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Manejo del verraco

Revisado/Modificado oct 2021

En los programas comerciales modernos de reproducción, la mayoría de los verracos de alto mérito genético se alojan en naves de sementales, donde se manejan para la producción de dosis de semen para su uso con inseminación artificial. Las naves de verracos sementales se suelen manejar para asegurar los más altos niveles sanitarios y de bioseguridad. Sin embargo, en las granjas más pequeñas, los verracos reproductores pueden recibir una atención insuficiente en los programas de salud del rebaño. Independientemente del tamaño de la explotación, al igual que con otras especies de animales de abasto, los verracos deben examinarse para determinar su aptitud reproductora antes de la selección y su uso en un programa de reproducción. Los problemas se hacen evidentes cuando los verracos muestran falta de libido o incapacidad para copular, o si un mayor número de hembras montadas por el verraco regresan al estro ~3 semanas después. A la mínima sospecha, una evaluación del potencial reproductor debe incluir un historial, una exploración física general (incluyendo examen genital), una evaluación del semen y una evaluación del comportamiento.

Selección en el manejo del verraco

Cuando se selecciona un verraco para un programa reproductivo, deben considerarse factores como que provenga de una explotación exenta de enfermedades específicas, sus resultados, potencial y conformación, edad de la pubertad y otros parámetros pertinentes relacionados con la reproducción. Todos los verracos que vayan a utilizarse en un programa de cría deben, por lo menos, ser seronegativos a brucelosis, síndrome reproductivo y respiratorio porcino y pseudorrabia (enfermedad de Aujeszky). Además, todos los verracos deben aislarse y aclimatarse durante al menos 45-60 días y someterse, antes de su introducción, a pruebas/repetición de pruebas frente a enfermedades de las cuales la explotación es libre. Si participa en el proceso de selección, los verracos de camadas grandes que alcanzan pronto la pubertad (5½-6 meses) tienden a producir hijas altamente productivas que también alcanzan la pubertad a una edad temprana. Los parámetros de rendimiento como el índice de conversión, el espesor de la grasa dorsal y la ganancia media diaria son también altamente heredables.

Debe comprobarse la conformación del esqueleto y un examen de las disfunciones locomotrices presentes o potenciales. Cualquier aspecto poco claro que pueda interferir con la capacidad del verraco para aproximarse, montar y cubrir/eyacular con éxito debe determinarse. Una afección musculoesquelética aguda o crónica tiene como resultado dolor, el cual causa que el verraco parezca que no tiene interés por la monta. Los verracos suelen seleccionarse con finalidades reproductoras aproximadamente a los 3-6 meses de edad. Los antecedentes genéticos del verraco deben estar de acuerdo con el uso al que está destinado. La selección de verracos con defectos heredables como hernias umbilicales o inguinales, criptorquidia, prolapso rectal y malos contornos inferiores puede evitarse analizando cuidadosamente los registros de producción del lote de origen.

Historia en el manejo del verraco

Un historial completo debe incluir la edad y origen del verraco, la salud de la piara, las inmunizaciones, problemas patológicos previos y tratamientos, exposición a otros animales e instalaciones, así como el tiempo transcurrido en aislamiento y exposición a las instalaciones actuales y a sus animales reproductores. También debe incluir, si está disponible, una descripción de la libido previamente demostrada por el verraco, su comportamiento de monta, sus tasas de concepción, prolificidad y los resultados de otros verracos consanguíneos y no consanguíneos de la explotación. En el caso del verraco joven, las observaciones del comportamiento sexual pueden ser útiles.

Exploraciones físicas y genitales en el tratamiento del verraco

Una exploración física general debe ser parte de toda evaluación de la fertilidad. Se debe prestar atención a la condición corporal y conformación, incluyendo el lomo, las patas y la función locomotriz. La osteomalacia, osteoartrosis y artritis causantes de cojeras y de la resistencia del animal a montar o soportar el peso sobre las patas traseras son problemas serios.

Los testículos, epidídimos y escroto deben examinarse y palparse para observar el tamaño y la simetría (<1 cm diferencia de diámetro), consistencia y cambios patológicos. Se necesita una apreciación de la consistencia testicular normal para detectar cambios sutiles. El pene y prepucio deben examinarse buscando anomalías durante el proceso de recogida del semen. El tamaño testicular está directamente correlacionado con el genotipo, la edad y el peso de los verracos jóvenes de 142-282 días de edad y de 84-171 kg de peso corporal. El tamaño testicular se incrementa hasta los ~18 meses de edad; el crecimiento testicular y el número de espermatozoides aumentan hasta su tasa más alta a los 5-12 meses de edad. Ya que la edad y el peso testicular son identificadores importantes de un desarrollo sexual precoz, los verracos debe tener 8 meses antes de escogerse para su uso en un programa reproductivo.

Los testículos pueden verse afectados por enfermedades (p. ej., brucelosis, actinobacilosis) y son vulnerables a traumatismos inducidos por los cuidadores, otros animales o como resultado de lesiones por unas instalaciones mal diseñadas o con un mantenimiento inadecuado. Los testículos no deben contener nódulos ni masas blandas. La reacción inicial de los testículos al traumatismo o infección es la inflamación y, si no se trata, el resultado a largo plazo es la atrofia testicular, que se puede diagnosticar por una dureza aumentada y pérdida de elasticidad. La asimetría, como resultado de una atrofia unilateral, es potencialmente perjudicial para la fertilidad, y la evaluación del semen puede revelar azoospermia, oligospermia, astenospermia o cambios morfológicos indicadores de lesión testicular.

Evaluación del comportamiento y recogida de semen en el manejo del verraco

La recogida de semen permite la evaluación de la libido del verraco y su capacidad para reproducirse, y proporciona una muestra del eyaculado para evaluar la calidad. Se recoge el semen de los verracos con más frecuencia usando un maniquí o fantasma; también puede recogerse utilizando una hembra madura. Independientemente del método de recolección, los verracos muestran un comportamiento sexual precopulatorio en respuesta a la estimulación visual y olfativa. El verraco gruñe o grita rítmicamente, mueve las mandíbulas, saliva y suele iniciar un contacto de cabeza a cabeza con la cerda o el maniquí, seguido de hociqueo de sus flancos o el costado del maniquí para comprobar la inmovilización voluntaria. Estas actividades deben observarse, ya que un comportamiento sexual aberrante puede dar lugar a infertilidad. La monta constante por la cabeza, un problema común en los verracos sin experiencia cuando se usan hembras vivas, se evita cuando se usa un maniquí con una posición de la cabeza en ángulo más alta que el extremo de la cola.

Una libido baja probablemente está causada por problemas de comportamiento más que endocrinos. Las peleas y la dominancia por verracos y cerdas más viejos pueden inhibir la libido del verraco joven. También se observan diferencias de raza; la tendencia a la timidez, nerviosismo y falta de agresividad puede estar influida por la selección en una raza durante varias generaciones y puede dar como resultado verracos con poca libido. El dolor producido por lesiones genitales o problemas musculoesqueléticos puede tener un efecto fuertemente negativo. La libido puede también verse mermada en un entorno desconocido, en presencia de una persona temida o si se dispone de distracciones, proporcionadas, por ejemplo, por la presencia de alimentos.

Una vez que el verraco ha montado, se produce la erección y la protrusión del pene mientras el verraco busca la vulva y la estimulación táctil. Se necesita una estrecha observación para comprobar posibles lesiones del pene así como una erección inapropiada. Los problemas congénitos y genéticos pueden ser una erección incompleta, hipoplasia del pene, masturbación en el divertículo (es decir, un desorden) y frenillo persistente.

Básicamente, hay dos métodos de recogida del semen en el verraco: el método de la mano enguantada y la electroeyaculación. Un tercer método consiste en usar una vagina artificial rodeada de una cámara de agua, que ya no se suele usar. Aunque pueden obtenerse eyaculados satisfactorios usando la mano enguantada o la electroeyaculación, se prefiere el método de la mano enguantada y se emplea con mayor frecuencia porque es más sencillo y el comportamiento reproductivo puede evaluarse simultáneamente.

Con el método de la mano enguantada, se permite al verraco montar una hembra en celo o un maniquí de recogida e intentar copular. Los verracos usados para la inseminación artificial suelen entrenarse desde el comienzo con un maniquí de recolección. Se debe entonces acercarse al verraco sin ruido, desde atrás, sin tocarlo o espantarlo. Los líquidos prepuciales se evacúan primero usando una técnica de doble guante masajeando el prepucio para evitar la contaminación del eyaculado. El guante exterior se retira y se desecha, y se coloca el dorso de la mano enguantada contra el abdomen ventral del verraco en posición justamente craneal al orificio prepucial y se permite que el pene empuje dentro de la mano enguantada. Se aplica presión digital en la parte distal 3-6 cm del pene. Si se estimula adecuadamente, el verraco extenderá el pene completamente y se quedará muy tranquilo. Esto es seguido inmediatamente por la eyaculación. Una vez que la punta del pene está firmemente en la mano y ha comenzado la eyaculación, esta continúa durante ≥3-7 min. Si el verraco desmonta cuando se trata de coger el pene deben permitírsele varias montas falsas hasta que esté tratando agresivamente de lograr la penetración.

La mayoría de los entrenadores de verracos experimentados logran una tasa de éxito >96 % en el entrenamiento de los verracos para montar un maniquí y eyacular. Los métodos que pueden mejorar la tasa de entrenamiento de los verracos incluyen permitir que los verracos de los corrales de calentamiento observen la recolección de otros verracos, gotear semen u orina en el maniquí, usar aerosoles de feromonas sobre el maniquí, permitir que un verraco monte a una hembra en estro en el corral de recolección o inyectar una prostaglandina a un verraco.

Un verraco nervioso puede no permitir que el pene quede sujeto en la mano, aun después de varios intentos. La recogida del semen puede hacerse en muchos de estos animales permitiéndoles lograr primero la penetración y la introducción del pene en el cérvix para comenzar la eyaculación. Se puede entonces extraer rápidamente el pene e insertarlo en la mano. El verraco continuará eyaculando y se podrá recoger la porción principal del eyaculado.

Al recoger el semen, el control de la temperatura y la prevención de la contaminación bacteriana son prioritarios. Un termo precalentado (37 °C) o una vaso de poliestireno grande es un recipiente de recogida cómodo y económico y se puede utilizar con un filtro y una bolsa de recogida desechable. La fracción preespermática, que consta de 5-15 mL de líquido, a menudo contiene algo de orina, restos celulares y recuentos más altos de bacterias, y es la que se eyacula primero; no debe recogerse, sino dejarse caer al suelo. El verraco puede eyacular entonces una pequeña cantidad de gel, que se filtra del eyaculado a través de una capa doble de gasa gruesa (colocada sobre la boca del recipiente de recogida o la bolsa filtrada) porque se coagula formando una masa semisólida que puede interferir en la posterior evaluación de la calidad del semen. El verraco eyacula entonces la fracción rica en esperma de color entre lechoso y crema, que puede variar de 60 a 150 mL. La fracción final, con escaso esperma, contiene el mayor volumen de líquido y gel (150–250 mL). Se puede recoger únicamente la fracción rica en esperma de los verracos o todo el eyaculado para su procesamiento. Sin embargo, se debe tener cuidado de dejar que el verraco complete el proceso de eyaculación, retire voluntariamente el pene de la mano y desmonte, para evitar la frustración del verraco con el procedimiento.

La recogida de semen por electroeyaculación se realiza con poca frecuencia y solo en un verraco muy valorado y anestesiado. Se recomienda utilizar un anestésico inyectable que permita una anestesia general de 15-30 min. El recto se limpia con una mano lubricada y después se inserta la sonda rectal. El pene se exterioriza entonces con la ayuda de unos fórceps de Bozeman y se agarra con una esponja quirúrgica envolviendo el pene 5-10 cm distalmente al glande. La electroestimulación del verraco se realiza como en el toro o morueco, con el eyaculado recogido en una bolsa de plástico transparente filtrada que envuelve el glande.

Evaluación del semen en el manejo del verraco

Las pruebas estandarizadas que se usan para evaluar el semen de verraco son la motilidad espermática, morfología, concentración, número total y volumen del eyaculado. La importancia de la calidad del esperma para la fertilidad cuando se usa para inseminación artificial (IA) o monta natural requiere esfuerzos de evaluación. Los centros de verracos sementales más grandes que se especializan en la producción de dosis de semen para IA suelen invertir en equipos que pueden proporcionar medidas precisas de la calidad del eyaculado en un tiempo mínimo. Estos pueden incluir máquinas de análisis de esperma asistidas por computadora (CASA), microscopios con platinas calentadas, contadores celulares y densitómetros. Sin embargo, el equipo más sofisticado y caro no es un requisito para la producción de dosis de IA de calidad. Después de la recogida, el eyaculado debe protegerse del aire polvoriento, los cambios de temperatura, la presión osmótica y el pH durante la manipulación y el análisis. Todo el equipo y los materiales que entran en contacto con el semen deben limpios o nuevos y calentados a 35-39 °C.

La motilidad seminal debe evaluarse tan pronto como sea posible tras la recogida. La estimación de la motilidad del esperma en un eyaculado mediante el examen de la actividad masiva o el movimiento en espiral de una gota de semen en un portaobjetos utilizando un microscopio de bajo aumento tiene un valor limitado para la producción comercial de dosis de semen; sin embargo, puede usarse para aprobar un eyaculado para su uso en pequeñas explotaciones. La motilidad macroscópica de los espermatozoides es la siguiente mejor opción; se estima mejor en muestras preparadas en las que se puede visualizar una monocapa de espermatozoides individuales usando microscopía óptica a un mayor aumento. Para hacer esto, se gota de semen de 5-10 mcL en un porta precalentado y se tapa con un cubre. La motilidad de la muestra se estima entonces subjetivamente al 5 % más cercano observando varios campos al azar bajo 20 aumentos.

La morfología del esperma puede ser un indicador válido del potencial fértil, especialmente en aquellos eyaculados con un gran porcentaje de espermatozoides anormales. Esta evaluación se puede realizar utilizando una luz de calidad o un microscopio de contraste de fases. Cuando se usa un microscopio de luz brillante, se necesitan muestras teñidas para proporcionar un contraste adecuado para evaluar la morfología seminal. Cuando se usa un microscopio de alta resolución (es decir, de contraste de fases y contraste de interferencia diferencial), puede usarse glutaraldehído o muestras conservadas en formol tamponado. Un mínimo de 100 (preferiblemente 200) espermatozoides deben evaluarse en cuanto a la morfología de la cabeza, pieza intermedia y pieza principal (es decir, la cola distal a la pieza intermedia). El esperma puede categorizarse en tres grupos: normales, con cabezas anormales y con colas anormales (pieza intermedia, pieza principal, incluyendo las gotas citoplasmáticas). Las anomalías espermáticas más comunes incluyen gotitas proximales y distales y colas enrolladas o dobladas. A menudo se puede observar aglutinación de los espermatozoides en una muestra, lo que puede ser una indicación de espermatozoides muertos o dañados o una evidencia de contaminación bacteriana. En los casos en los que se sospechan problemas de fertilidad, las muestras pueden examinarse más a fondo, las anomalías se clasifican como mayores y menores, y se evalúa la morfología del acrosoma.

Se dispone de varias técnicas para determinar la concentración de espermatozoides en un eyaculado de verraco filtrado. La evaluación de la opacidad visual de un eyaculado bruto por examen directo puede proporcionar una estimación cualitativa, subjetiva, de la concentración de esperma; sin embargo, este abordaje tiene una precisión limitada. Muchos de los que realizan este tipo de evaluación simplemente diluyen el eyaculado de 1:4 a 1:5 para crear dosis de semen utilizables. Sin embargo, se necesita una determinación más precisa del número de espermatozoides para lograr el número necesario de espermatozoides en las dosis de IA y para extender el uso del verraco para lograr el mayor impacto genético.

Una determinación analítica de la concentración espermática puede realizarse midiendo la opacidad usando un (espectro)fotómetro calibrado con una muestra de semen diluido. Es esencial que el fotómetro se calibre con semen de verraco. Incluso con un fotómetro calibrado, las estimaciones del número de espermatozoides pueden ser de ±30 % de la concentración real. Los grandes errores pueden atribuirse, en parte, a una técnica de muestreo o dilución inadecuada, a la contaminación de la muestra y a la opacidad inherente de las secreciones de las glándulas sexuales accesorias presentes en el eyaculado del verraco. Las lecturas fotométricas también pueden ser inexactas si el número de espermatozoides en la muestra diluida es demasiado bajo o demasiado alto, lo que da lugar a lecturas fuera de la curva de calibración o del rango operativo óptimo.

Un método más directo para medir la concentración de espermatozoides es con un hemocitómetro o cámara de recuento y un microscopio. En este método, la concentración puede determinarse diluyendo una porción del eyaculado filtrado a razón de 1:200, lo que se realiza más fácilmente usando un sistema de dilución desechable de pipeta. El hemocitómetro debe cargarse y dejar la unidad cargada durante 5 min de tal manera que el esperma se disperse en un campo visual. Usando un microscopio, se realiza un recuento de los espermatozoides y se calcula como se suele hacer para la determinación de eritrocitos. La determinación de la concentración de espermatozoides usando una cámara de recuento es tediosa y consume tiempo, por lo que su uso rutinario resulta poco práctico en la mayoría de las explotaciones comerciales. Los métodos más sofisticados usan un contador celular o una máquina CASA, que proporcionan recuentos rápidos y precisos, aunque a un coste mayor.

Tras calcular la concentración de espermatozoides/mL, el número total de espermatozoides en un eyaculado puede calcularse multiplicando la concentración por el volumen total (en mililitros) de la porción de eyaculado libre de gel. El volumen del eyaculado se mide con mayor frecuencia usando una balanza y determinando el peso del eyaculado (con 1 g equivalente a 1 mL) o mediante el uso de un aparato medidor calentado (p. ej., un cilindro graduado, vasos medidores de plástico desechables). En el caso de los centros de verracos sementales comerciales, cada vez se utilizan con más frecuencia sistemas de análisis de semen automatizados para determinar objetivamente la motilidad, la morfología, la concentración y el número total de espermatozoides.

Interpretación de los hallazgos

Los valores del semen pueden verse afectados por la frecuencia de uso del verraco, la edad del verraco, el entorno y la estación, la enfermedad o el estado sanitario, el nivel nutricional, el genotipo y el método de evaluación de los espermatozoides. Es importante destacar que las medidas por debajo de las expectativas pueden estar asociadas con diferencias de raza, especialmente en cuanto al inicio de la pubertad, la libido, la capacidad de monta y la tasa de concepción. Por lo tanto, los verracos que no tienen valores aceptables no necesariamente son subfértiles o infértiles. Los espermiogramas pueden cambiar drásticamente durante un corto periodo, y los verracos no deben descartarse basándose en la evaluación de un solo eyaculado. Cuando se identifican problemas con el eyaculado, se recomienda la recogida repetida durante varios días para eliminar el esperma en el epidídimo, dejando al verraco 1 semana para recuperarse antes de otra evaluación.

El entorno puede afectar a la fertilidad a corto plazo, principalmente por trastornos en la termorregulación testicular. Los verracos expuestos a temperaturas ambiente frías o calientes pueden tener espermiogramas anormales durante ≥7 semanas tras el episodio. Los problemas más comunes surgen con los verracos que sufren estrés por calor durante el verano, con algunos problemas que se extienden hasta principios del otoño. La exposición a temperaturas muy elevadas puede dar lugar a espermiogramas anómalos durante un periodo de tiempo más largo o incluso puede provocar una alteración espermatogénica permanente. Cualquier enfermedad que aumente la temperatura corporal y por tanto interrumpa la termorregulación de los testículos también tiene el potencial de causar subfertilidad o infertilidad temporal. La mayoría de los problemas relacionados con el estrés por calor a corto o largo plazo afectan a la morfología, la motilidad y el número de espermatozoides producidos durante un periodo de semanas relacionado con la duración del estrés.

Pautas para la evaluación del verraco en el manejo del verraco

Tabla
Tabla

De manera ideal, aspectos como la libido, la capacidad de monta, la calidad del semen ( ver la Tabla: Valores del espermiograma sugeridos para verracos reproductivos) y los resultados de la cubrición (tasa de concepción y prolificidad) deben considerarse en la evaluación del verraco. La duración de la espermatogénesis y la maduración de los espermatozoides es de ~51 días en el verraco. Si un verraco produce un eyaculado de calidad baja o marginal en un examen in vitro, deben evaluarse eyaculados adicionales a intervalos de 1 a 2 semanas para establecer si la calidad ha mejorado con el tiempo. Los verracos valiosos con espermiogramas que no mejoran en 2-3 meses es poco probable que mejoren alguna vez y deben ser eliminados. Los verracos con azoospermia en dos eyaculados completos o que son incapaces de lograr una erección completa deben descartarse inmediatamente. Los verracos que presentan lesiones en el pene o sangre en el semen deben descansar sexualmente de ≥2-3 semanas y volverse a evaluar. En los verracos con frenillo persistente o que se masturban en el divertículo de forma habitual se recomienda la corrección quirúrgica; sin embargo, la progenie no debe conservarse para la cría, ya que estas afecciones son probablemente heredables Todos los resultados de la exploración de la fertilidad deben considerarse en relación con la edad, el historial de enfermedades, el estrés por el entorno, el uso reproductivo previo, el sistema de monta y las técnicas de recogida y manejo del semen.