Es esencial un programa de manejo sanitario y productivo rentable para la viabilidad económica de la mayoría de las explotaciones de vacas de vientre. Dichos programas varían con la región, la economía relativa, las percepciones y la oportunidad. Un buen programa de gestión sanitaria productiva maneja el riesgo de enfermedad y las bajadas de producción en varios niveles, incluyendo consideraciones sobre bioseguridad, nutrición y el uso juicioso de productos biológicos y antiparasitarios.
Un punto de comienzo para un programa como ese es la identificación de las pérdidas de producción actuales comparando el rendimiento del rebaño con los estándares relevantes, por ejemplo con estadísticas nacionales, que también pueden dar una estimación de las pérdidas de producción.
Los principales riesgos de enfermedad para un rebaño dado, y las medidas preventivas apropiadas, se deberían establecer en consenso con los propietarios del rebaño. Se deben identificar los mejores momentos para la intervención en el rebaño. Estos a menudo coinciden con otras tareas de manejo y se pueden sincronizar para reducir los trastornos en el rebaño y los costes de mano de obra. Una aproximación es idear un "calendario" de manejo sanitario en el que se coordinen los eventos sanitarios con los principales eventos operativos. Las intervenciones para un rebaño en particular varían basándose en factores como mano de obra disponible, fechas normales de trabajo, fechas de destete de los terneros, las prácticas de manejo de los terneros y los problemas de enfermedades previas.