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Nutrición de serpientes

Revisado/Modificado ago 2020

    Las serpientes se alimentan casi exclusivamente de presas vertebradas o invertebradas. Algunas especies son comedoras especializadas de huevos. La mayoría de las boas, pitones, víboras, colúbridos, crótalos y elápidos se alimentan con crías de ratón, ratones, polluelos, hámsteres, ratas, cobayas, pollos, patos o conejos. Las presas congeladas se suelen utilizar en los zoológicos; se recomienda descongelar bajo refrigeración. Tras la descongelación, las presas no deben ofrecerse frías sino a temperatura ambiente, o preferiblemente más calientes. En la naturaleza, algunas especies (p. ej., la cobra real, la serpiente hocicuda, la culebra de liga) se alimentan principalmente de otros poiquilotermos. Algunas de estas especies pueden adaptarse, al menos parcialmente, a presas homeotermas, que a menudo son más fáciles de obtener y menos costosas.

    Las presas picadas a veces se ofrecen en forma de agar, gel o embutido. Las ventajas incluyen la capacidad de formular y suministrar un alimento nutricionalmente completo, añadir una mezcla equilibrada de vitaminas y minerales y, si es necesario, añadir antibióticos o coccidiostáticos. La mayoría de las veces se suministra el alimento completo en forma de salchicha; sin embargo, también se están realizando pruebas con alimentación en gel para reptiles.

    El olor de las presas preferidas puede impregnarse en el nuevo alimento. Alternativamente, los alimentos preferidos pueden introducirse o unirse al nuevo alimento. Pueden ofrecerse anolis, serpientes rata amarillas, ranas y capellanes, dependiendo de los hábitos alimenticios naturales, cuando no se aceptan homeotermos. El tamaño de la presa suele ser proporcional al tamaño de la serpiente y no debe ser mucho mayor que el diámetro de su cabeza. Las serpientes que se manipulan rutinariamente pueden alimentarse en un tanque separado para reducir el riesgo de mordeduras. Para disminuir la posibilidad de regurgitación, las serpientes no deben manipularse en los tres días siguientes a la comida.

    La mayoría de las especies debe alimentarse cada 1-2 semanas. En algunas serpientes grandes y menos activas suelen pasar 6 semanas entre comidas. La alimentación forzada solo debe usarse si es necesario. Los animales pueden alimentarse a la fuerza con presas enteras lubricadas con clara de huevo insertando suavemente la comida unos centímetros en la garganta con unas pinzas. También es posible la alimentación por sonda usando presas picadas (homogeneizadas).