El propósito de un programa de garantía de la calidad de la res (BQA, por sus siglas en inglés) sirve para identificar y evitar áreas en el cebadero donde se puedan ver defectos de calidad o de seguridad. El objetivo del BQA es asegurar al consumidor que todo el ganado que sale de un cebadero está sano y que es seguro, y que en su manejo se han seguido todos los estándares del Gobierno y de la industria.
El cebadero debe ser capaz de documentar todas las etapas de la producción. Los puntos críticos en la producción se deben monitorizar para asegurar que no hay residuos o defectos visibles en las canales. Estos puntos críticos incluyen, aunque no se limitan a esto, producto y mercancía, manejo del ganado y evaluación de la evolución del ganado. Hay un margen de seguridad para los periodos de supresión en la industria de cebo, porque la mayoría de ellos son más cortos que los periodos de cebo. El personal del cebadero debe ser consciente de las situaciones que generan un alto riesgo de residuos. El ganado que no rinde puede padecer alguna lesión orgánica que evita la eliminación normal de los fármacos, haciendo que persistan residuos no permitidos incluso después de pasado el periodo de supresión anterior al sacrificio.
El programa BQA se basa en los principios del sistema de análisis de riesgos y control de puntos críticos HACCP (Hazard Analysis of Critical Control Points). Cada paso en la producción debería evaluarse por si hubiera defectos potenciales de calidad o seguridad, incluyendo la contaminación bacteriana, que puede causar infecciones en el ganado o en los empleados; la contaminación por uso de productos químicos que pueden producir residuos ilegales, y el daño físico, como la lesión en el punto de inyección, hematomas o agujas rotas en los tejidos del animal. El análisis debe incluir actuaciones estándar de sanidad (p. ej., encontrar maneras de prevenir o reducir al mínimo la contaminación fecal por vía oral).
Deben seguirse estrictamente todas las reglamentaciones gubernamentales pertinentes sobre alimentos, aditivos alimentarios y medicamentos (incluida la vía de administración y los periodos de supresión). El uso extraoficial de fármacos solamente debe prescribirlo el veterinario de la explotación. Todos los propietarios de ganado tratado con medicamentos administrados excepcionalmente deben cumplir con los periodos de supresión extendidos prescritos que haya establecido el veterinario de la explotación bajo las pautas de una relación válida veterinario-propietario-paciente. El banco de datos para evitar residuos en alimentos es el recurso principal para determinar el periodo de supresión previo al sacrificio cuando un animal se ha tratado de una manera diferente a la indicada en la etiqueta.
Mantenimiento de registros:
Todos los registros deben guardarse durante ≥2 años después de que el ganado haya salido del cebadero. Si se encuentran residuos en cualquier res enviada al matadero, el cebadero debe tener registros pertinentes a disposición de las autoridades. Se debe determinar el origen y la causa de los residuos y poner en marcha acciones correctivas para evitar que vuelva a suceder.
Registros individuales:
Los registros de tratamientos se deben mantener para cada animal tratado individualmente. Esto puede hacerse usando registros hechos a mano o en un sistema informático. La información esencial incluye la identificación individual de los animales, fecha de tratamiento, diagnóstico, fármaco administrado, número de lote, dosis utilizada, peso aproximado del animal, vía y punto de administración y la fecha más próxima en la que el animal pudo pasar el periodo de retirada antes del sacrificio. El historial de tratamiento del ganado con problemas clínicos crónicos, o de los que tienen una tasa de crecimiento baja y no explicada, se debería examinar con sumo cuidado. En muchos casos es recomendable un análisis de residuos mediante pruebas como el test del hisopo en animales vivos. El análisis de residuos se debería realizar bajo la supervisión del veterinario de la explotación. Los resultados de dicho examen determinan si un animal puede liberarse para el transporte.
Registro de grupos:
Todos los animales tratados como parte de un grupo (procesamiento o tratamiento en sábana) deberían identificarse como grupo o lote, y la información sobre el tratamiento se debería registrar. Los registros deben incluir la identificación del lote o grupo, producto empleado, número de lote del producto, fecha del tratamiento, dosis usada, vía y localización de la administración, e información sobre el periodo de retirada. Debe asignarse un periodo de supresión presacrificio al corral entero. Los registros de tratamiento bajo este sistema suponen que cada animal del lote o grupo recibió el tratamiento. El personal del cebadero debe comprobar los registros de salud del ganado transportado al matadero para asegurar que los animales tratados han terminado los periodos de supresión apropiados. Todos los pesticidas se deberían emplear de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta, y registrar su uso y periodo de supresión.
Libro de protocolo de tratamientos:
El veterinario de la explotación debería proporcional al cebadero un libro con el protocolo de tratamientos. Debe revisarse regularmente y actualizarlo al menos cada 90 días. Se debe mantener una copia en las instalaciones de tratamientos y otra copia en la oficina del cebadero. Un protocolo de tratamiento por escrito y las recetas actuales son documentos importantes que el cebadero debe tener a disposición en caso de que las autoridades realicen una inspección de las instalaciones, del uso de fármacos y de los planes de prevención de residuos. Este registro deja constancia también por escrito de las instrucciones para el desarrollo de los programas de sanidad animal, reduciendo con ello los riesgos de errores o malentendidos.
Eliminación de ganado de cebo
La eliminación o desecho puede hacerse en cualquier momento entre la exploración del ganado a su llegada y unas semanas más tarde, antes de que se proporcione al ganado una ración de alta energía. Las enfermedades que justifican la eliminación incluyen falta crónica de crecimiento de etiología no determinada, laminitis crónica causada por pedero, timpanismo crónico, neumonía crónica, abscesos pulmonares agudos y crónicos y DVB. Cada una de estas enfermedades da lugar a falta de crecimiento y, por tanto, se requiere una exploración clínica para el diagnóstico.
Bienestar animal en cebaderos
Es importante un buen diseño del cebadero para asegurar el confort animal. Las instalaciones de manejo deben ser modernas y eficaces y no deben inducir en los operarios comportamientos de crueldad con los animales cuando se los traslada de un lugar a otro; no se debe usar fuerza excesiva para hacer que los animales se muevan. El personal del cebadero debe estar educado en las técnicas de manejo del ganado bajo estrés y en el reconocimiento de los signos de dolor y malestar asociados con ciertas enfermedades.
El veterinario debe insistir sobre el buen diseño del cebadero y el equipamiento que asegurará el confort a los animales y reducirá al mínimo el dolor y el estrés asociado con los procedimientos de manejo. El veterinario también debe ser un guardián vigilante, denunciando prácticas inhumanas y alentando el buen manejo de los animales.