Las laceraciones corneales pueden ser el resultado de causas similares a las de los cuerpos extraños penetrantes, excepto que el objeto no se retiene. Por ejemplo, las lesiones por las uñas de los gatos y objetos metálicos son causas frecuentes de laceraciones de espesor total en pequeños animales y caballos, respectivamente. Los signos clínicos y las pruebas diagnósticas son similares a los de una lesión intraocular penetrante; es particularmente importante evaluar el cristalino en busca de afectación simultánea. El pronóstico depende del tamaño y la posición de la laceración corneal, así como de la afectación del iris, el cristalino y/o la esclerótica con prolapso concomitante del iris, y la lesión del cristalino y/o la afectación escleral son las que suelen tener un peor pronóstico.
Laceración corneal dorsal y perilimbal con prolapso del iris y uveítis refleja leve de corta duración, con un pronóstico favorable si se realiza el cierre quirúrgico primario.
Cortesía del Dr. K. Gelatt.
Una laceración corneal ventral grande con hemorragia intraocular y desprendimiento de retina (por ecografía B-scan) no daría lugar a la restauración de la visión incluso si se reparara; la enucleación debe considerarse en casos como estos con un pronóstico grave para la visión y la comodidad.
Cortesía del Dr. K. Gelatt.
Córnea central del ojo derecho de un gato en la que se observa una laceración corneal grande de espesor total con edema moderado.
Cortesía del Servicio de Oftalmología Comparativa de la UC Davis.
Laceración corneal grande de espesor total con edema perilesional moderado central en la córnea del ojo derecho de un gato que se ha reparado quirúrgicamente con vicryl 9-0 utilizando suturas simples interrumpidas y un patrón de sutura continuo simple suprayacente.
Cortesía del Servicio de Oftalmología Comparativa de la UC Davis.
En los pacientes con visión, la laceración corneal se aproxima con patrón de sutura simple interrumpido y suturas absorbibles de 7-0 a 9-0; se puede colocar una línea de sutura continua para una mayor estabilidad. Para proporcionar una protección y soporte adicional, la laceración suturada puede cubrirse con un colgajo conjuntival bulbar y/o tarsorrafia parcial temporal. Si el paciente es ciego, debe considerarse la enucleación, aunque algunos propietarios pueden optar por una reparación quirúrgica con fines estéticos.
El tratamiento posoperatorio para controlar la iridociclitis secundaria consiste en antibióticos tópicos y sistémicos, AINE sistémicos y midriáticos. El tratamiento posoperatorio es similar al de los cuerpos extraños intraoculares penetrantes e incluye antibióticos tópicos y sistémicos para prevenir la queratitis infecciosa o endoftalmitis, respectivamente, así como antiinflamatorios sistémicos y midriáticos tópicos para tratar la uveítis anterior refleja.
Las complicaciones posoperatorias incluyen:
Cicatrices corneales variables y a menudo densas.
Formación de catarata con sinequia posterior.
Glaucoma secundario.
Phthisis bulbi.
Queratitis bacteriana o endoftalmitis.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre lesiones corneales en animales.