales con dolor y angustiados exige una combinación de buenos cuidados de enfermería, métodos no farmacológicos (p. ej., vendaje, bolsas de hielo o calor, fisioterapia y acupuntura) y métodos farmacológicos.

La acupuntura es un tratamiento seguro y bien tolerado, y se ha demostrado que disminuye el dolor provocado por inflamaciones, neuropatías y cáncer, así como el dolor visceral.(1,2,3) El sistema nervioso suele mediar los efectos a nivel periférico, espinal y supraespinal. Los efectos de la acupuntura incluyen la liberación de opioides y neurotransmisores endógenos y la activación de las vías inhibidoras del dolor descendente y de los mediadores inflamatorios.

Referencias

  1. Huntingford JL, Petty MC. Evidence-Based Application of Acupuncture for Pain Management in Companion Animal Medicine. Vet Sci. 2022;9:252.

  2. Dewey CW, Xie H. The scientific basis of acupuncture for veterinary pain management: A review based on relevant literature from the last two decades. Open Vet J. 2021;11:203–209.

  3. Silva NEOF, Luna SPL, Joaquim JGF, Coutinho HD, Possebon FS. Effect of acupuncture on pain and quality of life in canine neurological and musculoskeletal diseases. Can Vet J. 2017;58:941–951.