Los drenajes se utilizan para dirigir el líquido fuera de la herida o de la cavidad corporal.
Cortesía del Dr. Kevin Winkler.
Las técnicas de drenaje pasivo requieren la acción de la gravedad o capilaridad para extraer el líquido de la herida o de la cavidad.
Los drenajes Penrose son drenajes pasivos blandos, planos, fabricados con látex y se utilizan con frecuencia. Estos drenajes deben colocarse en posiciones favorables a la acción de la gravedad para asegurar su correcta función.
Se puede construir un drenaje pasivo más firme con un tubo de goma roja o de silicona.
Los drenajes activos emplean la presión negativa para impulsar el líquido proveniente de la herida.
Se puede utilizar un drenaje con un tubo de goma roja o de silicona con un sistema cerrado y se puede mantener la succión a baja presión con el empleo intermitente de bombas de baja presión o con dispositivos recargables portátiles. El tratamiento de heridas con presión negativa se basa en esta teoría para eliminar los restos purulentos y acelerar el cierre de una herida abierta. El empleo de sistemas activos de drenaje cerrado disminuye la probabilidad del ascenso de la infección que se puede asociar a los drenajes pasivos.
Se deben dejar los drenajes en su lugar hasta que la cantidad de líquido que drena disminuya y no presente una apariencia purulenta. Se puede analizar el líquido con un examen citológico.