El síndrome de degeneración retiniana adquirida súbita se produce en los perros, y se ha visto que el Teckel, el Schnauzer miniatura, el Carlino y el Spaniel Bretón están más comúnmente afectados. Los hallazgos clínicos incluyen pérdida aguda de la visión (que a menudo se produce a lo largo de varios días), pupilas ampliamente dilatadas y de poco sensibles a no receptivas, y un fondo ocular de apariencia relativamente normal. Los perros afectados con mayor frecuencia son de mediana y avanzada edad, con sobrerrepresentación de hembras castradas, y suelen presentar signos clínicos que incluyen aumento de peso, letargo, poliuria, polidipsia y polifagia.
La pupilometría de color puede ayudar con el diagnóstico, porque el reflejo pupilar rojo a la luz está ausente, mientras que el reflejo pupilar azul a la luz permanece. Es necesaria una electrorretinografía realizada por un oftalmólogo para llegar al diagnóstico definitivo; en el síndrome de degeneración retiniana adquirida súbita se observa un electrorretinograma de línea plana. Por el contrario, un electrorretinograma normal es indicativo de enfermedad de la vía óptica, y está justificado realizar más pruebas con un neurólogo. A los pocos meses se pueden observar signos de degeneración retiniana en la exploración fúndica, como hiperreflectividad tapetal y atenuación vascular retiniana. Hasta la fecha, no se ha notificado ningún tratamiento eficaz.