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Necesidades nutricionales del ganado porcino

Revisado/Modificado mar 2015

Los cerdos necesitan una serie de nutrientes esenciales para satisfacer sus necesidades de mantenimiento, crecimiento, reproducción, lactancia y otras funciones. El National Research Council (NRC) de EE. UU., en su publicación Nutrient Requirements of Swine (actualizado en 2012), proporciona estimaciones de las cantidades de estos nutrientes para las distintas clases de ganado porcino en condiciones promedio. Sin embargo, los factores como la variación genética, el entorno, la disponibilidad de nutrientes en los alimentos, los niveles de enfermedad y otros agentes estresantes pueden incrementar los niveles necesarios de algunos nutrientes para conseguir que el rendimiento y la reproducción sean óptimos. El NRC usa un enfoque de modelado para tener en cuenta algunos de estos factores en sus estimaciones de las necesidades de energía, aminoácidos, calcio y fósforo, pero las necesidades de otros minerales y vitaminas se estiman estrictamente a partir de datos empíricos.

Aunque el NRC considera factores como crecimiento magro, género, concentración energética de la ración, temperatura ambiente, densidad de alojamiento, número de partos, estado de gestación y varias medidas de la productividad de las cerdas para estimar las necesidades nutricionales, los nutricionistas, los fabricantes de pienso, los veterinarios o los productores porcinos pueden desear incluir niveles mayores de ciertos nutrientes que los propuestos por NRC, para asegurar un adecuado nivel de consumo de nutrientes y por motivos de seguridad. Los posibles efectos negativos de la suplementación por encima de las necesidades suelen ser mínimos, excepto en los casos de desequilibrio extremo.

Los cerdos necesitan seis clases generales de nutrientes: agua, hidratos de carbono, grasa, proteína (aminoácidos), minerales y vitaminas. La energía no es un nutriente específico pero es un componente nutricional importante y procede principalmente de la oxidación de los hidratos de carbono y la grasa. Además, los aminoácidos (aportados por la proteína) que exceden las necesidades para mantenimiento y síntesis proteica tisular proporcionan energía cuando se oxidan. Los antibióticos, agentes quimioterapéuticos, suplementos microbianos (prebióticos y probióticos), enzimas y otros aditivos alimentarios suelen añadirse a la raciones porcinas para aumentar la tasa y eficiencia del crecimiento, mejorar la digestibilidad y otros propósitos, pero no se consideran nutrientes.

Las necesidades nutricionales estimadas por el NRC para varios grupos de peso corporal en cerdos de 5 a 135 kg de peso corporal, expresados como concentraciones en la ración, se muestran en la Necesidades nutricionales de cerdos en crecimiento con libre acceso al alimento (90 % de materia seca)a,b,c. Las necesidades de las cerdas gestantes y lactantes, expresadas como concentraciones en la ración, se muestran en la Parámetros reproductivos y necesidades nutricionales de cerdas gestantes y lactantes (90 % de materia seca)a,b. Las concentraciones de nutrientes enumeradas en las tablas del NRC se basan en un determinado consumo de alimento; si el consumo es inferior a la cantidad indicada, puede ser necesario aumentar la concentración de la ración para asegurar una adecuada ingesta diaria de nutrientes.

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Agua:

Los cerdos deben tener acceso libre y fácil al agua desde antes del destete. La cantidad necesaria varía con la edad, tipo de alimento, temperatura ambiente, fase de la lactación, fiebre, producción elevada de orina (como cuando se ingiere mucha sal o proteína) o diarrea. Por lo general, los cerdos en crecimiento consumen ~2-3 kg de agua/kg de alimento seco. Las cerdas lactantes consumen más agua debido al elevado contenido de agua en la leche que producen. La restricción hídrica reduce el rendimiento y la producción de leche y puede ocasionar la muerte si es severa.

La calidad del agua es importante. El agua debe estar relativamente libre de contaminación microbiana; si no es así, la cloración puede ser necesaria. El exceso de minerales en el agua puede causar problemas. El agua debe tener <1000 ppm de sólidos totales disueltos (STD). Los niveles más altos de STD (2000-5 000 ppm) pueden causar diarrea o rechazo temporal del agua, los niveles de STD de 5000-7000 ppm deben evitarse en los animales reproductores, y los niveles de STD >7000 ppm no son aptos para los cerdos. Los cerdos toleran niveles moderados de sulfatos en el agua, pero deben evitarse niveles altos (>3000 ppm).

Energía:

Las necesidades energéticas se expresan como kilocalorías (kcal) de energía digestible (ED), energía metabolizable (EM) o energía neta (EN). La ED y la EM son los valores empleados más frecuentemente, pero existe una tendencia en la industria a formular raciones basadas en EN. El NRC determina las necesidades de energía como EN y luego estima la ED y la EM a partir de la EN. Las necesidades energéticas de los cerdos dependen de su peso (que repercute en las necesidades de mantenimiento), capacidad genética de crecimiento magro o producción láctea y temperatura ambiente de los alojamientos. La cantidad de alimento consumido por los cerdos en crecimiento alimentados a voluntad está controlada principalmente por el contenido energético de la ración. Si aumenta la concentración energética de la ración mediante la inclusión de grasa suplementaria, el consumo voluntario de alimento disminuye. Los cerdos alimentados con este tipo de raciones por lo general engordarán más rápido, y aumentará la eficiencia de la ganancia de peso, pero el porcentaje de grasa de la canal se incrementará. Si la ración contiene cantidades excesivas de fibra (>5-7 %) sin aumentos proporcionales de grasa, el ritmo, y especialmente la eficiencia, del aumento de peso disminuye.

Proteína y aminoácidos:

Los aminoácidos, por lo general proporcionados por la proteína de la ración, son necesarios para el mantenimiento, crecimiento muscular, desarrollo de los fetos y mantenimiento del útero grávido en las cerdas gestantes, y la producción de leche en las cerdas lactantes. De los 22 aminoácidos, 12 se sintetizan en el cuerpo; los otros 10 deben suministrarse en la ración para que el crecimiento sea normal. Los 10 aminoácidos esenciales para los cerdos son arginina, histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina. La cisteína y la tirosina pueden cubrir una parte de las necesidades de metionina y fenilalanina, respectivamente. Los porcentajes de proteína bruta indicados en Necesidades nutricionales de cerdos en crecimiento con libre acceso al alimento (90 % de materia seca)a,b,c y Parámetros reproductivos y necesidades nutricionales de cerdas gestantes y lactantes (90 % de materia seca)a,b proporcionan los niveles necesarios de lisina (el primer aminoácido limitante) y cantidades suficientes de los demás aminoácidos esenciales cuando las raciones están basadas en maíz y harina de soja. Las necesidades de lisina al comienzo de la fase de inicio son muy elevadas (1,70 %), pero disminuyen a un 1,53 % y un 1,40 % durante las fases media y final, respectivamente. Las necesidades continúan disminuyendo a lo largo de la etapa de crecimiento-finalización desde un 1,12 % durante la fase temprana de crecimiento hasta un 0,71 % en la fase de finalización.

Los aminoácidos de mayor importancia práctica en la formulación de raciones (esto es, los más proclives a encontrarse en niveles deficitarios) son lisina, triptófano, treonina y metionina. El maíz, el cereal básico de la mayoría de las raciones para cerdos, es notablemente deficitario en lisina y triptófano. Los otros cereales principales para cerdos (sorgo, cebada y trigo) son deficitarios en lisina y treonina. El primer aminoácido limitante en la harina de soja es la metionina, pero se proporcionan cantidades suficientes cuando la harina de soja se combina con cereales en una ración completa que satisfaga las necesidades de lisina. Una excepción pueden ser los cerdos jóvenes que consumen raciones muy ricas en harina de soja o las raciones que contienen productos sanguíneos deshidratados, que son bajos en aminoácidos azufrados.

La proteína de leche está bien equilibrada en aminoácidos esenciales, pero suele ser demasiado cara para usarse en raciones porcinas, excepto en el caso de lechones muy jóvenes. El suero desecado, usado con frecuencia en los piensos de iniciación, tiene una proteína con un excelente perfil de aminoácidos, pero su contenido en proteína total es bajo. Las raciones a base de maíz y subproductos animales proteicos (p. ej., harina de carne y harina de carne y huesos) son inferiores a las raciones de maíz y harina de soja, pero pueden mejorarse significativamente añadiendo triptófano o suplementos que sean buenas fuentes de triptófano. Las fuentes animales de proteína también son ricas en minerales y vitaminas del complejo B.

Las raciones formuladas para lechones destetados precozmente con niveles elevados de plasma animal o eritrocitos deshidratados pueden ser deficitarias en metionina. Sin embargo, los niveles altos de metionina pueden disminuir el crecimiento, por lo que no debe añadirse indiscriminadamente a las raciones. Suplementar con valina puede ser interesante en raciones de maíz y harina de soja para cerdas lactantes, pero resulta demasiado cara para considerarla un suplemento dietético.

La lisina suele ser el primer aminoácido limitante en casi todas las raciones prácticas, por tanto, si las raciones se formulan en función del nivel de lisina, las necesidades de los demás aminoácidos deberían satisfacerse. Sin embargo, debe tenerse precaución cuando se incluye un suplemento de lisina cristalina en la ración para satisfacer una parte de las necesidades de los cerdos. Una regla práctica es que el porcentaje de proteína bruta de la ración puede reducirse 2 puntos si se suplementa con un 0,15 % de lisina (0,19 % de lisina•ClH). Sin embargo, mayores reducciones de la proteína dietética asociadas a la adición de lisina pueden dar lugar a carencias de triptófano, treonina y/o metionina a menos que estos aminoácidos también se suplementen.

Hoy en día es bastante común formular raciones porcinas basadas en el concepto de proteína "ideal"; es decir, expresar las necesidades de los aminoácidos esenciales como porcentaje de las necesidades de lisina. Además, cada vez es más popular formular raciones para cerdos basadas en los aminoácidos digestibles estandarizados (o verdaderos) o digestibles aparentes. Este método es particularmente ventajoso cuando la ración incluye cantidades importantes de subproductos.

Minerales:

Estos nutrientes tienen muchas funciones importantes en el organismo. Los requerimientos de la dieta para los macroelementos y los oligoelementos esenciales se enumeran en Necesidades nutricionales de cerdos en crecimiento con libre acceso al alimento (90 % de materia seca)a,b,c y Parámetros reproductivos y necesidades nutricionales de cerdas gestantes y lactantes (90 % de materia seca)a,b.

Calcio y fósforo:

Aunque se usan principalmente para el crecimiento del esqueleto, el calcio y el fósforo desempeñan importantes papeles metabólicos en el cuerpo y son esenciales en todas las etapas del crecimiento, la gestación y la lactación. El NRC estima las necesidades en un 0,66 % de calcio y un 0,56 % de fósforo total para los cerdos en crecimiento de 25-50 kg de peso corporal. Las necesidades son mayores para los cerdos más jóvenes y menores para los cerdos en finalización, pero la relación calcio:fósforo es aproximadamente la misma para todos los grupos de peso. Estos niveles son adecuados para un crecimiento máximo (ritmo y eficiencia de ganancia), pero no permiten la máxima mineralización de los huesos. En general, la máxima mineralización y fortaleza de los huesos puede conseguirse incluyendo 0,1-0,15 % adicional de calcio y fósforo en la ración.

Para las cerdas gestantes y lactantes, las necesidades de calcio y fósforo dependen de la etapa de gestación (los primeros 90 días frente a los últimos 25 días de gestación), el número de partos, la producción de leche y otros factores ( ver la Tabla: Parámetros reproductivos y necesidades nutricionales de cerdas gestantes y lactantes (90 % de materia seca)a,b). Las mayores necesidades al final de la gestación se deben al rápido desarrollo de los fetos. Los productores porcinos pueden elegir alimentar a las cerdas con niveles ligeramente mayores para asegurar un aporte suficiente de estos minerales y prevenir la parálisis posterior en las cerdas muy productoras de leche. Las necesidades enumeradas de calcio y fósforo se basan en consumos diarios de alimento de 2,1-2,6 kg durante la gestación y 5,9-6,6 kg durante la lactación (estas cantidades incluyen un 5 % de desperdicio). Si el consumo diario es menor, los porcentajes de calcio y fósforo deberán ajustarse al alza.

La relación calcio total:fósforo total debe mantenerse entre 1,25:1 y 1:1 para la máxima utilización de ambos minerales. Una amplia relación calcio:fósforo reduce la absorción de fósforo, especialmente si la ración es pobre en fósforo. La relación es menos crítica si la ración contiene un exceso de fósforo. La relación ideal calcio:fósforo digestible oscila entre 2:1 y 2,5:1.

La mayoría del fósforo de los granos de cereales y las harinas de semillas oleaginosas está en forma de ácido fítico (fósforo ligado orgánicamente) y es poco disponible para los cerdos, en tanto que el fósforo de las fuentes proteicas de origen animal, como la harina de carne, la harina de carne y huesos y la harina de pescado, está en forma inorgánica y es altamente disponible para los cerdos. Incluso entre los granos de cereales, la disponibilidad del fósforo varía. Por ejemplo, solamente el 10-20 % del fósforo del maíz está disponible, mientras que el 50 % del fósforo del trigo lo está. Por consiguiente, las raciones porcinas deben formularse sobre la base de "fósforo disponible" para asegurar que se satisfacen las necesidades de fósforo. La publicación del NRC expresa las necesidades de fósforo digestible como fósforo digestible total aparente (DTA) y fósforo digestible total estandarizado (DTE). El fósforo DTA representa el fósforo digerido, y el fósforo DTE es el fósforo digestible corregido por la excreción de fósforo endógeno.

Los suplementos de fósforo como el fosfato monocálcico o dicálcico, el fosfato defluorado y la harina vaporizada de huesos son fuentes excelentes de fósforo altamente disponible. Estos suplementos también son buenas fuentes de calcio. El carbonato de calcio molido también es una fuente excelente de calcio.

El fósforo se considera un contaminante ambiental potencial, por eso muchos productores porcinos suministran raciones con menor exceso de fósforo que en el pasado para disminuir la excreción de este. Los suplementos de fitasa, una enzima que degrada parte del ácido fítico de los alimentos, se suelen añadir a las raciones para reducir aún más la excreción de fósforo. La recomendación general es que los niveles de calcio y fósforo pueden reducirse en 0,05-0,1 puntos porcentuales cuando se adicionan ≥500 unidades de fitasa por kg de pienso.

Sodio y cloro:

Estos minerales están proporcionados por la sal común, que contiene un 40 % de sodio y un 60 % de cloro. El nivel recomendado de sal es un 0,25 % en las raciones de crecimiento y finalización, un 0,5-0,75 % en las raciones de inicio y un 0,5 % en las raciones de cerdas. Estos niveles deberían proporcionar suficiente sodio y cloro para satisfacer las necesidades de los animales. Los subproductos de animales, pescado y leche pueden cubrir parte de las necesidades de sodio y cloro.

Potasio, magnesio y azufre:

Las raciones prácticas contienen suficientes cantidades de estos minerales procedentes de los cereales y las fuentes de proteína, y no son necesarias fuentes suplementarias. El óxido de magnesio se ha usado como suplemento para prevenir el canibalismo, pero las investigaciones controladas no respaldan esta práctica.

Hierro y cobre:

Estos minerales participan en muchos sistemas enzimáticos. Ambos son necesarios para la formación de hemoglobina y, por lo tanto, para prevenir la anemia nutricional. Como la cantidad de hierro en la leche es muy baja, los lechones lactantes deben recibir suplementos de hierro preferiblemente por medio de inyección IM de 100-200 mg de hierro en forma de hierro dextrano, hierro dextrino o gleptoferrón durante los primeros 3 días de vida (also ver Toxicosis por hierro en cerdos neonatos). Administrar hierro oral o inyectable y cobre a las cerdas no incrementa las reservas de los lechones al nacimiento ni el hierro en el calostro y la leche para prevenir la anemia de los lechones recién nacidos. Los elevados niveles de hierro en el pienso de lactación hacen que las heces de las cerdas sean ricas en hierro que los cerdos pueden aprovechar en el corral. El hierro también puede suministrarse mezclando citrato férrico de amonio con agua en un bebedero para lechones o dejando frecuentemente una mezcla de sulfato de hierro y un excipiente, como el maíz molido, en el suelo de la paridera.

Las necesidades de cobre para los cerdos en crecimiento son bajas (3-6 ppm) pero son mayores para las cerdas. Las necesidades estimadas de cobre para las cerdas en la publicación anterior del NRC eran 5 ppm, pero se incrementaron a 10 ppm para gestación y 20 ppm para lactación en la edición de 2012.

El cobre a niveles farmacéuticos en la ración (100-250 mg/kg) es un promotor efectivo del crecimiento para los cerdos destetados y en crecimiento. La acción del cobre a altos niveles parece ser independiente del efecto promotor del crecimiento de los antibióticos y aditiva a este. El sulfato de cobre en concentraciones elevadas en la ración produce heces de color muy oscuro. Además, las raciones ricas en cobre dan lugar a aumentos notables del contenido de cobre del estiércol.

Yodo:

La glándula tiroides utiliza el yodo para producir tiroxina, que afecta a la actividad celular y al ritmo metabólico. Las necesidades de yodo para todas las clases de cerdos son 0,14 mg/kg de pienso. La sal yodada estabilizada contiene un 0,007 % de yodo; cuando se suministra en niveles adecuados para satisfacer las necesidades de sal, también cubre las necesidades de yodo de los cerdos.

Manganeso:

Aunque es esencial para la reproducción y el crecimiento normales, las necesidades cuantitativas de manganeso no están bien definidas. El manganeso a razón de 2-4 mg/kg de pienso es adecuado para el crecimiento, pero las cerdas necesitan un nivel superior (25 mg/kg) durante la gestación y la lactación.

Zinc:

El zinc es un importante oligoelemento con muchas funciones biológicas. Las raciones de cereales con harina de soja deben contener suplementos de zinc para prevenir la paraqueratosis ( ver Paraqueratosis). Pueden ser necesarios niveles mayores de zinc cuando hay un exceso de calcio en la ración, especialmente en raciones ricas en ácido fítico como las basadas en maíz y harina de soja. Los niveles farmacológicos de zinc (1500-3000 mg/kg) en forma de óxido de zinc han demostrado sobradamente que aumentan el rendimiento de los cerdos durante el posdestete. En algunas circunstancias, se ha descrito que los altos niveles de óxido de zinc disminuyen la incidencia y la gravedad de la diarrea posdestete. Las respuestas al óxido de zinc y los antibióticos parecen ser de naturaleza aditiva, al igual que las respuestas a los altos niveles de cobre y antibióticos; sin embargo, no hay ninguna ventaja de incluir altos niveles de cobre y zinc en la misma ración. Al igual que el cobre, los altos niveles de zinc en la ración causan un aumento del contenido de zinc en el estiércol. Para las cerdas, las necesidades estimadas de zinc se incrementaron de 50 ppm en la publicación anterior del NRC a 100 ppm en la edición de 2012.

Selenio:

El contenido de selenio de los suelos y, por tanto, de las cosechas, es muy variable. En los EE. UU., las áreas al oeste del río Misisipi, suelen contener cantidades mayores de selenio, mientras que las áreas al este del río, tienden a producir cosechas deficitarias en selenio. En la mayoría de condiciones prácticas, añadir 0,2-0,3 mg de selenio/kg de ración debe cubrir las necesidades. Este oligoelemento está regulado por la FDA en EE. UU., y la cantidad máxima de selenio que puede incluirse en las raciones de los cerdos es 0,3 mg/kg.

Cromo:

Este oligoelemento, que es un cofactor de la insulina, es necesario para los cerdos, pero no se han establecido necesidades cuantitativas. En algunos estudios, 200 mcg/kg (ppb) de cromo suplementario mejoraron la cantidad de magro en la canal de cerdos de finalización y el rendimiento reproductivo de las cerdas gestantes, pero estos efectos presentan cierta inconsistencia.

Cobalto:

El cobalto está presente en la molécula de vitamina B12 y no presenta beneficios cuando se añade a las raciones porcinas en su forma elemental.

Vitaminas:

Estos micronutrientes son necesarios para muchas funciones importantes del organismo. Las necesidades estimadas de las vitaminas esenciales se presentan en Necesidades nutricionales de cerdos en crecimiento con libre acceso al alimento (90 % de materia seca)a,b,c y Parámetros reproductivos y necesidades nutricionales de cerdas gestantes y lactantes (90 % de materia seca)a,b.

Vitamina A:

Esta vitamina liposoluble es esencial para la visión, la reproducción, el crecimiento y mantenimiento del tejido epitelial, y las secreciones mucosas. La vitamina A se encuentra como precursores carotenoides en las plantas verdes y el maíz amarillo. El betacaroteno es la forma más activa de los diversos carotenos. Desafortunadamente, solo alrededor de una cuarta parte del caroteno total del maíz amarillo está en forma de betacaroteno. El NRC sugiere que 1 mg de caroteno determinado químicamente en el maíz o en una mezcla de maíz y harina de soja equivale a 267 UI de vitamina A para cerdos.

El uso de vitamina A estabilizada es común en los piensos y en los suplementos o premezclas vitamínicas. Los concentrados que contienen vitamina A de forma natural (a menudo aceites de pescado) pueden utilizarse para reforzar las raciones. Los forrajes verdes, la harina de alfalfa deshidratada, y los henos de leguminosas de alta calidad son buenas fuentes de betacaroteno. Tanto la vitamina A natural como el betacaroteno son fácilmente destruidos por el aire, la luz, las temperaturas elevadas, el enranciamiento de las grasas, los ácidos orgánicos y algunos minerales. Por ello, probablemente no debe confiarse del todo en los alimentos naturales como fuente de vitamina A, sobre todo porque la vitamina A sintética es muy económica. Una unidad internacional de la vitamina A equivale a 0,30 mcg de retinol o 0,344 mcg de retinol acetato.

Vitamina D:

Esta vitamina antirraquítica, liposoluble, es necesaria para el crecimiento adecuado de los huesos y la osificación. La vitamina D se encuentra como esteroles precursores, ergocalciferol (vitamina D2) y colecalciferol (vitamina D3), que se convierten en vitamina D activa por la radiación UV. Aunque los cerdos pueden usar vitamina D2 (esterol vegetal irradiado) y vitamina D3 (esterol animal irradiado), parece que usan preferentemente la vitamina D3. Parte de las necesidades de vitamina D pueden satisfacerse exponiendo a los cerdos a la luz del sol durante periodos de corta duración cada día. Las fuentes de vitamina D son las levaduras irradiadas, henos secados al sol, esteroles animales o vegetales activados, aceites de pescado y premezclas vitamínicas. Para esta vitamina, 1 UI equivale a 0,025 mg de colecalciferol. Las necesidades estimadas de vitamina D para cerdas gestantes y lactantes se incrementaron de 200 a 800 UI/kg en la publicación de 2012 del NRC.

Vitamina E:

Esta vitamina liposoluble actúa como un antioxidante natural en los piensos. Hay ocho formas naturales de vitamina E, pero el d-alfa-tocoferol tiene la mayor actividad biológica. Los cerdos de cualquier edad necesitan vitamina E, que está estrechamente interrelacionada con el selenio. Las necesidades de vitamina E son 11-16 UI/kg de pienso para cerdos en crecimiento y 44 UI/kg para las cerdas. Algunos nutricionistas recomiendan niveles dietéticos más altos para las cerdas en la zona productora de maíz del este de EE. UU., donde los niveles de selenio en los alimentos son probablemente bajos. Las suplementación con vitamina E solo puede cubrir parcialmente un déficit de selenio.

Los forrajes verdes, los henos y harinas de leguminosas, los granos de cereales y especialmente el germen de los granos de cereales contienen cantidades apreciables de vitamina E. La actividad de la vitamina E en los alimentos se reduce cuando se exponen a condiciones de elevado calor y humedad, el enranciamiento de las grasas, los ácidos orgánicos y niveles altos de algunos oligoelementos. Una UI de actividad de vitamina E equivale a 0,67 mg de d-alfa-tocoferol o 1 mg de acetato de dl-alfa-tocoferol.

Vitamina K:

Esta vitamina liposoluble es necesaria para la coagulación sanguínea normal. Las necesidades de vitamina K son bajas, 0,5 mg/kg de pienso. La síntesis bacteriana de esta vitamina y su subsiguiente absorción, directamente o por coprofagia, por lo general cubrirá las necesidades de los cerdos. Aunque es poco frecuente, se han descrito hemorragias en lechones recién nacidos y en cerdos en crecimiento, por lo que se recomienda incluir 2 mg de vitamina K/kg de ración como medida preventiva. Por lo general, los problemas de hemorragias pueden relacionarse con el consumo de raciones que incluyen cereales u otras materias primas contaminadas con hongos.

Riboflavina:

Esta vitamina hidrosoluble es un constituyente de dos importantes sistemas enzimáticos que están implicados en el metabolismo de los carbohidratos, la proteína y la grasa. Las raciones porcinas suelen ser deficitarias en esta vitamina, y se incluye en forma cristalina en las premezclas. Las fuentes naturales son los forrajes verdes, subproductos lácteos, levadura de cerveza, harinas de leguminosas y algunos subproductos de fermentación y destilería.

Niacina (ácido nicotínico):

La niacina es un componente de coenzimas implicadas en el metabolismo de los hidratos de carbono, la grasa y la proteína. Los cerdos pueden convertir el exceso de triptófano en niacina, pero la conversión es ineficaz. La niacina de la mayoría de los granos de cereales no es en absoluto disponible para los cerdos. Las raciones porcinas suelen ser deficitarias en esta vitamina, y se incluye en forma cristalina en las premezclas. Las fuentes naturales de niacina son los subproductos animales y de pescado, la levadura de cerveza y los solubles de destilería. De acuerdo con investigaciones recientes, el NRC incrementó las necesidades de niacina a 30 ppm durante todas las fases del crecimiento.

Ácido pantoténico:

Esta vitamina es un componente de la coenzima A, una enzima importante en el metabolismo energético. Las raciones porcinas son deficitarias en esta vitamina, y la sal cristalina, d-calcio pantotenato, se incluye en las premezclas de vitaminas. Las fuentes naturales de ácido pantoténico son los forrajes verdes, las harinas de leguminosas, los productos lácteos, la levadura de cerveza, los solubles de pescado y otros subproductos.

Vitamina B:

Esta vitamina, también denominada cianocobalamina, contiene cobalto y tiene numerosas e importantes funciones metabólicas. Los alimentos de origen vegetal carecen de esta vitamina, pero los de origen animal son buenas fuentes. Aunque hay alguna síntesis intestinal de esta vitamina, la vitamina B12 suele incluirse en las premezclas vitamínicas para cerdos.

Tiamina:

Esta vitamina tiene importantes funciones en el organismo, pero es de poca importancia práctica para los cerdos debido a que los cereales y otras materias primas proporcionan cantidades suficientes para cubrir las necesidades.

Vitamina B:

Un grupo de compuestos llamados piridoxinas tienen actividad de la vitamina B6 y son importantes en el metabolismo de los aminoácidos. Están presentes en grandes cantidades en las materias primas naturales incluidas en las raciones de los cerdos. Las necesidades de vitamina B6 de los cerdos jóvenes (5-25 kg) se incrementaron 3-4 veces en la publicación del NRC de 2012 respecto a la edición anterior.

Colina:

La colina es esencial para el funcionamiento normal de todos los tejidos. Los cerdos pueden sintetizar algo de colina a partir de la metionina de la ración. En las materias primas naturales se encuentra suficiente colina para satisfacer las necesidades de los cerdos en crecimiento. Sin embargo, en algunos estudios, la suplementación con 440-800 mg/kg de ración incrementaron la prolificidad en cerdas primíparas y maduras. Las fuentes naturales de colina son los solubles de pescado, la harina de pescado, la harina de soja, la harina de hígado, la levadura de cerveza y la harina de carne. El cloruro de colina, del cual un 75 % es colina, es la forma habitual de colina suplementaria en los piensos. Si la colina se añade como suplemento a la ración de las cerdas, no debe combinarse con otras vitaminas en una premezcla, especialmente si contiene oligoelementos, ya que el cloruro de colina es higroscópico y destruye parte de la actividad de la vitamina A y otras vitaminas menos estables.

Biotina:

Esta vitamina está presente en una forma altamente disponible en el maíz y la harina de soja, pero la biotina de los granos de sorgo, avena, cebada y trigo es menos disponible para los cerdos. Hay evidencia de que cuando estos últimos cereales se suministran a los cerdos, especialmente animales reproductores, la biotina puede ser escasa o deficitaria. Se ha observado que el rendimiento reproductivo de las cerdas mejora con la adición de biotina. Aunque no tan clara, hay evidencia de que los resultados reproductivos también pueden mejorarse con la adición de biotina a raciones basadas en maíz y harina de soja. En algunas circunstancias, la suplementación con biotina reduce la incidencia de lesiones de las almohadillas plantares en los cerdos adultos. Por seguridad, la suplementación con biotina es recomendable, especialmente en las raciones de cerdas. Los huevos crudos no deben suministrarse a los cerdos porque la clara de huevo contiene avidina, una proteína que forma complejos con la biotina y la hace no disponible.

Folacina:

Este grupo de compuestos tiene actividad de ácido fólico. La folacina presente de forma natural en las materias primas es suficiente para satisfacer las necesidades de crecimiento, pero estudios recientes han demostrado un aumento del tamaño de camada cuando se añade ácido fólico a las raciones de cerdas.

Ácido ascórbico (vitamina C):

Se cree que los cerdos pueden sintetizar esta vitamina con suficiente rapidez para satisfacer sus necesidades en condiciones normales. Sin embargo, varios estudios han demostrado beneficios en el rendimiento de los cerdos destetados precozmente en condiciones de estrés cuando esta vitamina se añade a la ración.

Ácidos grasos:

El ácido linoleico, el ácido araquidónico y probablemente otros ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga son necesarios para los cerdos. Sin embargo, los ácidos grasos de cadena más larga pueden sintetizarse en el organismo a partir del ácido linoleico, por lo que el ácido linoleico se considera el ácido graso esencial. El NRC estima las necesidades de ácido linoleico en un 0,1 % para el crecimiento y la reproducción porcina. Las necesidades suelen satisfacerse por la grasa presente en las materias primas naturales de la ración. El aceite presente en el maíz es una fuente rica de ácido linoleico.